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Michael Glos, el ministro de Economía ninguneado por la Merkel
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Aurora Mínguez

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Aurora Mínguez. Berlín

Michael Glos, el ministro de Economía ninguneado por la Merkel

Nunca aspiró a ser ministro de Economía. Él quería ser titular de Defensa. Pero al formarse la Gran Coalición, hace tres años, había que repartir carteras

Nunca aspiró a ser ministro de Economía. Él quería ser titular de Defensa. Pero al formarse la Gran Coalición, hace tres años, había que repartir carteras entre tres partidos: la CDU,democracia cristiana; la CSU,democracia cristiana bávara; y el SPD, los socialdemócratas. De los tiras y aflojas de los dos partidos mayoritarios salió una distribución más o menos aceptable. Hacienda, la cartera económica por excelencia, fue asignada a un cascarrabias socialdemócrata llamado Peer Steinbrück. Economía, un puesto de menor rango, correspondía a los bávaros y a un Michael Glos que asumió ya entonces el cargo con bastante desgana.

 

Estaba más o menos cantado que esto no podía funcionar bien mucho tiempo... Y la gestión de la crisis económica aquí en Alemania ha hecho el resto. La canciller, Angela Merkel, se ha entregado en manos del eficaz Steinbrück, confiando a ciegas en sus propuestas. Y no sólo eso. En los últimos meses, cada vez que anunciaba a los ciudadanos una nueva medida o un paquete económico anticrisis, lo hacía con el ministro de Hacienda al lado, nunca con el de Economía. Demasiadas humillaciones para Michael Glos, a pesar de que él  nunca aspiró a ser una prima donna en Berlín. Sus esfuerzos por adquirir un cierto protagonismo político fracasaron de plano.

Así que este fin de semana dijo basta. Y no se lo anunció a la canciller, sino en una carta dirigida al presidente de la CSU. Argumentaba cansancio, sus 65 años, y la necesidad de renovar el partido. Merkel no ha hecho declaraciones, pero se sabe que está que trina. No quiere ninguna crisis interna ni cambios de Gobierno a siete meses de unas elecciones generales que puede ganar de nuevo por goleada. Pero lo cierto es que los problemas dentro del partido se le van acumulando poco a poco.

De Baviera no llegan últimamente más que malas noticias: pérdida de la mayoría absoluta en las últimas elecciones regionales, crisis de liderazgo, ahora Glos... El ala derecha de la CDU está todo menos contenta con la feliz cohabitación que la canciller parece tener con el SPD y, sobre todo, con el ministro de Hacienda, Steinbrück, y acusan a la primera ministra, sobre todo, de estar gestionando la crisis con unos criterios excesivamente socialdemócratas. Y, para fastidiar todavía más las cosas con los católicos del partido, la canciller, una protestante, se ha atrevido a pedirle públicamente a un Papa alemán como es Benedicto XVI que se aclare sobre si admite o no de nuevo en la Iglesia a los obispos febrevistas y, particularmente, a Richard Williamson, quien continúa negando la existencia de las cámaras de gas.

A pesar de todo, esta crisis no va a durar mucho. Sólo lo imprescindible. Probablemente hoy mismo la ejecutiva de la CSU proponga un nombre para sustituir a Michael Glos, tal vez el tesorero del partido, y después, a correr. El liderazgo del ministro de Hacienda no es puesto en duda por nadie. Y él no se muestra cansado del cargo ni del matrimonio forzoso con la Merkel. Ninguno de los dos se puede permitir el lujo de tirar la toalla. 

Nunca aspiró a ser ministro de Economía. Él quería ser titular de Defensa. Pero al formarse la Gran Coalición, hace tres años, había que repartir carteras entre tres partidos: la CDU,democracia cristiana; la CSU,democracia cristiana bávara; y el SPD, los socialdemócratas. De los tiras y aflojas de los dos partidos mayoritarios salió una distribución más o menos aceptable. Hacienda, la cartera económica por excelencia, fue asignada a un cascarrabias socialdemócrata llamado Peer Steinbrück. Economía, un puesto de menor rango, correspondía a los bávaros y a un Michael Glos que asumió ya entonces el cargo con bastante desgana.