La venganza de Merkel contra el ‘Trío del chantaje’ ya está en camino

A Angela Merkel se la puede chantajear una vez, pero no dos. Y aunque los últimos días muchos creyeron que Monti, Rajoy y Hollande le habían bajado notablemente los humos a la canciller, obligándole a aceptar la recapitalización directa de los bancos, la realidad va a demostrar que las cosas no van a ser tan de color de rosa. Berlín va a seguir marcando la pauta y los límites, y va a obligar al resto de los socios a pasar por varios aros: no sólo el del Pacto Fiscal, que marca límites muy precisos para el endeudamiento y el déficit estatales, sino por el del control de los bancos europeos a través de una Entidad Supervisora Europea que será independiente de los gobiernos y que funcionará siguiendo el  patrón alemán del BCE.

Será esa Entidad la que decida si un banco vive o muere, y si recibe ayudas directas o indirectas de Europa y a cambio de qué. Y lo que puedan decir u opinar no ya en la Moncloa, sino los señores Linde, Botín, González o Goirigolzarri, por poner cuatro casos, dejará a esos supervisores comunitarios bastante fríos.

No hay prestación sin contraprestación, no hay ayuda sin responsabilidad y control externo; no hay solidaridad libre de condiciones. Estas palabras que se escuchan constantemente desde Berlín parece que no acaban de llegar a Madrid, Roma o París -donde, por cierto, este lunes el Tribunal de Cuentas ha encontrado un bonito agujero de 40.000 millones de euros-. En estas capitales siguen celebrando todavía el triunfo del pasado viernes en Bruselas, ignorando que la venganza de Merkel está ya en camino. Ayer se podía leer entre líneas en la primera página del Frankfurter Allgemeine Zeitung: “Estas tácticas de chantaje dejan huella. Los ‘Alphatiere’ (animales Alfa) llegan a la cúpula del poder de sus países porque tienen una gran memoria. Por ello la relación entre París y Berlín se ha tensado fuertemente. Y el presidente Hollande tendrá la oportunidad de percibirlo en el próximo encuentro”.

Estas tácticas de chantaje dejan huella. Los ‘Alphatiere’ llegan a la cúpula del poder de sus países porque tienen una gran memoria. Por ello la relación entre París y Berlín se ha tensado fuertemente. Y el presidente Hollande tendrá la oportunidad de percibirlo en el próximo encuentro

Y éste va a llegar el domingo, en la ciudad de Rennes, a donde Merkel va a acudir para asistir a una misa de reconciliación franco-alemana dentro de las conmemoraciones previstas por el 50 aniversario del Tratado del Elíseo. Pero, antes, Merkel se habrá visto las caras con el otro chantajista, Monti, mañana miércoles en Roma y en el  marco de un encuentro bilateral cerrado con anterioridad. La canciller va a ir, como siempre, por la vía del consenso, sonriente aunque aún tenga clavado el cuchillo en la espalda, intentado atraer a su campo a estos Alphatiere revoltosos, señalándoles de manera clara que no tienen escapatoria posible.

Pero, además, para redondear la vendetta,desde Helsinki ya han llegado otros tambores de guerra. Finlandia, uno de los pocos países europeos que todavía conserva la triple A crediticia, ya ha dicho que no va a permitir que el Mecanismo Permanente de Rescate compre deuda en el mercado secundario ni que se convierta en una especie de propietario de bancos sureños con más trampas que una película de chinos. Y hay que recordar que las próximas decisiones importantes en Bruselas sobre los fondos de rescate se deben tomar por unanimidad.

Los finlandeses, al igual que los alemanes, empiezan a tener la sensación de que sus países se han convertido en una especie de  gran tambor de lavadora donde se reconvierten las deudas y podredumbres de los socios con problemas. Algunos economistas germanos hablan ya del fenómeno de “Ausplünderung” ( saqueo) de Alemania, y el ministro de Exteriores, el liberal Westerwelle, que ayer tarde se entrevistaba en Berlín con su colega español, también ha dejado de lado su reserva habitual para proclamar que “Alemania no puede ser el responsable de todas las deudas de Europa”. A Merkel le metieron un gol en viernes en Bruselas el trío Monti-Rajoy-Hollande, pero la venganza se va a servir muy fría. Y más pronto de lo que algunos creen.