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Señora Merkel, ¿dónde quedaron las políticas de crecimiento?
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Aurora Mínguez

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Aurora Mínguez

Señora Merkel, ¿dónde quedaron las políticas de crecimiento?

“La pobreza ha regresado a Europa… Si un español gasta sólo 17 euros en cada compra, no le puedo vender detergente por la mitad de ese

La pobreza ha regresado a Europa… Si un español gasta sólo 17 euros en cada compra, no le puedo vender detergente por la mitad de ese presupuesto”. Quien afirma esto no es un sociólogo o un economista, sino un empresario, Jan Zijderveld, jefe para Europa de la multinacional Unilever, que está diseñando nuevas estrategias de venta para la Europa Occidental similares a las que su empresa lleva años aplicando en los países en vías de desarrollo. Es decir, ofrecer los mismos artículos, ya sea champú, mayonesa o papel higiénico, pero en dosis o envases más pequeños y más económicos, adaptados a la fase de recesión que vive la mitad de la Eurozona. Hablaba de todo ello en una entrevista publicada ayer en el Financial Times Deutschland.

La recesión está ahí, aunque no se hable demasiado de ella. No obstante, en plena rentrée, la crisis empieza a hacerse un hueco en los comentarios de toda la prensa europea. La ven muy claramente los empresarios alemanes, quienes por cuarto mes consecutivo encuentran sus negocios ensombrecidos por la nube de la recesión y la inacción de los políticos, quienes parecen haberse quedado sin recetas. El índice de confianza empresarial Ifo, el más importante de la República Federal, detecta miedo entre los gerentes y propietarios de grandes empresas, quienes se preguntan cómo se puede mantener el tirón si la mayoría de los socios comerciales europeos no están en condiciones de volcarse en compras de productos caros ni de abordar nuevos proyectos. Los expertos auguran incluso un parón en el PIB alemán -creció entre abril y junio sólo un 0,3 %-, con frenazo en las exportaciones y en el consumo interno que sólo podría remontar a partir del año 2013, y todo en función de cómo reaccione la Cancillería y el Banco Central Europeo en las próximas semanas y meses.

El BCE hace oídos sordos a los yonkies de España e Italia

La puerta del BCE se cierra frente a los lamentos de Madrid y Roma. Y Merkel tampoco quiere ver esa pobreza europea a la que sí responde una multinacional como Unilever. ¿Qué fue de esa conclusión del último Consejo Europeo que hablaba de impulsar medidas de crecimiento para proporcionar esperanza a los países más atribulados?; ¿dónde están esas medidas comunitarias destinadas a luchar contra el paro juvenil?

De momento, al  BCE ya le han marcado los límites, de nuevo desde Berlín. Angela Merkel, después de recibir varios rapapolvos por parte de su exasesor y actual presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, ha acabado pasándose a la línea dura defendida por este último. Y ha lanzado un mensaje, sin nombrarlos, para los yonkies ilustres, como los señores Rajoy y Monti: que se olviden de que Frankfurt vaya a resolverles la papeleta. Dura respuesta a su adicción a la ‘droga’ de las ayudas exteriores y a la posible nueva compra de deuda estatal de España o Italia.

Merkel, harta de pedigüeños de todo pelaje, a un año de unas elecciones que pretende ganar de nuevo y con una opinión pública cada vez más harta de poner dinero sobre la mesa europea, ha encontrado un nuevo mantra: “El BCE tiene que ser independiente de los políticos y ocuparse de la estabilidad de precios en la zona euro y los políticos tienen que hacer lo que es su deber, o sea, tomar decisiones para acabar con la crisis cuanto antes”. En el caso de España, Alemania espera con cierta impaciencia recibir el informe sobre la situación de los bancos para empezar a poner en marcha el programa de financiación de este sector crucial. De rescate prefiere no hablar, al menos no de manera oficial…

Así pues, la puerta del BCE se cierra frente a los lamentos de Madrid y Roma. Merkel tampoco quiere ver esa pobreza a la que sí responde y sabe adaptarse una multinacional como es Unilever. Y, en este punto, cabe preguntarse: ¿Qué fue de esa otra conclusión del último  Consejo Europeo que hablaba de impulsar medidas de crecimiento para proporcionar algo de esperanza a los países más atribulados?; ¿dónde están esas medidas comunitarias destinadas a luchar contra el paro juvenil? Ha llegado el momento de que la canciller demuestre de verdad que para ella austeridad y crecimiento son dos caras de la misma moneda. Tendrá oportunidad de explicarlo, si quiere, mañana, cuando reciba a Mario Monti en la Cancillería Federal o el día 6 de septiembre, cuando se entreviste en Madrid con Mariano Rajoy.

La pobreza ha regresado a Europa… Si un español gasta sólo 17 euros en cada compra, no le puedo vender detergente por la mitad de ese presupuesto”. Quien afirma esto no es un sociólogo o un economista, sino un empresario, Jan Zijderveld, jefe para Europa de la multinacional Unilever, que está diseñando nuevas estrategias de venta para la Europa Occidental similares a las que su empresa lleva años aplicando en los países en vías de desarrollo. Es decir, ofrecer los mismos artículos, ya sea champú, mayonesa o papel higiénico, pero en dosis o envases más pequeños y más económicos, adaptados a la fase de recesión que vive la mitad de la Eurozona. Hablaba de todo ello en una entrevista publicada ayer en el Financial Times Deutschland.

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