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Evasión fiscal: ¿hay voluntad de combatirla?
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Aurora Mínguez

Evasión fiscal: ¿hay voluntad de combatirla?

Resulta hasta cierto punto enternecedor escuchar a los gobiernos y a la Comisión Europea hablar de sus intenciones sinceras de combatir el fraude fiscal y la

Resulta hasta cierto punto enternecedor escuchar a los gobiernos y a la Comisión Europea hablar de sus intenciones sinceras de combatir el fraude fiscal y la evasión de impuestos mientras se ve crecer una banca paralela a la habitual con mecanismos cada vez más sofisticados para escapar de las garras de las Haciendas Públicas. Y sorprende más aún que en Bruselas nadie parezca haberse dado cuenta de que uno de los países miembros -precisamente el que ostenta la Presidencia rotatoria-, Chipre, es un paraíso fiscal en el seno de la UE en donde existen 250.000 firmas financieras para una población total de 900.000 habitantes.

Desde la entrada de Chipre en el Club Europeo, en 2004, el  número de sociedades holding se ha duplicado, y en éstas aterrizan (libres de impuestos) los dividendos de empresas del resto de Europa, pero también de oligarcas rusos que limpian allí su dinero. Y conviene  no olvidar que si Chipre pide el rescate para sí mismo y para sus bancos, también se beneficiarán de ello todos esos clientes inquietantes que se han refugiado allí.

En la lucha contra los evasores fiscales en Alemania se está produciendo un fenómeno curioso. Mientras el ministro de Hacienda, Schäuble, ha estado negociando durante años un tratado con Suiza para conseguir repatriar algo del dinero alemán aparcado allí -tratado que no ha salido adelante por la oposición de socialdemócratas y Verdes-, las autoridades regionales han ido adelantando el trabajo a través de la compra de CD´s con datos de evasores fiscales. La última compra, dada a conocer esta semana por la Fiscalía de Bochum, es espectacular: se habrían detectado hasta 3.000 millones de euros depositados en el UBS suizo, algunos de ellos escondidos detrás del capital de 750 Fundaciones. El jefe del sindicato de los Inspectores Fiscales alemanes, Thomas Eigenthaler, declaraba recientemente al diario Süddeutsche Zeitung que esta organización calcula que hay unos 150.000 millones de euros de ciudadanos alemanes escondidos en bancos de la Confederación Helvética.

El jefe del sindicato de los Inspectores Fiscales alemanes, Thomas Eigenthaler, declaraba recientemente al diario Süddeutsche Zeitung que esta organización calcula que hay unos 150.000 millones de euros de ciudadanos alemanes escondidos en bancos de la Confederación Helvética

Lo interesante del caso es que el Ministerio de Hacienda no aprueba estas compras ni las alienta, sino que, muy al contrario, considera que el Estado no debería hacer negocios con personas que roban datos sobre propiedades ajenas. Nuevamente enternecedor. Desde el año 2000 diferentes  autoridades regionales -y, sobre todo, el Land de Renania del Norte, Westphalia-  han comprado en siete ocasiones datos de evasores con cuentas en Suiza y en Liechtenstein y han pagado por ello un total de 20 millones de euros. A cambio se han recuperado más de dos mil millones hasta el momento; bastantes de los evasores se han autoinculpado al verse descubiertos e incluso los bancos suizos empiezan a quejarse de que los clientes empiezan a irse a otros lugares más seguros.

Un estudio  de la consultora financiera alemana ZEB estima que los bancos suizos cuentan en estos momentos con unos 2,3 billones de euros procedentes de clientes extranjeros. 660.000 millones vienen de los países de la Europa Occidental, 345.000 concretamente de Alemania, Italia y Gran Bretaña. Pues bien, 100.000 millones  van a escapar hacia otros paraísos fiscales más seguros, según ha admitido un alto cargo de la Unión de Bancos Suizos UBS al semanario Schweizer Bank. La presión desde los Estados Unidos y de Alemania obliga a los banqueros helvéticos a exigir a los nuevos depositantes que demuestren que ese dinero es limpio y, en el caso de los alemanes, hay que mandar a la República Federal una copia del ingreso de la suma que se inyecta en la cuenta suiza.

Resulta hasta cierto punto enternecedor escuchar a los gobiernos y a la Comisión Europea hablar de sus intenciones sinceras de combatir el fraude fiscal y la evasión de impuestos mientras se ve crecer una banca paralela a la habitual con mecanismos cada vez más sofisticados para escapar de las garras de las Haciendas Públicas. Y sorprende más aún que en Bruselas nadie parezca haberse dado cuenta de que uno de los países miembros -precisamente el que ostenta la Presidencia rotatoria-, Chipre, es un paraíso fiscal en el seno de la UE en donde existen 250.000 firmas financieras para una población total de 900.000 habitantes.