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La ayuda de China no sale gratis: pretende fortalecer su posición económica y cultural en España
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Ángel Villarino

Historias de Asia

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La ayuda de China no sale gratis: pretende fortalecer su posición económica y cultural en España

“España es el mejor amigo de China en la Unión Europea”. El vice primer ministro chino, Li Keqiang, ha vuelto a pronunciar esta semana, en Madrid,

“España es el mejor amigo de China en la Unión Europea”. El vice primer ministro chino, Li Keqiang, ha vuelto a pronunciar esta semana, en Madrid, una frase que se repitió hasta la saciedad a lo largo de 2010, sobre todo en el recinto patrio de la Exposición Universal de Shangai. Se trata de un ripio que lanzó en su momento la diplomacia china y que, desde entonces, exhiben con orgullo las dos partes, cada vez que se les presenta una ocasión. Resulta curioso, pero se trata de una exaltación de la amistad que los dirigentes chinos han formulado también este año ante Grecia y Portugal. ¿Problemas de traducción?

Sea como sea, sabemos que China tiene, como mínimo, tres “mejores amigos” en la UE. A ellos quizá habría que sumar un cuarto, Irlanda, a quien por ahora Pekín no ha elevado a la categoría de “best friend” pero que también ha recibido el cálido abrazo del gigante asiático este año. Si sumamos iniciales en inglés, nos encontramos con las cuatro patas de los PIGS (con el permiso de Italia, que ha cedido temporalmente el ignominioso sillón de la “I”). Estamos, en definitiva, ante los países con problemas de deuda, los enfermos de la zona euro. Y Pekín ha prometido ayudarlos, comprando una pequeña ración de la deuda que nadie quiere y esforzándose por equilibrar la balanza comercial; pero también firmando acuerdos de cooperación, invirtiendo y adquiriendo empresas abocadas a desaparecer.

Antes de intentar explicar los motivos del gigante asiático, sería conveniente matizar que quizá ni la compra de deuda, ni los acuerdos comerciales no son tan jugosas como pudiera parecer a primera vista y que su resonancia mediática se podría estar sobredimensionando por venir de quien viene: una dictadura comunista con una renta per capita inferior a la de Albania que se ha convertido en el principal banquero de Occidente.

“Pero, ¿por qué nos ayuda China?”, se preguntaban con recelo esta semana los lectores en los foros de Internet. Muchos expertos occidentales creen que Pekín tiene miedo a sufrir las consecuencias de un desplome de la zona euro, el principal importador, junto a Estados Unidos, de sus manufacturas, y un socio económico fundamental. “Además, a corto plazo, creo que China está contenta de dar la imagen del príncipe que socorre a Europa, y ello puede sostener un poco al mercado”, respondía en una entrevista a AFP Mark Williams, del gabinete de consultores de Capital Economics.

“Lo que se entiende menos es que el desempeño de la economía europea sea muy importante para China, y viceversa. Ambos son interdependientes y mantienen una alianza estratégica. Están en el mismo barco. Por eso a China le interesa mucho ayudar a mantener la estabilidad en los países más débiles de Europa”, opinaba esta semana en una conversación telefónica con El Confidencial Jiang Ye, director del departamento de Relaciones entre China y la Unión Europea del Instituto de Estudios Internacionales de Shangai.

Pero además de una preocupación económica, existe un interés estratégico que los propios analistas chinos no ocultan. “Creemos que cuando estos países europeos se recuperen de la crisis, China podrá promover a través de ellos unas mejores relaciones con la Unión Europea. Países como España, Grecia o Portugal podrán ayudar a China a fortalecer su posición económica, pero también cultural, en Europa”, cree Jiang. Como ejemplo, el profesor cita del caso del embargo sobre la venta de armas al gigante asiático que Bruselas mantiene en pie y que la diplomacia de José Luis Rodríguez Zapatero ya intentó levantar durante la presidencia de turno de la Unión Europea el año pasado.

Hay muchos más ejemplos de lo que China podría buscar con su magnanimidad ante los PIGS. Por conjeturar algunos: el peso diplomático de España en América Latina para calmar los recelos que el gigante asiático está levantando en muchos países de la región, el bloqueo de críticas internacionales sobre los Derechos Humanos, o el apoyo en polémicas como la despertada por la concesión del Premio Nobel de la Paz 2010 al activista encarcelado Liu Xiaobo. También, por qué no, una cara amiga en las negociaciones sobre el yuan, o en las políticas arancelarias sobre los productos chinos.

España, Grecia, Portugal… ¿Inversiones fiables?

“En el caso concreto de España creo que nos podemos ayudar unos a otros. Está en el interés de ambos países y Zapatero parece haberse demostrado especialmente sensible a ello. Ahí está esa iniciativa tan positiva de la Alianza de Civilizaciones. Sí China ayuda durante la crisis, espera que después España pueda ayudar a promover sus relaciones con toda la UE gracias a su peso en Bruselas. Recordemos que China tiene una alianza estratégica con Europa, pero muchos ponen en duda las buenas intenciones de China. Ahora, con este tipo de gestos en momentos delicados, se demuestra que la alianza es muy sólida y que está proyectada hacia el futuro. No en vano, China ha enviado precisamente a Li Keqiang, el que será el próximo primer ministro”, concluye Jiang.

En la prensa china tampoco falta quien defiende que las inversiones en deuda española, griega y portuguesa, no son disparatadas desde el punto de vista de su rentabilidad. En el blog Xubin de la consultora Andbound, uno de los más seguidos del país, se justifica la inversión asegurando que “China tiene una cantidad ingente de divisa ahorrada y ahora mismo no creo que sea mucho peor comprar deuda española que estadounidense. Hay que diversificar y, al fin y al cabo, España está en el euro”. Xubin avisa: “Además de ser una inversión fiable a largo plazo, podemos esperar que España nos muestre de alguna manera su gratitud. China nunca paga dinero a cambio de nada, no somos estúpidos. Esta es también una manera de abrir el mercado español y un atajo para romper el proteccionismo económico de la Unión Europea”.

“España es el mejor amigo de China en la Unión Europea”. El vice primer ministro chino, Li Keqiang, ha vuelto a pronunciar esta semana, en Madrid, una frase que se repitió hasta la saciedad a lo largo de 2010, sobre todo en el recinto patrio de la Exposición Universal de Shangai. Se trata de un ripio que lanzó en su momento la diplomacia china y que, desde entonces, exhiben con orgullo las dos partes, cada vez que se les presenta una ocasión. Resulta curioso, pero se trata de una exaltación de la amistad que los dirigentes chinos han formulado también este año ante Grecia y Portugal. ¿Problemas de traducción?