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Guía para entender la “amenaza del momento”
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Ángel Villarino

Historias de Asia

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Guía para entender la “amenaza del momento”

  Ciberespionaje y ciberterrorismo se han convertido en las “amenazas del momento” para la prensa estadounidense. Algunos de

 

Ciberespionaje y ciberterrorismo se han convertido en las “amenazas del momento” para la prensa estadounidense. Algunos de los diarios con más influencia internacional (como The New York Times, The Wall Street Journal o The Washington Post) siguen con especial atención el problema, quizá porque lo han sufrido en carnes propias. Se viene hablando de ello desde hace tiempo, pero en este 2013 es cuando se ha convertido en una de las prioridades de la agenda política mundial. Tras la publicación esta semana en Washington de un informe con conclusiones gravísimas, los dos actores principales (Estados Unidos y China) han dejado atrás la prudencia con la que venían afrontando el asunto y han pasado al terreno de las acusaciones mutuas y las amenazas. Conviene estar al día porque la polémica dará mucho que hablar en los próximos meses.

¿Qué temen exactamente gobiernos y empresas?

Washington también emplea ciberespías y ha protagonizado algunos de los ataques más espectaculares de los últimos tiemposDelincuencia, activismo político, difamación, suplantación… Aunque a veces se metan todos en el mismo saco, existen muchos tipos de ciberataques. Los que más preocupan son el espionaje industrial y el sabotaje a gran escala. El primero consiste en introducirse en los sistemas informáticos de empresas e instituciones para robar todo tipo de información confidencial: desde planos hasta tecnología punta, pasando por resultados de mercado, correos electrónicos con información privada de directivos o detalles sobre el funcionamiento de su burocracia interna. Por ejemplo, American Superconductor asegura que su propiedad intelectual fue sustraída recientemente por uno de sus mejores clientes, un fabricante de turbinas chino que decidió apropiarse ilegítimamente de la 'receta' para no tener que seguir comprándoles 'pasteles'. Estimaciones oficiales cifran en más de 300.000 millones de dólares las pérdidas por el robo de secretos comerciales en Estados Unidos. La mayoría de las empresas que detectan ataques no lo hacen público para no dar pistas a los hackers y evitar posibles polémicas que afecten sus ventas. En el caso de China, por ejemplo, algunas multinacionales han preferido sufrir en silencio antes que enfrentarse a un boicot en el país con más consumidores del mundo.

Hay menos ejemplos sobre el segundo gran peligro, el que concierne a la seguridad nacional en sentido estricto. El director del FBI, Robert Mueller, lo definió hace ya tiempo como “la próxima gran amenaza” y dijo que pronto superará al terrorismo convencional. Lo que se teme es que se boicoteen los sistemas que controlan cosas tan delicadas como los arsenales militares, las plantas químicas y nucleares, el tráfico aéreo, los satélites, la red eléctrica, etcétera. El miedo no es sólo que un grupo terrorista consiga hacerse con el control del sistema nervioso de un país y provoque una matanza o un colapso económico. También se teme que otra nación rival lo haga, abriendo un escenario bélico futurista. En su ensayo-ficción “Los próximos cien años”, George Friedman plantea las guerras del futuro como una combinación de sabotaje informático a gran escala y batallas entre tropas de élite. Volviendo al presente, el informe publicado esta semana en Washington aseguraba que China ha intentando ya hackear la red eléctrica, la distribución de agua, gas y gasolina y la industria militar americanas, entre otras muchas cosas.

¿Cuál es el contencioso entre Estados Unidos y China?

Según Akamai Technologies, China es el país del que provinieron más ataques informáticos en 2012, alrededor del 33%. Estados Unidos quedó segundo, con un 13%. Es muy difícil determinar la localización exacta de un hacker y por eso la Casa Blanca ha venido realizando hasta la fecha acusaciones muy vagas, sin señalar directamente a ningún gobierno, aunque en privado sí se haya afrontando el tema con las autoridades chinas. El informe aparecido esta semana cambia todo, ya que aporta pruebas que los expertos consideran definitivas y que apuntan al Ejército chino como responsable de un porcentaje abrumador de los ataques de envergadura registrados desde 2006. Según la empresa Mandiant (especializada en seguridad en Internet y ligada a la industria armamentística americana), Pekín mantendría una legión de ciberespías de élite, algunos en nómina y otros subcontratados, en un edificio blanco de 12 plantas a las afueras de Shanghai. La policía china, por cierto, ha prohibido que se acerquen hasta allí periodistas extranjeros desde que se hizo pública su dirección. 

El inmueble alojaría la misteriosa Unidad 61398 del Ejército Popular de Liberación (EPL), un departamento dedicado a la inteligencia cibernética, cuyas actividades son secreto de estado, pero que recluta estudiantes de informática en las universidades más prestigiosas del país. Es imposible, sostiene Mandiant, que cientos de hackers de tan alto nivel trabajen juntos durante tantos años en un lugar tan concreto sin que se entere la 'policía cibernética' del país con el sistema de censura en Internet más avanzado del planeta. El Ejército chino no sólo estaría tomando posiciones ante una futurible ciberguerra (algo que Estados Unidos también está haciendo), sino que además ayudaría a las empresas chinas a robar secretos de las empresas occidentales. En el discurso sobre el estado de la Unión, el propio presidente Barack Obama le dedicó un rato al tema, sin apuntar directamente a China, pero haciendo claras alusiones al respecto. “Sabemos que países y empresas extranjeras roban nuestros secretos. Ahora nuestros enemigos están también intentando sabotear nuestra red eléctrica, nuestras instituciones financieras y nuestro sistema de control del tráfico aéreo. Sería terrible que dentro de unos años mirásemos para atrás y nos preguntásemos por qué no hicimos nada para evitarlo”, dijo.

¿Cuál es la respuesta de China?

El Gobierno chino niega cualquier implicación con los ciberataques. “(Éstos) son trasnacionales y anónimos. Determinar su origen es extremadamente difícil”, se defendió un portavoz del Ministerio de Exteriores esta semana, añadiendo que China también recibe muchas intrusiones procedentes del extranjero. “Y de todos ellos, los que provienen de Estados Unidos son los más numerosos”, remató. No es ningún secreto que Washington también emplea ciberespías y ha protagonizado algunos de los ataques más espectaculares de los últimos tiempos, como el que coordinó con Israel (el llamado virus Stuxnet) para sabotear el programa iraní de enriquecimiento de uranio.

Desde el flanco académico, Pekín aporta sus propios datos e informes, aunque resultan mucho menos consistentes que los norteamericanos y no presentan pruebas. Según el Diario del Pueblo, China es la mayor víctima de ataques en Internet, especialmente su Ejército. La página web del Ministerio de Defensa, sostiene el rotativo citando 'informes oficiales', ha recibido 80.000 intrusiones al mes, la mayoría procedentes de Estados Unidos. “A pesar de ello, China nunca ha acusado a ningún país con esas cifras porque creemos que la seguridad en Internet es un asunto internacional que necesita ser tratado con responsabilidad y cooperación”, concluye el órgano de propaganda del Gobierno.

China es el país del que provinieron más ataques informáticos en 2012, alrededor del 33%. Estados Unidos quedó segundo, con un 13%Li Xiaodong, un miembro del Comité Consultor de Seguridad del Gobierno chino, insistió en una entrevista telefónica en reflejarlo como un problema de responsabilidad civil, en el que los gobiernos sólo se defienden pero nunca atacan. “Hay muchos hackers chinos que atacan América, pero también hay muchos hackers americanos atacando China. Pueden ser empresas o individuos particulares, por unos u otros motivos. No es nada especial, no hay nada raro detrás, ni nada nuevo. Lo que estamos viendo ahora es todo una campaña mediática. Estados Unidos tiene su propio departamento de seguridad en Internet desde 2010 y China obviamente también tiene que protegerse. Es algo normal y ellos son el país más fuerte en tecnología en Internet, así que su actitud tiene más impacto que la nuestra en el mundo”.

¿Qué planea hacer Estados Unidos al respecto?

Washington ha presentado esta semana un plan específico para combatir el problema, un documento en el que se amenaza con represalias diplomáticas y comerciales a países y empresas que incurran en ciberespionaje. Aunque no se dirige abiertamente al Gobierno chino, el texto de la Casa Blanca está lleno de ejemplos relacionados con el gigante asiático y sus empresas. Entre las represalias que se barajan, no se descarta cerrar el mercado estadounidense o imponer duras sanciones a los socios comerciales que haya robado secretos de competidoras estadounidenses. El problema, advierten los expertos, es que demostrar de manera inequívoca la procedencia de un ciber-ataque es una labora complicadísima. Es lógico pensar que en los próximos meses asistiremos a los primeros litigios internacionales sobre ciberespionaje. El principio de algo nuevo a lo que tendremos que ir acostumbrándonos.