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Osborne se aleja de su objetivo fiscal bajo la amenaza de Moody’s
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Celia Maza

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Osborne se aleja de su objetivo fiscal bajo la amenaza de Moody’s

Lleva dos años y medio al volante y ahora es cuando George Osborne se ha dado cuenta de que el viaje es más largo de lo

Lleva dos años y medio al volante y ahora es cuando George Osborne se ha dado cuenta de que el viaje es más largo de lo que esperaba. En el ecuador de la legislatura, el chancellor ha tenido que admitir que su Plan A -el único al que se ha aferrado durante todo este tiempo para superar la crisis- no marcha todo lo bien que esperaba. El tory presentará hoy por la mañana ante la Cámara de los Comunes el llamado discurso de otoño, una forma elegante que tienen los británicos para referirse a la revisión de los presupuestos. Como es lógico, los pasajeros del asiento de atrás preguntarán al conductor si queda mucho. Y Osborne tendrá que ser sincero y decir que “sí”, que el destino aún no se atisba porque ha cogido una ruta distinta hacia la reducción de deuda y crecimiento.

 

Pero debe ser hábil y demostrar que no está del todo perdido. Ya no sólo por las quejas de los que lleva detrás, sino por las advertencias de Moody´s. La agencia de calificación ha dejado muy claro que si el país vuelve a entrar en recesión o el Gobierno no presenta un plan contundente para impulsar el crecimiento económico de manera inmediata, el Reino Unido podría perder su triple A. Hasta ahora ha sido generosa, ya que, a pesar de que el país cuenta con uno de los déficits más altos de Europa, estimado en un 8,2% del PIB, y arrastra una deuda neta de más de 1,06 billones de libras (unos 1,3 billones de euros), equivalente al 67,9% del PIB, siempre se le ha mantenido la máxima calificación.

Hasta mañana no se conocerán las previsiones de crecimiento elaboradas por la oficina de responsabilidad presupuestaria (OBR), el organismo independiente creado por el Ejecutivo de David Cameron para supervisar las finanzas públicas. Pero el Banco de Inglaterra ya ha pronosticado que el Reino Unido, que salió de su segunda recesión desde 2008 en octubre, gracias al impulso de los Juegos -era la primera vez desde 1970 que sufría una doble zambullida-, crecerá en 2013 alrededor del 1%.

John Van Reenen, de London School of Economics, asegura a El Confidencial que lo más probable es que el próximo trimestre acabe con crecimiento negativo. “Aunque lo que nos debe preocupar no es eso, sino el hecho de que el crecimiento es persistentemente menor desde 2008. Incluso con el empuje del último trimestre, las cifras muestran que la economía todavía sigue siendo un 3% menor que en 2008”, señala.

Recortar para invertir en ciencia y educación

Para que el “coraje” no lo tengan sólo los hogares con rentas más bajas, ante las demandas de Nick Clegg y en un claro intento de equilibrar la balanza con respecto al Presupuesto de marzo -donde redujo la carga fiscal a los ricos-, está previsto que se anuncie una modificación en la desgravación fiscal sobre las pensiones de los ciudadanos con los ingresos más altosCon todo, el Ejecutivo adelantó ayer que seguirá con la era de la austeridad. Se dará un nuevo tijeretazo al llamado sistema de bienestar para conseguir unos ahorros valorados en 10.000 millones de libras de aquí a 2015, se retirará la ayuda a la vivienda a los menores de 25 años y se pedirá a la mayoría de los departamentos que se ajusten, aún más, el cinturón. Estos tendrán que reducir un 1% en 2013-14 y un 2% en 2014-15 sus gastos de administración, con excepción de los de Salud, Hacienda y Cooperación Internacional. El dinero ahorrado, calculado en unos 5.000 millones de libras (6.100 millones de euros), se invertirá en proyectos de educación, ciencia y transporte.

Según el Tesoro, los planes de inversión están presupuestados y no conllevarán un aumento del endeudamiento, que se ha incrementado en los últimos meses. La Cámara de Comercio británica estimó ayer que el agujero del sector público sería de 104.100 millones de libras para 2013, esto es, 12.000 millones de libras más de lo que se había previsto en marzo.

En octubre, la cifras oficiales ya revelaron que se han pedido 2.700 millones más que el mismo mes en 2011, por lo que todo hace prever que Osborne no podrá cumplir al menos una de las dos reglas de oro que anunció cuando se convirtió en 2010 en el Canciller de Exchequer más joven del Reino Unido en más de un siglo. 

Sus dos pilares siempre han sido, por un lado, eliminar el llamado "déficit estructural" -la parte del déficit que es inmune al crecimiento económico y que sólo puede resolverse a través de recortes y aumentos de impuestos- al final de la actual legislatura; por otro, reducir la deuda para 2015-16.

El domingo ya admitió que la reducción del déficit puede llevar más tiempo del esperado. Pidió "coraje" para afrontar la crisis, pero recalcó que desviarse de la hoja de ruta sería un error puesto que hundiría al país en una deuda aún más profunda y llevaría a un incremento de los tipos de interés, que actualmente se sitúan en el nivel histórico del 0,5%.

Para que el “coraje” no lo tengan sólo los hogares con rentas más bajas, ante las demandas de Nick Clegg, y en un claro intento de equilibrar la balanza con respecto al Presupuesto de marzo -donde redujo la carga fiscal a los ricos-, está previsto que se anuncie una modificación en la desgravación fiscal sobre las pensiones de los ciudadanos con los ingresos más altos.

Por otra parte, en medio de la polémica por las altas tarifas que cobran las compañías eléctricas, el tory planea aprobar la construcción de treinta plantas de gas, lo que ha indignado a los ecologistas porque impedirá cumplir los compromisos oficiales en cuanto a reducción de las emisiones nocivas.

Si el mapa esta vez no da resultado, le será difícil el próximo año encontrar la ruta que le lleve a su destino final.

Lleva dos años y medio al volante y ahora es cuando George Osborne se ha dado cuenta de que el viaje es más largo de lo que esperaba. En el ecuador de la legislatura, el chancellor ha tenido que admitir que su Plan A -el único al que se ha aferrado durante todo este tiempo para superar la crisis- no marcha todo lo bien que esperaba. El tory presentará hoy por la mañana ante la Cámara de los Comunes el llamado discurso de otoño, una forma elegante que tienen los británicos para referirse a la revisión de los presupuestos. Como es lógico, los pasajeros del asiento de atrás preguntarán al conductor si queda mucho. Y Osborne tendrá que ser sincero y decir que “sí”, que el destino aún no se atisba porque ha cogido una ruta distinta hacia la reducción de deuda y crecimiento.

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