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José Zorrilla

Las tres voces

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Muchas gracias Diane Keaton

Este pasado mes de noviembre, la entonces Secretaria de Estado de los EEUU, Hillary Clinton, hizo público que el Océano Pacífico pasaba a ser la orilla

Este pasado mes de noviembre, la entonces Secretaria de Estado de los EEUU, Hillary Clinton, hizo público que el Océano Pacífico pasaba a ser la orilla estratégica principal de su país.

Las razones de este giro son irrefutables tanto en el orden externo como en el interno. En Asia está el 60% de la población mundial y el 17% del PNB global (16% Europa). Asia crece tres veces más rápido que Europa y cuenta también con nueve de los diez puertos más importantes del mundo. El de Rotterdam, primero de Europa, ocupa la décima posición, con apenas un tercio del volumen del primero: Shanghai.

En el orden interno, citaré la película La red social, que cuenta la historia de Facebook. Hay en ella un momento de no retorno cuando su fundador, Mark Zuckerberg, entiende que una empresa de vanguardia como la suya no puede sobrevivir en el venerable entorno atlántico de Harvard y se muda a California, donde sigue.

¿Y qué papel tiene en todo esto la actriz Diane Keaton? Pues el de ser una de las principales defensoras de la arquitectura española en California

El Atlántico y el Pacífico son dos orillas cargadas de símbolos, pero asimétricos. La del Atlántico es la seria, la protestante, la cuna de todas las cosas y las Trece Provincias originales, sede de Washington y Wall Street. A ella llegaron los Peregrinos en 1620 y cuenta la narrativa nacional que esos inconformistas arribaron a las costas de la Nueva Jerusalén en un lugar que hoy marca Plymouth Rock- primera piedra de la Unión. Verdad es que allí llegaron los Peregrinos en esa fecha. Que fuese primera piedra de la Unión es opinable. San Agustín, en Florida, igualmente norteamericana, llevaba ya habitada por españoles unos sesenta años.

En el Atlántico se levantaron también las universidades de Harvard y Yale en 1636 y 1701 sobre el modelo alemán. Y ya en el S. XIX, la Estatua de la Libertad, poderosísimo símbolo asentado sobre un poema de Emma Lazarus, El nuevo Coloso, oferta de refugio para los pobres del mundo. De hecho hasta 1875 no hubo leyes de inmigración en los EEUU. Se entendía que la Unión estaba abierta a quien quisiera llegar hasta sus costas.

No a las del Pacífico. En esa otra costa a los chinos les recibía un Acta de Exclusión (1882) y una especie de cárcel donde muchos pasaron años, Angel Island, en la misma bahía que acoge Alcatraz. Sus dos universidades principales, California y Stanford llevaban fecha de fundación reciente, 1868 y 1891 y se asentaban en un entorno pintoresco, salpicado de residuos de la otra colonización, supersticiosa e inquisitorial, las misiones españolas, ajenas al relato del Thanksgiving. Hollywood cultivó estos mitos con eficacia sin que sea preciso recrearse en la suerte.

El giro al Pacífico de los EEUU es, por consiguiente, una excelente noticia para España pues, sin contradecir la herencia anglo, va reequilibrando el relato nacional hacia el sur/suroeste y sobre todo hacia California, que es el lugar privilegiado del patrimonio cultural colonial español en los EEUU: las misiones. 

Por otra parte la naturaleza democrática de la Unión irá acentuando cada vez más ese viraje de la mano del creciente voto latino, sean demócratas o republicanos quienes lo administren. Y con él irá llegando la cultura de Cervantes, Calderón, Lope, Goya, Buñuel y Lorca, complemento del fondo cultural y étnico propio de esos recién llegados.

Con ellos se irá apagando también la visión de distopía texmex, propia de un Kaplan, por ejemplo, para cultivar la memoria de la otra manera de colonizar, al menos tan civilizada como la inglesa, y, desde luego igualmente norteamericana. Oigamos a la profesora americana Valerie Kivelson. “La América española dejó un legado de catolicismo casi uniforme...en territorio inglés, sin embargo, los indios mantuvieron en el pensamiento colonial un papel de paganos inasimilables, básicamente extraños, lo que se tradujo en un práctica constante y sostenida de transferencia de poblaciones y exterminación.” (Cartographies of Tsardom. 2006. pag 181)

¿Y qué papel tiene en todo esto la actriz Diane Keaton? Pues el de ser una de las principales defensoras de la arquitectura española en California hasta el punto de haber coescrito un libro clásico en la materia, California Romantica en inglés a pesar de su título*. Muchas gracias Sra. Keaton.

*California Romantica. Spanish Colonial and Mission-Style Houses. Diane Keaton, D.J Waldie, Lisa Hardaway, Paul Hester. Rizzoli 2007.

José A. Zorrilla, diplomático.

Este pasado mes de noviembre, la entonces Secretaria de Estado de los EEUU, Hillary Clinton, hizo público que el Océano Pacífico pasaba a ser la orilla estratégica principal de su país.