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Maremoto económico en el Pacífico
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José Zorrilla

Las tres voces

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Maremoto económico en el Pacífico

En el tango son veinte años. En el Pacífico han bastado diez. Parece que fue ayer cuando China celebró con un inmenso despliegue de fuegos artificiales

En el tango son veinte años. En el Pacífico han bastado diez. Parece que fue ayer cuando China celebró con un inmenso despliegue de fuegos artificiales su ingreso en la OMC, (2001), los profesionales recordaban los escritos premonitorios de Lester Brown sobre cómo iba a cambiar el mercado de cereales mundial si China se acercaba a los niveles de consumo de los EEUU y se decía (o se imaginaba) que China iba a ser el país del futuro.

En aquel momento las organizaciones internacionales (OOII) de Asia Pacífico  eran pocas y no muy desarrolladas. La más activa era la venerable Asean, fundada en Bangkok en 1967 por Indonesia, Malasia, Filipinas, Singapur y Tailandia, a la que le costó 30 años incorporar a China, Japón y Corea del Sur (Asean+3) en reconocimiento inevitable de que quedaban atrás la II Guerra Mundial y la lucha contra el comunismo. En el 2005 el Asean+3 se convirtió en el East Asian Summit (EAS) con un total hoy de 16 países. La otra ilustre protagonista de la zona era la Asian Pacific Economic Cooperation (Apec), fundada en 1989 y que, a través de sucesivas vicisitudes ha llegado a su presente quorum de 21 Estados de la cuenca del Pacífico.

A finales del 2011 llegó la bomba. Los EEUU consideraban el Pacífico como su orilla estratégica privilegiada, algo natural si se tiene en cuenta que el Pacífico, incluidos los EEUU y el resto de países iberoamericanos, concentra más del 70% de la población del mundo de tal manera que solo le faltaba adoptar instituciones y modelos occidentales para alzarse con el cetro de la humanidad. Así ha sido y el Atlántico es historia. Además y aunque las estadísticas no se ponen muy de acuerdo en los porcentajes, lo cierto es que la participación de Europa en el PNB global es decreciente y la de Asia Pacífico creciente.

Y en el centro, China

Dentro de todo ese cúmulo de noticias, la principal es el acceso de China al estatus de superpotencia global lo que está planteando problemas irresolubles dentro del paradigma clásico de hegemonía, no ya de Morgenthau sino ni incluso de Westfalia. Se está inaugurando un nuevo mundo y la perplejidad del hegemón es evidente. Han negociado la apertura de nuevas bases militares en Australia, Singapur y Vietnam, lo que les ha valido ya un delicado toque de atención por parte de China -sean "cuidadosos", les ha dicho-. Pero ¿qué tienen que ver las bases militares americanas con el ascenso del PNB chino hasta la segunda posición mundial? O ¿cómo contener militarmente al país que supone el 30% de todo el crecimiento del planeta? Finalmente el programa de desplegar barcos Zumwalt en toda la periferia china (una especie de cordón sanitario incomprensible) terminó en fracaso porque republicanos y demócratas no se pusieron de acuerdo sobre cómo gestionar los recortes presupuestarios.

Todo este maremoto afecta directamente a España. Ella fue la primera potencia Europea que avistó el Pacífico, lo cruzó de ida y vuelta, llegó también la primera a JapónTodo este maremoto afecta directamente a España. Ella fue la primera potencia Europea que avistó el Pacífico, lo cruzó de ida y vuelta, llegó también la primera a Japón con San Francisco Javier y un largo etcétera cultural y político con toda la zona, China en primer lugar, que no voy a detallar. Pero hoy, sobre todo, por la vía de Iberoamérica.

Porque a las venerables Apec y Asean las están completando iniciativas que incluyen a Estados iberoamericanos como países fundadores. Por ejemplo la Trans-Pacific Strategic Economic Partnership Agreement (TPP o P4) con tres miembros angloparlantes, Nueva Zelanda, Singapur, Brunei y uno -atención- hispanohablante, Chile, lo que hace a la organización oficialmente bilingue en inglés y español, hecho estratégico relevante para España y que no sucedía ni con la Apec ni con la Asean. A la puerta del P4 están llamando ya EEUU, Australia, Perú, Vietnam, Malasia, México, Canadá y Japón.

Y desde el año pasado a esa P4 se añade una asociación específica de países iberoamericanos ribereños del océano, la Alianza del Pacífico. Por ahora Chile, Perú, Colombia y México. Ecuador no forma parte de ella por sus supuestos institucionales contrarios a los valores defendidos por los países fundadores.

Buenas noticias para España

Es un verdadero cambio de paradigma para Latinoamérica. A la tradicional dinámica asimétrica continental Norte-Sur, que dividía a los interesados en "patio trasero" y "periferia", enzarzada en los bucles agónicos de Mercosur o del Pacto Andino, con la OEA como referencia, se le abre un eje Este-Oeste que hace de los actores estatales de la cuenca del Pacífico, hasta ahora secundarios, protagonistas de una aventura de vanguardia global. No me olvido de lo que el NAFTA ayudó mucho a México pero era un tratado que seguía en el paradigma Norte-Sur y que encerró al país en el síndrome de Tijuana. El Pacífico, por el contrario lleva a Iberoamérica a mirar a otros escenarios más inclusivos e igualitarios y, por primera vez desde la independencia, les recuerda el galeón de Manila y empieza a  sacarlos de la Doctrina Monroe (y la de Mahan).

Tanto la P4 como la Alianza son grandísimos avances para Iberoamérica y excelentes noticias para EspañaPor añadidura lleva la lengua española al nuevo centro del mundo. Recordemos, en lo referente a la Doctrina Monroe, que el primer socio comercial de Iberoamérica hoy es la República Popular China con más de 250 bn $ de intercambio y con posiciones de privilegio en muchos países. En Chile, por ejemplo, ya hace años que vienen siendo los primeros compradores de su cobre. En cuanto a la inversión conocer los hechos es difícil porque muchas inversiones se canalizan por terceras partes. Pero es de señalar que, sea cual sea su monto, la presencia de dignatarios chinos en el continente no provoca manifestaciones de protesta ni discursos antimperialistas.  Sus inversiones se ven como simplemente mercantilistas.

Tanto la P4 como la Alianza son grandísimos avances para Iberoamérica y excelentes noticias para España. Cuando en el Cerro de Atacama en Chile se fundó la Alianza del Pacífico el pasado año se hizo en presencia del Rey de España, otra buena noticia, ratificada este año en la cumbre de Cali con la presencia del presidente del Gobierno, único europeo en el encuentro y primer observador de nuestro continente al que han seguido Portugal y Francia: hay razones para el optimismo. 

*José A. Zorrilla es diplomático.

En el tango son veinte años. En el Pacífico han bastado diez. Parece que fue ayer cuando China celebró con un inmenso despliegue de fuegos artificiales su ingreso en la OMC, (2001), los profesionales recordaban los escritos premonitorios de Lester Brown sobre cómo iba a cambiar el mercado de cereales mundial si China se acercaba a los niveles de consumo de los EEUU y se decía (o se imaginaba) que China iba a ser el país del futuro.