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José Zorrilla

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Diez guerras que no puedes perder de vista (I)

Diez áreas de conflicto que deben seguirse con cuidado, ya sea por sus implicaciones estratégicas o humanitarias. Y todas están siendo golpeadas por el terrorismo yihadista

Foto: Un miembro de las fuerzas de seguridad iraquíes golpea a un insurgente del ISIS capturado en Tikrit, en abril de 2015 (Reuters).
Un miembro de las fuerzas de seguridad iraquíes golpea a un insurgente del ISIS capturado en Tikrit, en abril de 2015 (Reuters).

El International Crisis Group señala diez áreas de conflicto que deben de seguirse con cuidado, sea por sus implicaciones estratégicas, humanitarias o ambas.

Siria / Irak

Posiblemente el conflicto más grave de todos, con cerca de 250.000 víctimas y diez millones de refugiados. En un principio se pensaba en derrocar a Bashar al Asad cómo solución más razonable, pero la oposición rusa (con el Vaticano y el Patriarcado Oriental detrás) lo hizo imposible. Por fin, este pasado septiembre Rusia pasó a la acción y empezó a bombardear a la oposición siria, tanto al ISIS como a los moderados. Bzrezinski advirtió que así empezó la I Guerra Mundial, pues detrás de los "moderados sirios" estaba EEUU.

Los atentados del ISIS en París en noviembre llevaron a la intervención (bombardeos) de Francia, Alemania e Inglaterra -a la que se ha sumado Holanda-. Ese mes se produjeron los encuentros de Viena entre las partes interesadas, aunque sin resultado visible. En diciembre, sin embargo, sí se produjeron dos acontecimientos importantes. Una conferencia en Riad para unir a todos los suníes anti-Asad y una resolución unánime del Consejo de Seguridad para iniciar negociaciones, que acaban de arrancar en Ginebra. La gran sorpresa ha sido China, que el 18 de diciembre pasado invitó al Gobierno y a la oposición siria a desplazarse a Beijing, lo que han hecho estos pasados días de enero.

Irak es otro poderoso remolino. Parece que por fin la presencia de milicias chiítas, iraníes y fuerzas especiales americanas están consiguiendo recuperar el terreno perdido ante el ISIS. La reconquista de Ramadi así lo hace pensar. Veremos si el éxito acompaña la expedición a Mosul, que es dónde está el petróleo -y no solo la fuerza militar- del ISIS.

Turquía

Ha quedado claro que Ankara se ve a sí misma como uno más de los países suníes de Oriente Medio. Esa voluntad le provoca graves problemas, el primero, que su archienemigo, los kurdos, se han convertido en uno de los principales activos de Occidente en la lucha contra el ISIS. Otros no menores son el descubrimiento de Irán por parte de Occidente, y, sobre todo, Rusia. Turquía le aplicó sus reglas de enfrentamiento y derribó un SU-24 de ataque a tierra. Dejando aparte otras medidas, como por ejemplo negarle el acceso a su zona de influencia (Asia Central), Moscú acaba de confirmar su propósito de luchar con los kurdos, precisamente en el límite de su frontera con Turquía, para ayudarles a conquistar las principales ciudades del norte, algo que si no es 'casus belli' le roza muy cerca.

El apoyo de la OTAN a Ankara se hizo visible ante la amenaza rusa, pero no es muy decidido. La visita del vicepresidente Biden a Turquía (22 enero) lo demuestra. El dignatario recordó que hay 1128 catedráticos de universidad bajo investigación penal y que sigue en la cárcel Can Dundar, director del periódico 'Camhuriyet', por haber revelado que Turquía abastece de armas al ISIS. A la vista de este escenario y de que Irán (chiíta) es el aliado preferido de Occidente, Ankara ha iniciado el deshielo con Israel. Entretanto, se ha confirmado que Rusia ha violado el espacio aéreo de Turquía otra vez. En esta ocasión parece que se ha preferido la prudencia y no se han aplicado las reglas de enfrentamiento. Pero las espadas siguen en alto.

Yemen

Desde 2011, cuando el presidente de Yemen, Ali Abdul Saleh, dejó el poder entre protestas, los chíitas yemeníes (hutíes) no han dejado de avanzar, con el apoyo de Irán, hacia la conquista del poder. De hecho tomaron la capital, Saná, en 2014. Dos millones de desplazados, 6.000 muertos y 120.000 desplazados de un país de 24 millones de habitantes (cerca de la mitad menores de quince años) hablan de la fiereza de un enfrentamiento al que no se le ve salida.

Arabia Saudí, que ya tiene a Irak e Irán al norte, no puede consentir otro estado chíita al sur. Por ello, en marzo de 2015 lanzó una contraofensiva militar que no parece haber dado mucho resultado. El delegado para asuntos humanitarios en Yemen, Jamie McGoldrick, ha lanzado una llamada de auxilio estremecedora. Calcula en 21 millones las personas necesitadas de ayuda, de las que 7,4 millones son niños. Entre ellos, uno cada ocho está en riesgo de desnutrición severa.

Libia

Tras el derrocamiento de Gadafi en 2011 el país se ha sumido en el caos. Tiene varios gobiernos de signo distinto que luchan entre sí. El Consejo de Diputados y el Ejército Nacional Libio en Tobruk (Egipto, EAU), el Nuevo Congreso Nacional General o Amanecer Libio, islamista, en Tripoli (Qatar, Sudan, Turquía), el de Benghazi, de orientación islamista y apoyado por el Gobierno no reconocido de Tripoli que lidera Omar Al Assi. A esto se suma la presencia del ISIS en Sirte.

Para completar el puzzle, los tuaregs controlan el sur/suroeste, capital Ghat, y las fuerzas locales de Misrata gobiernan esa ciudad. Todo consecuencia de la "intervención humanitaria" occidental contra la que Rusia trató de prevenirnos -en vano-. El español Bernardino León, enviado de la ONU hasta noviembre de 2015, trató de crear un gobierno de unidad nacional pero fracasó en el intento. En ello sigue la ONU; ahora el encargado es Martin Kobler, que por el momento no ha alcanzado su objetivo.

El vacío de poder ha hecho de Libia uno de los puntos de origen de la emigración a Europa y ha llevado al hambre y la miseria a 2,4 millones de personas y a 435.000 desplazados internos. No hay dinero ni planes de rescate humanitario para el año 2016. Excepto Italia, todos los países occidentales han cerrado sus embajadas, entre ellos España. Obama pondera seriamente intervenir para eliminar el enclave del ISIS en Sirte mientras Francia afirma que los yihadistas podrían saltar el Mediterráneo y llegar a Europa.

Cuenca del lago Chad

Nigeria, Níger, Chad y Camerun sufren la violencia del grupo terrorista Boko Haram, renombrado ahora ISWAP. La prensa no suele hacerse eco de las barbaridades que cometen esos salvajes en Camerún, Níger o Chad y que se concentran sobre todo en Nigeria, pero es en Camerun dónde más se han incrementado los atentados terroristas este pasado año (25 ataques), seguido por Níger y Chad. Para colmo de males se ha incorporado al grupo Burkina Fas,o con un atentado que ha costado 30 víctimas mientras que en el norte del país se sabe, sin mucho detalle, que están activos grupos próximos a Al Qaeda.

Sin embargo, es verdad que el núcleo del problema radica en Nigeria, donde el ISWAP controla incluso territorio en el nordeste y se ha declarado leal al ISIS. Por su parte, el país ha dado un vuelco político decisivo al elegir un nuevo presidente, Muhammadu Buhari, en sustitución de Goodluck Jonathan, a quien Boko Haram no le preocupaba demasiado. Está por ver si Buhari cumple. Aseguró que habría acabado con el terrorismo para el mes de diciembre del pasado año. Este enero, el día 31, 70 civiles, entre ellos niños, cayeron víctimas de un ataque en el pueblo de Dalori. Los habitantes que huyeron despavoridos al pueblo más cercano, Gamori, se encontraron con una especialidad de ISWAP, las niñas suicidas, en este caso tres. Este atentado seguía a los de Gombi (11 muertos) y Chibok (15 fallecidos), lugar tristemente célebre pues ahí raptaron a 219 niñas en abril de 2014. El total de víctimas del terrorismo en Nigeria desde 2009 es de 20.000. Nigeria es hoy el tercer país más afectado por la violencia terrorista en el mundo. (International Business Times, 1 Feb). El ejército asegura este recrudecimiento de los ataques se debe a que el ISWAP está acorralado. Ójala.

Dejo el resto de los otros conflictos para la semana que viene.

El International Crisis Group señala diez áreas de conflicto que deben de seguirse con cuidado, sea por sus implicaciones estratégicas, humanitarias o ambas.

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