Es noticia
El Reino, los EEUU, el terrorismo y el fin de los Atridas
  1. Mundo
  2. Las tres voces
José Zorrilla

Las tres voces

Por

El Reino, los EEUU, el terrorismo y el fin de los Atridas

El Senado estadounidense podría aprobar una ley que permita juzgar a los responsables extranjeros de atentados contra EEUU, una medida con mucho más alcance de lo que pueda parecer

Foto: Explosión del segundo avión contra las Torres Gemelas, el 11 de septiembre de 2001 (Foto: Wikimedia Commons)
Explosión del segundo avión contra las Torres Gemelas, el 11 de septiembre de 2001 (Foto: Wikimedia Commons)

Los senadores Chuck Hummer y John Cornyn han presentado una iniciativa parlamentaria que lleva por título "The Justice Against Sponsors of Terrorism Act" (JASTA) cuyo objetivo es autorizar a los tribunales americanos a juzgar a los miembros de los gobiernos extranjeros que hayan causado daños a personas o bienes de EEUU por actos de terrorismo. Se excluyen la simple negligencia y los actos de guerra. En resumen: el fin de la inmunidad soberana si el hecho juzgado es terrorista. El texto ha pasado ya el Comité Judicial del Senado y el del propio Senado por unanimidad.

El tema viene de antiguo y de abajo. Ya desde agosto del 2002, un grupo de familiares de las víctimas del 11-S venía reclamando, sin éxito, que se hiciese público todo el dossier de los atentados para poder llevar a los responsables ante los tribunales USA y obtener compensación por daños y perjuicios. Sin embargo, la documentación ofrecida sigue siendo incompleta, pues faltan las 28 páginas finales en las que se establecen las posibles responsabilidades de los autores extranjeros, de los que quince sobre diecinueve eran saudíes. El Ejecutivo alega secreto de Estado para justificar esa omisión. Pero incluso aunque el dossier se hiciese público y concluyese con una terminante condena de Arabia Saudi, la excepción de inmunidad soberana haría imposible una reclamación civil ante los tribunales estadounidenses, como ya ha sido el caso por dos veces. La JASTA vendría a corregir esta limitación. Aunque es verdad que el Derecho Internacional conoce capítulos de jurisdicción universal, como los crímenes contra la humanidad, el paso legal que daría la JASTA es de enorme alcance.

La respuesta saudí indica por dónde van sus temores. Tras haber manifestado su oposición al proyecto, ha amenazado con vender los 750 mil millones de bonos USA en su poder (NYT, 15 Abril 2016) y replicar con una contrademanda para que se indemnice a todos los estudiantes saudíes expulsados de Estados Unidos tras el 11-S. Añade también que esa paranoia es, en realidad, una conspiración para despojarles de toda su riqueza. Ahora bien: Arabia Saudita es solo parte del problema. Si la ley saliese adelante afectaría también a algunos aliados de EEUU, sobre todo a los que hubiesen colaborado más estrechamente con él porque llegado el caso de ir a juicio, el demandante podría exigir del Ejecutivo americano revelar toda la información disponible, incluida la de terceros países comprometidos en los hechos. Sería el fin de la colaboración internacional con los EEUU pues siempre habría el peligro de ver que los dossiers se abren no solo sobre Estados Unidos sino también sobre todos los aliados que colaboraron. De hecho esta objección se ha hecho desde Inglaterra

No solo eso. Se abre paso también a acciones de retorsión en los países afectados por la JASTA, que podrían llevar a la ruina, la cárcel o hasta al patíbulo a ciudadanos americanos. O simplemente, y sin retorsión, a la extensión por reciprocidad de ese tipo de legislaciones por todo el mundo, lo que pondría en peligro vida y bienes de los EEUU y de sus aliados. Desde luego parece contradictorio no aceptar la jurisdicción del Tribunal Internacional Penal, como es el caso estadounidense, y abrir esta otra puerta de mucho mayor alcance.


Dentro de la Administración, tanto el Presidente como el Departamento de Estado han manifestado ya su rechazo a la JASTA y parece claro que si las Cámaras siguen adelante con esta iniciativa, Obama la vetará. Otros, sin embargo, están a favor. Por ejemplo los candidatos Sanders, Trump, Cruz y Clinton. Como se ve, todo un despliegue de consenso.

En el debate del Senado sobre JASTA se han oído cosas tales como "los saudíes y la familia real saudí están hasta las cejas en actividades terroristas" (Dana Rohrbacher, R, California), o "los wahabitas son reclutados por los terroristas con mayor facilidad" (Brad Sherman, D. California). Un hecho revelador, que relata Foreign Policy, se produce en el debate en el Senado, cuando Rohrabacher preguntó a cuatro expertos en asuntos saudíes si creían que la casa de Saud conocía los detalles del 11-S antes de que se produjese. Dos de los expertos levantaron la mano para decir sí.

Pero conviene no engañarse. Una parte importante de todo este ir y venir entre los USA y Arabia Saudí trae causa del remolino que azota el Oriente Medio. Ahora que ni el petróleo ni el Oriente Medio son tan importantes y ahora que los EEUU han encontrado soldados de verdad en las milicias chíies y kurdas, y que Teherán no es tan malo como parecía, llega la hora del reajuste estratégico. Por cierto, y en esta misma vena, la última noticia es la negativa americana a seguir vendiendo bombas de racimo a Arabia Saudi, vista su manera brutal de conducir la guerra en Yemen

En fin, que se anuncia un cambio de ciclo. Hace muchos años los EEUU se fueron a las arenas del desierto y sacaron de ese santuario aislado lo mas fanático y negativo del Islam, el wahabismo, para globalizarlo llevándolo a Pakistan en la esperanza de que se enfrentasen a la URSS en Afganistan. Para completar ese despropósito externalizaron en Pakistan el desarrollo de la insurgencia antisoviética: los wahabíes pasaron a llamarse talibanes. Y los resultados fueron la derrota de Afganistán, el 11-S y el nacimiento de Al Qaeda. Difícil no pensar en la Orestíada. Un príncipe troyano, Paris, rapta a una Reina griega, Helena. Se vengan los griegos, liderados por el Atrida Agamenón, arrasan Troya y vuelven vencedores a casa solo para encontrarse allí con la aniquilación de la dinastía de los Atridas a manos de sus propios hijos. ¡Una lástima que ya no se estudie griego en Bachillerato!

Los senadores Chuck Hummer y John Cornyn han presentado una iniciativa parlamentaria que lleva por título "The Justice Against Sponsors of Terrorism Act" (JASTA) cuyo objetivo es autorizar a los tribunales americanos a juzgar a los miembros de los gobiernos extranjeros que hayan causado daños a personas o bienes de EEUU por actos de terrorismo. Se excluyen la simple negligencia y los actos de guerra. En resumen: el fin de la inmunidad soberana si el hecho juzgado es terrorista. El texto ha pasado ya el Comité Judicial del Senado y el del propio Senado por unanimidad.

Arabia Saudí Barack Obama