¿Hollande nos salvará?

Antes de afrontar esta delicada cuestión, habría que plantearse por pura necesidad de salud mental si estamos ante una crisis de balances o de consumo. ¿Y qué es qué? Una crisis de balances es básicamente digerir la deuda restituyendo los balances vía inflación (imprimiendo dinero barato y cediéndolo a largo periodo). Y eso funcionaría; bueno, todo depende de la cantidad. De hecho, es una de las salidas ya previstas y que está en funcionamiento activo en USA y Gran Bretaña por ejemplo, y las cantidades allí son ingentes.

Entonces si esa es la cuestión, ¿por qué no lo hacemos?, ¿por qué no le pedimos lo mismo al BCE? Porque repito, si fuese una crisis de balances.

¿Y si no la fuese? ¿Qué podríamos estar sufriendo? Recapitulemos. Desde la fatídica fecha del 11 diciembre 2011 que nuestra nueva compañera de viaje, China, entra en la OMC, estamos financiando su crecimiento económico. Consumimos por ellos, y para ello generamos deuda inflando artificialmente activos. Mensaje para un exministro de economía: las propiedades inmobiliarias no estaban caras porque pagábamos por ello, sino porque había que alimentar la deuda. Era de obligado cumplimiento. ¿Si no, quién financiaba el estado? Como han podido comprobar, por estar en el 'machito' se hace lo que sea.

Si Hollande se equivoca, la siguiente cuestión no será el Euro o la misma UE, será ese orden geopolítico con asimetrías que hemos sostenido durante 30 años sin rubor y que ahora que flaquea nos sienta tan mal. Y de ahí al populismo un paso, ojalá me equivoque

Tiempos pasados, dejémoslo ahí, ya no nos dan más dinero para consumir. ¿Quién consume? Ahora tendrán que consumir los chinos, ¿los alemanes?, ¡no! Los chinos, los indios, los 'otros'… Entonces podremos volver a consumir lo que consumíamos antes, y además que los 'otros' consuman y evitar que el destino del 70% de productos acabados no finalice en los de siempre (USA/EU). La cuestión es si eso es posible. Porque si es un sí, estamos ante una crisis de balances, si no, estamos ante una crisis de consumo. ¿Y cuál es la sutil diferencia? Que la segunda nos obliga a limitar nuestro consumo, llamémoslo deflación.

Y aquí es donde entra nuestro amigo Hollande. ¿Puede él solo por su voluntad decretar que nuestra crisis es de balances y pedir al BCE que imprima? No digo si le gustaría, si tiene la tentación; digo si puede. Y no lo digo desde posiciones neoliberales, sino humanistas y por la lógica entredicha de esta crisis. Vuelvo al párrafo anterior: ustedes, con el dinero que han pedido prestado por activos sobrevalorados han pagado el crecimiento económico chino/indio/etc… No sé si me explico: sus estrecheces son eso, sus problemas de pago de hipoteca son eso. ¿Ustedes lo hubiesen hecho de forma voluntaria? Pues ahí estamos, porque si Hollande se equivoca, la siguiente cuestión no será el Euro o la misma UE, será ese orden geopolítico con asimetrías que hemos sostenido durante 30 años sin rubor y que ahora que flaquea nos sienta tan mal. Y de ahí al populismo un paso, ojalá me equivoque.

No entro en quién es Hollande (podría tener otro el mismo discurso, pues es previsible, incluso con orientación política diametralmente distinta); no entro en qué paso con la Constitución Europea, que daba legitimidad a un Parlamento Europeo, hoy desaparecido, frente a la Comisión y el BCE; solamente en el fondo de esta crisis. ¿A qué estamos haciendo frente?