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Cómo alargar la baja de maternidad (sin quedar mal con la empresa)
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Candela Hernández y Fernández

Diario de.... Una embarazada (mileurista)

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Cómo alargar la baja de maternidad (sin quedar mal con la empresa)

Cada embarazada tiene su particular paranoia. Y yo no iba a ser menos: la mía es la cabeza (la del bebé, claro). Parece que se les

Cada embarazada tiene su particular paranoia. Y yo no iba a ser menos: la mía es la cabeza (la del bebé, claro). Parece que se les va a descoyuntar a la mínima de cambio. Por eso, cuando ya tenía el tema de la guardería solucionado caí en que la baja de maternidad eran sólo cuatro meses (16 semanas). Ahí empecé a rayarme con Matilda y si a sus cuatro meses ya sostendría sola su cabeza.

Así que me fui al inconmensurable mundo de google y tecleé ‘bebé-cabeza-sujeta’. ¡Y bingo! Bajo el título de ‘etapas evolutivas’ una página me dio la información que buscaba, que hasta los seis meses, el bebé no es capaz de mantener la cabeza quieta y erguida.

Uf… ya me imaginaba a Matilda con la cabeza bailando como un muelle y abandonándola a su suerte en una guardería. Así que empecé a trajinar... Cómo podría alargar la baja de maternidad... Y, una vez más, la gente (que sabe de todo), me dio la solución.

La gente: -“Ay Candela, que pareces nueva. Pues une las vacaciones con la baja y ya está”.

La verdad que la idea no me pareció descabellada. ¿Y a mis jefes? ¿Tampoco les parecería descabellada?

“Venga maja” –pienso- “otro marrón más”. Y me asaltó la duda… ¿a qué jefe me dirijo? ¿Al de infraestructuras o al de superestructuras? ¿Al de contenidos o al del continente? ¿Al que sé que me va a decir que “no hay problema” o al del “sí, pero…”? Es una importante decisión, no se crean. Sobre todo porque coincidió en los mismos días en los que Carme Chacón, ministra de Defensa, decidió reincorporarse al trabajo tras sólo 40 días de baja maternal, lo cual, a mi modo de ver, hace un flaco favor a las trabajadoras embarazadas.

Chacón es un referente público y político de gran relevancia, si ella sólo utiliza 5 semanas de baja (en lugar de las 16 que existen por ley) provoca un agravio comparativo en el resto. Quiero decir, que cualquier empresario puede presionar a una empleada en su misma situación con el fácil argumento de “pues la ministra sólo estuvo un mes sin trabajar”.

Y yo encima pretendía unir la baja con las vacaciones…

Aunque no lo crean, estas cosas pasan. Justo cuando comencé el tercer trimestre de la gestación quise coger un avión por un asunto personal y fui al médico para que me diera un certificado (las compañías de vuelo lo exigen) y la doctora me espetó: “¿Tú quién te crees que eres, la ministra?” ¿Crees que puedes viajar así como así con siete meses de embarazo?”.

Por eso la decisión de a qué jefe iban a dirigirse mis súplicas, era delicada. Pero después de reflexionar, decidí no romper la cadena de mandos y fui directa a mi jefe directo, Francisco J. Eireos (un galego de pura cepa, carallo):

Yo misma: -“Perdona Francisco J., ¿tienes un segundo? Es que te quería comentar una cosilla. Estaba pensando, que igual os viene mejor (a vosotros, por supuesto) que trabaje durante todo el verano, como la gente se va de vacaciones, necesitaréis refuerzos, y eso… Quiero decir, así, luego, podría unir la baja de maternidad con las vacaciones… y eso…

Francisco J. Eireos: -“¿Cómo? ¿Podrías repetir que no te he oído bien lo que has dicho al final?”

A veces las cosas son más sencillas de lo que parecen. No tuve ningún problema. Como diría mi sobrina adolescente: “Se enrollaron tía”. Si tras nuestra conversación Francisco J. tuvo que defender mi situación ante las ‘altas esferas’, lo desconozco. Pero lo cierto es que tendré mi baja de 4 meses unida al mes de vacaciones y estoy muy agradecida por ello.

Y esa es la razón por la que un 14 de agosto sigo trabajando en el caluroso, seco y contaminado verano de Madrid.

Posdata: Hace justo una semana se publicó que el cheque bebé supone casi la cuarta parte del déficit del Estado. Así que tengo los dedos cruzados desde ese día, espero que a Solbes tras las vacaciones no decida ‘cerrar el grifo’ de los 2.500 euros y la medida finalice tal y como empezó: por sorpresa.

Próxima entrega: El sacaleches

Cada embarazada tiene su particular paranoia. Y yo no iba a ser menos: la mía es la cabeza (la del bebé, claro). Parece que se les va a descoyuntar a la mínima de cambio. Por eso, cuando ya tenía el tema de la guardería solucionado caí en que la baja de maternidad eran sólo cuatro meses (16 semanas). Ahí empecé a rayarme con Matilda y si a sus cuatro meses ya sostendría sola su cabeza.