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Yo voy a votar a Ana Blanco
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Juan Soto Ivars

España is not Spain

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Yo voy a votar a Ana Blanco

No es fácil imponerse a la vulgaridad con delicadeza, al cruce de argumentarios con una pizca de sentido común, tan difícil como levantar la voz sobre el ruido de una barra de bar, con la tele puesta

Foto: La periodista Ana Blanco (c), de TVE, durante la rueda de prensa para dar a conocer los últimos detalles del debate a cuatro. (EFE)
La periodista Ana Blanco (c), de TVE, durante la rueda de prensa para dar a conocer los últimos detalles del debate a cuatro. (EFE)

Lo que más me gustó del debate fue cuando Ana Blanco pidió varias veces que alguien hiciera referencia a las medidas contra la violencia de género y prácticamente se comportaron todos, candidatos y los otros dos presentadores, como si estuvieran pensando "calla, histérica".

Sin duda, todos debían tener algún discurso memorizado sobre esta cuestión. Tuve la sensación de que alguno hacía esfuerzos por llevar el argumentario hacia allí, pero a desgana. La explicación es simple, me temo: la violencia de género es un campo donde cualquiera de los cuatro puede sembrar unos cuantos votos y allí habían ido a pisotear el bancal del vecino.

Que nadie supiera muy bien qué responder a la pregunta de Ana Blanco era sintomático de la impotencia de la política ante un demonio tan escurridizo como el de los hombres que matan a sus mujeres, pero que hicieran oídos sordos a la pregunta fue de un machismo bastante común. Hace unas semanas, en un seminario con mayoría de hombres, recuerdo que las tres únicas mujeres estuvieron casi todo el rato en silencio. Una quería hablar, pero uno se le imponía pidiéndole disculpas y exigiendo que se esperase un rato.

Lo importante queda escondido tras lo escandaloso. Así que yo voy a votar a Ana Blanco. Era la única con algo importante que decir, aunque callase

Educadamente, delicadamente, las mujeres pueden pasar la mayor parte del tiempo en silencio mientras los tíos bravuconeamos. Es una situación habitual. Yo miraba fijamente a Ana Blanco cuando el realizador nos la enfocaba.

Al final del debate, cuando Blanco quería decir algo pero Piqueras también quería decir algo, hubo un momento en que todos sonreían forzadamente y ella era la única con la valentía suficiente para quedarse seria y con cara de estar pensando: "La política esta no es para mí, lo siento".

No es fácil imponerse a la vulgaridad con delicadeza, al cruce de argumentarios con una pizca de sentido común, tan difícil como levantar la voz sobre el ruido de una barra de bar, con la tele puesta. 'Par delicatesse. J'ai perdú ma vie. Ah! Que le temps vienne'.

Vivimos una época en que lo importante queda escondido tras lo escandaloso. Así que yo voy a votar a Ana Blanco. Visto el debate, doy por hecho que era la única con algo importante que decir, aunque callase.

Lo que más me gustó del debate fue cuando Ana Blanco pidió varias veces que alguien hiciera referencia a las medidas contra la violencia de género y prácticamente se comportaron todos, candidatos y los otros dos presentadores, como si estuvieran pensando "calla, histérica".

Ana Blanco