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Ricky Martin, el perro, la mermelada y Franco
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Juan Soto Ivars

España is not Spain

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Ricky Martin, el perro, la mermelada y Franco

Tres fechas para reflexionar sobre la irrelevancia de las cosas de las que se habla sin parar, sobre la grandilocuencia de las reflexiones que despiertan episodios ridículos, desfigurados o falsos

Foto: Manifestación convocada por el Encuentro Estatal de Colectivos de la Memoria Histórica y de Víctimas del Franquismo en la Puerta del Sol de Madrid. (EFE)
Manifestación convocada por el Encuentro Estatal de Colectivos de la Memoria Histórica y de Víctimas del Franquismo en la Puerta del Sol de Madrid. (EFE)

1999: el rumor de que 'Sorpresa, Sorpresa' ha emitido en directo una escena de zoofilia recorre España sin necesidad de redes sociales. Según cuenta todo el mundo, Ricky Martin estaba encerrado en el armario del cuarto de una adolescente para darle una sorpresa mientras la chica se aplicaba mermelada en el lugar donde quería que chuperretease su perro. Discrepancias sobre la raza del perro. Se discute si es un caniche o un chihuahua. La tercera España sostiene que podría ser un gato.

2009: asisto como periodista a la manifestación franquista del 20-N con mi amiga Anna Baeza, que viene de fotógrafa. Manchegamente hablando, puedo decir que a ninguno de los dos nos cabe un cañamón por el culo. Llevo una pelambrera que me llega por los hombros y Anna habla con acento marcadamente catalán. Cada vez que pregunta algo a los legionarios jubilados y demás guerrilleros de la nostalgia, yo miro para otro lado como si no la conociera de nada.

2016: arden las redes con la manifestación franquista del 20-N. Es lo mismo de siempre, 40 militares nonagenarios, 20 madres-con-hija que se fuman los paquetes de Ducados de dos en dos, 70 hombres ricos en grasas saturadas, algún matrimonio con dinero y un puñado de cachorros neonazis cuyos padres son médicos o abogados y viven por Pozuelo. Total, cuatro gatos. O cuatro chihuahuas. O cuatro caniches. Pero las discrepancias, esta vez, son diferentes.

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1999: todo el mundo ha visto 'Sorpresa, Sorpresa' menos yo, pero digo que también lo he visto para que no me marginen. En secreto, me pongo a buscar a alguien que tenga grabado el programa. Descubro que Samuel tampoco lo ha visto —solo lo admite en 'petit comité'— y unimos nuestras fuerzas. Decidimos que la madre de Antonio Galiano es la típica señora que graba esa clase de programas. Salimos a buscar a Galiano.

La indignación convierte la anécdota en tema de conversación. Como ocurre con las polémicas 'online', la cosa llega a los periódicos con apariencia de noticia

2009: los asistentes a la manifestación dan una impresión desoladora de aislamiento. Hacen corrillos y comparten mentiras y medias verdades sobre la historia de España, glorifican la Cruzada y los logros de su Generalísimo, de vez en cuando sueltan unos cuantos gritos. Cuentan cuentos porque la realidad de España les resulta insoportable. Hablan con el atropellamiento propio de quien cree a pies juntillas una teoría de la conspiración.

2016: los cachorros neonazis se han lanzado sobre un tipo que fue a la manifestación a informar de que Franco era un asesino. El vídeo de la paliza recorre las redes sociales. La indignación convierte la anécdota en el tema de conversación preferente. Como suele ocurrir con las polémicas 'online', la cosa llega a los periódicos con apariencia de noticia. Se leen opiniones: el franquismo no ha muerto. Sostres aporta su granito de arena para que se siga hablando del asunto.

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1999: encontramos a Antonio Galiano jugando a los matutazos. Esperamos a que termine su partida, lo llevamos a un lado y le preguntamos si su madre ha grabado el programa. Nos informa de que sí. Le exigimos la cinta. Responde con evasivas. Lo arrinconamos. Termina proponiéndonos que lo acompañemos a casa al salir de clase. Sabe a ciencia cierta dónde está la cinta. La ha visto ya más de 10 veces. Nos asegura que es lo más bestia que vamos a ver en la vida. Estamos impacientes.

2009: Anna y yo oímos la arenga patriótica de un jefe de Falange. Luego, un sacerdote bendice a los asistentes y se lanzan vivas a Franco y a Cristo Rey con las manos en alto, como cuando en las salas de pachanga suena la canción de Macaco. A la mañana siguiente irán de romería al Valle de los Caídos, pero nosotros no nos apuntamos porque ya sabemos que esto es el Museo de Cera viviente. No le va a interesar a nadie. Nos vamos de cañas y nos reímos para aliviar la tensión y la sensación de fracaso.

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Antonio Galiano ha huido. Corremos camino de su casa y lo interceptamos. No os encontraba, dice, con voz quejosa. Mientras subimos con él las escaleras de su casa nos confiesa al fin que es mentira lo de la cinta. ¿Pero tú lo viste? Jura que sí. Describe la escena con toda clase de detalles nuevos. Nos ofrece una cinta de 'Star Wars' en compensación, pero esa película la hemos visto ya un millón de veces.

1999, 2009, 2016. Tres fechas para reflexionar sobre la irrelevancia de las cosas de las que se habla sin parar, sobre la grandilocuencia de las reflexiones que despiertan episodios ridículos, desfigurados o falsos. Si tuviera que formular la pregunta con palabras, quedaría más o menos así: ¿quién es el caniche que corre alegremente donde ha caído un poco de mermelada?

1999: el rumor de que 'Sorpresa, Sorpresa' ha emitido en directo una escena de zoofilia recorre España sin necesidad de redes sociales. Según cuenta todo el mundo, Ricky Martin estaba encerrado en el armario del cuarto de una adolescente para darle una sorpresa mientras la chica se aplicaba mermelada en el lugar donde quería que chuperretease su perro. Discrepancias sobre la raza del perro. Se discute si es un caniche o un chihuahua. La tercera España sostiene que podría ser un gato.