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Juan Soto Ivars

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Cataluña es una República Cuántica

La teoría de la física cuántica aplicada a Cataluña no sólo es comprensible, sino que se convierte en la única guía práctica para entender lo que está pasando

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Yasunori Nomura, director del centro Berkeley de Física Teórica, explica los multiversos. De ser cierta la teoría, nuestro universo sólo sería una de las infinitas burbujas en una especie de caldero de universos en ebullición. Así, tú estarías leyendo este artículo en este universo, en otro universo estarías haciendo el amor con Bill Clinton y en otro universo acabarías de ganar Roland Garros. Y así hasta el infinito. La idea parece descabellada, pero la teoría de que nuestro universo es sólo una pieza en una estructura mucho mayor está conectada, según Nomura y su equipo, con la física cuántica. Lo que nos lleva directamente a Cataluña.

Foto:  El presidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont (i), junto al vicepresidente, Oriol Junqueras (d). (EFE)

Los físicos cuánticos descubrieron que, mientras que el comportamiento de las partículas puede predecirse según las leyes de la física, el comportamiento de las partículas cuánticas, las del interior de los átomos, es sólo probabilístico y depende de quién lo observe. Es decir: allí, en el interior de los átomos, a escalas minúsculas, si lanzamos una pelota nunca sabremos a ciencia cierta dónde va a caer hasta que lo haya hecho y, mientras tanto, estará en el punto A y en el punto B al mismo tiempo, y a la vez sólo en el punto A o en el punto B. De escopeta de feria, vaya.

Por eso, el célebre gato de Schrödinger está vivo y muerto a la vez en el interior de los átomos, paradoja que, si nos ponemos a pensar, es más fácil de entender para un español ante el Procés que para cualquier otro habitante de los infinitos multiversos. De hecho, la teoría de la física cuántica aplicada a Cataluña no sólo es comprensible, sino que se convierte en la única guía práctica para entender lo que está pasando.

Porque aquí las cosas pasan y no pasan al mismo tiempo. Ahora mismo sabemos que, dependiendo del observador, Cataluña es una nación, una región dominada por golpistas, una comunidad autónoma, un territorio sometido al Imperio Español, una república independiente, todo a la vez. Y sabemos que esta república independiente está integrada en la Unión Europea y aislada como Corea del Norte, y que existe y no existe, y que es todo y es nada. Depende de a quién le preguntemos.

Cuando un político toma una decisión en Cataluña, la toma y no la toma. Mirad a Oriol Junqueras. Es el amigo de Soraya y el capitán de brigada revolucionaria, un izquierdista hostil y un derechista satisfecho, quien tiene la sartén por el mango y el que no firma un papel ni a la fuerza.

La teoría de la física cuántica aplicada a Cataluña no sólo es comprensible, sino que se convierte en la única guía práctica para entender lo que pasa

Observemos ahora el referéndum unilateral. Descubriremos que los catalanes tienen la oportunidad de votar su futuro y al mismo tiempo no tienen ninguna oportunidad de votar. Porque el referéndum se va a celebrar y no se va a celebrar. Y en el supuesto de que se celebre, no se estará celebrando, de manera que los catalanes votarán y no votarán, y dirán 'sí' y estarán diciendo 'no', y ejercerán un derecho e impedirán que se ejerza este derecho.

Nada de esto sería posible sin una deformación del espacio-tiempo, y en Cataluña la tenemos garantizada. Si Cataluña es parte de España y no es parte de España, si está aquí y al mismo tiempo está allá, si las cosas son legales e ilegales, legítimas e ilegítimas, entonces es normal que un paisano acuda a votar el 1-O de 2017 y haya votado otra vez el 9-N de 2014. Y ese paisano será un demócrata y al mismo tiempo será un golpista. Y lo veremos con cara de gañán y la barretina calada hasta los ojos, y al mismo tiempo de traje diplomático y envuelto en la bandera europea. Y así hasta el infinito. Lo normal.

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De todo esto se extrae una conclusión que, sin duda, será celebrada por los físicos teóricos de todo el mundo: Cataluña es la primera República Cuántica observable de la historia. Sugiero que se instalen laboratorios de investigación en las cuatro provincias, que se construya un gran acelerador de hadrones en el recorrido del eje Mediterráneo, que la Generalitat sea reconvertida en centro de estudios de partículas subatómicas y que se diseñen nuevos mapas en 4D para que los escolares puedan ver con sus propios ojos esta realidad, que ha sido ya totalmente desmantelada por una tropa de políticos que al mismo tiempo no son políticos en absoluto.

De hecho, permíteme el optimismo, déjame ponerme a soñar: si estas investigaciones de política cuántica siguen adelante, algún día conseguiremos diseñar un modelo teórico capaz de desentrañar, incluso, los misterios insondables del pensamiento gallego. Esto nos llevaría a un nuevo horizonte de conocimiento. Lograríamos comprender, incluso, el funcionamiento del cerebro de Mariano Rajoy. Y al mismo tiempo no estaríamos entendiendo nada.

Yasunori Nomura, director del centro Berkeley de Física Teórica, explica los multiversos. De ser cierta la teoría, nuestro universo sólo sería una de las infinitas burbujas en una especie de caldero de universos en ebullición. Así, tú estarías leyendo este artículo en este universo, en otro universo estarías haciendo el amor con Bill Clinton y en otro universo acabarías de ganar Roland Garros. Y así hasta el infinito. La idea parece descabellada, pero la teoría de que nuestro universo es sólo una pieza en una estructura mucho mayor está conectada, según Nomura y su equipo, con la física cuántica. Lo que nos lleva directamente a Cataluña.

Carles Puigdemont Oriol Junqueras