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Diez consejos sobre autoempleo y emprendimiento en la era de internet
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Borja Adsuara

Menos tecnología y más pedagogía

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Diez consejos sobre autoempleo y emprendimiento en la era de internet

Como padre, me preocupa el entorno laboral que se encontrarán mis hijos, que no se parecerá en nada al que me tocó enfrentar a mí

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“Trabajar” viene del latín vulgar “tripaliare” (torturar), que deriva de “tri-palium”, una especie de cepo o instrumento de tortura, compuesto de tres palos cruzados, al cual era sujetado el reo.

El Instituto de la Juventud ha dedicado el nº 108 (de junio de 2015) de su Revista de Estudios de Juventud a los Jóvenes de la “Generación 2020”, para analizar “los retos y expectativas que encontrará una generación de jóvenes que están creciendo y educándose en medio de las rápidas y profundas transformaciones producidas por la revolución tecnológica de carácter digital”.

Uno de esos retos es, sin duda, el del trabajo o empleo; y a ese tema quise dedicar mi reflexión. Pero no de una forma academicista, fría y objetiva, tomando distancia del problema, sino con el interés y la lógica preocupación que siento, como padre de unos hijos que pertenecen a dicha generación, por saber en qué trabajarán, en vista de las malas perspectivas actuales para encontrar trabajo (por cuenta ajena).

Con independencia de que, aquél que esté interesado –como yo- por este asunto, pueda ver las tres partes del trabajo -dedicadas al mercado de trabajo (conceptos), la economía digital (estudios) y las políticas públicas (planes)- comparto aquí mis conclusiones (provisionales) en forma de consejos: cinco consejos para mis hijos y cinco consejos para las Administraciones Públicas:

El mercado de trabajo para la Generación 2020

1ª) Cada vez habrá menos empleo (trabajo por cuenta ajena), tanto privado como público, y la Generación 2020 tendrá que acostumbrarse a emprender o hacer un trabajo por cuenta propia (autónomo).

2ª) Emprender no es sólo iniciar un viaje. Es iniciar un viaje, físico o mental, con la idea de seguir, y de perseguir y atrapar un objetivo (llegar al destino), con una dosis de riesgo y de recompensa (aventura).

El dinero es necesario para que una empresa viva, pero no es su finalidad: una persona necesita dinero para vivir, pero no se trabaja sólo para ganar dinero

3ª) No conviene “emprender por emprender”, sin una meta o un destino cierto. Al igual que no conviene emprender sin provisiones ni una tripulación preparada; ni invertir todos los ahorros en una actividad que no se conoce bien.

4ª) No todos los viajes y emprendimientos son iguales (según su duración y riesgo). Hay startups, que persiguen generar unos altos y rápidos beneficios, y empresas más tradicionales, que permiten vivir de ellas toda la vida.

5ª) El dinero es necesario para que una empresa viva, pero no es su finalidad: una persona necesita ganar dinero para vivir, pero no se trabaja (8 horas al día) sólo para ganar dinero. “Se respira para vivir, pero no se vive para respirar”.

Economía digital en las políticas públicas

6ª) Se necesitan nuevos perfiles de profesionales TIC (tecnólogos): big data, cloud computing, internet de las cosas; y nuevos profesionales de la economía digital (usuarios): comercio electrónico, marketing digital y contenidos digitales.

7ª) Para ello resulta imprescindible la formación, tanto en habilidades digitales básicas (digital skills), como en formación para el empleo, formación continua, formación profesional (especialmente, dual), y formación universitaria.

8ª) Es imprescindible la colaboración público-privada para la identificación de esos nuevos perfiles y esas nuevas competencias profesionales, en las que han de formarse los jóvenes para que sean los que necesitan las empresas.

9ª) Hay que apoyar el “emprendimiento de base tecnológica” (las startups), pero también el uso de las TIC en el emprendimiento tradicional: la digitalización o transformación digital de las PYMEs para que sean competitivas.

10ª) Sería conveniente crear la figura del asesor o facilitador TIC para PYMEs, que ayudara a éstas en cuestiones tecnológicas, como hacen las gestorías con las cuestiones fiscales o laborales (podrían integrarse en ellas o ser autónomos).

Los 'facilitadores' TIC

La Unión Europea propuso en 2013 una Iniciativa de Empleo Juvenil, para regiones europeas con tasas de desempleo juvenil superiores al 25% (menores de 25 años que ni estudian ni trabajan, los ninis). En España se incluyó en la Estrategia de Emprendimiento Joven, para que puedan recibir una oferta de empleo, educación o formación tras finalizar sus estudios o quedar desempleados.

Asimismo, la Agenda Digital para Europa y la Agenda Digital para España incluían planes para el impulso del uso de las TIC en las PYMEs y del comercio electrónico, para lo cual, recientemente, red.es ha aprobado una convocatoria de ayudas, por importe de 65 millones de euros, para implantar soluciones TIC en la nube para pequeñas y medianas empresas.

Sería muy importante que ambas iniciativas se coordinaran, pues no basta ayudar a las PYMEs a digitalizarse, subvencionando soluciones TIC en la nube, sino que hay que enseñarles a usarlas. Y, para eso, es imprescindible que haya una nueva figura de asesor o facilitador TIC, del barrio, que estén con ellas codo con codo y que les enseñen a usarlas (“en un par de tardes”, como diría Jordi Sevilla).

La mayoría de PYMEs no pueden permitirse contratar una consultoría informática, pero sí podrían contratar a un joven, convenientemente formado en la implantación de dichas soluciones, que fuera autónomo o se integrase en empresas verticales (TIC) u horizontales (gestorías) y que, o bien le enseñara a usar esas soluciones, o bien realizara las tareas que las PYMEs necesiten y le soliciten.

Así mataríamos dos pájaros de un tiro: sacar a los jóvenes del paro, formándoles y ofreciéndoles un trabajo con futuro, y meter a las PYMEs en la economía digital.

“Trabajar” viene del latín vulgar “tripaliare” (torturar), que deriva de “tri-palium”, una especie de cepo o instrumento de tortura, compuesto de tres palos cruzados, al cual era sujetado el reo.

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