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Encuentros en la tercera fase con los concejales de plataformas ciudadanas
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Borja Adsuara

Menos tecnología y más pedagogía

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Encuentros en la tercera fase con los concejales de plataformas ciudadanas

Una vez que están en las instituciones, los ciudadanos se dan cuenta de que ahora son ellos los políticos a los que antes criticaban y contra los que se movilizaron, y que ahora serán objeto de crítica

Foto: Fotograma de Encuentros en la tercera fase (Steven Spielberg, 1977)
Fotograma de Encuentros en la tercera fase (Steven Spielberg, 1977)

Aunque muchas personas han visto o han oído hablar de esta famosa película de Steven Spielberg (de 1977) y saben que va de marcianos o extraterrestres, pocos conocen el sentido original del título, que en inglés era Encuentros cercanos del Tercer tipo (Close Encounters of the Third Kind) y en España se estrenó como Encuentros en la Tercera Fase.

Según la Wikipedia, “esta terminología y el sistema de clasificación que subyace en ella fueron inventados por el astrónomo y ufólogo estadounidense Josef Allen Hynek (1910-86), y apareció por primera vez en un libro escrito por éste en 1972: "La experiencia ovni: Una investigación científica". En esa obra, introdujo los tres tipos básicos de encuentros posibles:

El encuentro cercano del primer tipo (o en la primera fase) implica el avistamiento de uno o más objetos voladores no identificados en el cielo, los cuales pueden ser platillos o discos voladores (u objetos volantes de forma de cigarro o habano, etc), luces extrañas, objetos aéreos que parecen ser demasiado avanzados como para proceder de tecnología humana...

El encuentro cercano en la tercera fase es la observación de un OVNI junto a 'entidades biológicas', llamadas originalmente 'seres animados'

El encuentro cercano del segundo tipo (o en la segunda fase) corresponde a la observación de un OVNI, junto a evidencia física de su aterrizaje o, en su defecto, de efectos físicos sobre una superficie. Puede implicar: calor o radiación, daños al terreno o a la vegetación, animales asustados, parálisis humana, interferencia a los motores (de automóviles, por ejemplo) o a la recepción de las ondas hertzianas provenientes de transmisiones radiales o de televisión abierta. En este último caso, el testigo puede llegar a experimentar una pérdida de tiempo (time gap o time loss).

El encuentro cercano del tercer tipo (o en la tercera fase) es la observación de un OVNI junto a “entidades biológicas”, llamadas originalmente “seres animados” por Hynek, que escogió esa denominación, para evitar términos como "extraterrestres" o "alienígenas" (aliens), y así no dar ninguna opinión personal no fundamentada acerca del origen o de la naturaleza de aquellos seres”.

Los nuevos concejales de plataformas ciudadanas

Esta imagen me vino a la cabeza cuando me invitaron a participar en una Jornada para nuevos Concejales salidos de las últimas elecciones municipales, miembros, en su mayoría, de plataformas ciudadanas, celebrada el pasado 12 de septiembre, en el ilustre Colegio de Abogados de Madrid, para hablar sobre “transparencia, gobierno abierto y la imagen de la corporación”.

En primer lugar, porque se suele hablar de los políticos como si fueran marcianos (de otra raza o casta) y no ciudadanos de extracción de la misma sociedad que los critica y que, seguramente, tiene los mismos valores, virtudes y defectos que ellos.

Baste hacer el ejercicio de volver a leer los tres tipos de encuentros cercanos y sustituir a los OVNIS por partidos, y a las entidades biológicas o seres animados, extraterrestres o aliens, por políticos. Veríamos que todos encajan perfectamente.

Pero, en segundo lugar, el argumento de la película me recordaba a esos nuevos concejales, recién aterrizados en muchos ayuntamientos a través de plataformas ciudadanas, que son como objetos voladores (de distintas formas) no muy bien identificados (ideológicamente) en el cielo de la política española; los cuales nunca habían estado en una institución y querían aprender a comunicarse (oficialmente).

Se trataba de dar unas primeras nociones sobre transparencia, gobierno abierto, smart cities, rendición de cuentas, y relación con los medios de comunicación. Todo ello, aprovechando las ventajas que ofrecen las TIC a las administraciones.

Las tres fases de la participación política

Podemos distinguir tres fases en la participación política:

1ª) La indignación: es decir, quejarse, que es lo que más nos gusta a los españoles.

2ª) La movilización: que es organizarse para intentar cambiar lo que no nos gusta.

3ª) El acceso a las instituciones: que es alcanzar el poder, para poder cambiarlas.

La mayoría se queda en la primera fase y no tienen sino encuentros lejanos con la política (desde el tendido); algunos llegan a organizarse y superan la fase de mera crítica, y empiezan a ver la dificultad de ponerse de acuerdo para hacer propuestas (quemándose, sufriendo parálisis y teniendo la sensación de pérdida de tiempo) y pocos llegan a la tercera fase, que no es el final, sino el inicio de una nueva etapa.

El gobierno abierto no consiste sólo en abrir distintos canales a la participación de los ciudadanos (muchas veces consultivos y no vinculantes), sino, sobre todo, en que el Gobierno mismo esté abierto al acceso de los ciudadanos, por lo que la mejor prueba de que hay un gobierno abierto es que cualquier ciudadano puede llegar a ocupar un cargo oficial en una institución.

Pero, una vez que están en las instituciones, los ciudadanos se dan cuenta de que ahora son ellos los marcianos, es decir, los políticos a los que antes criticaban y contra los que se movilizaron, y que, ahora, serán objeto de crítica y movilizaciones por sus, hasta hace poco, conciudadanos. Y se dan cuenta de que hacer las cosas (legalmente) desde las instituciones no es tan fácil, y comunicarlas tampoco.

Transparencia y datos abiertos

En este sentido, hemos de superar el concepto de transparencia, que se ha puesto de moda, desgraciadamente, muy unida y referida a la lucha contra la corrupción, y hablar mejor de datos abiertos (open data), que tienen un alcance mucho mayor.

Una vez superemos la epidemia de corrupción que hemos padecido, no se tratará ya de saber si un político o administrador público es honesto (pues se debe partir de que lo es y no presuponer lo contrario), sino de si es competente. Si las Administraciones Públicas abren sus datos, los medios de comunicación y los ciudadanos podremos saber qué hacen con nuestro dinero y juzgar si lo utilizan bien o mal; si lo invierten adecuadamente, o si lo despilfarran.

Una vez superemos la epidemia de corrupción que hemos padecido, no se tratará de saber si un político es honesto, sino de si es competente

Para ello, es legítimo y necesario que los políticos y las Administraciones Públicas hagan un ejercicio de pedagogía, y que expliquen su propia gestión, interpretando sus datos y, para ello, nada más útil que una correcta visualización de los mismos.

Pero, al mismo tiempo, deben ofrecer esos mismos datos en crudo, sin cocinar, en su correspondiente contexto y en los formatos adecuados, para que sean los medios de comunicación y los ciudadanos los que puedan sacar sus conclusiones.

Debate de liquidación del presupuesto

Hay un tema en el que vengo insistiendo desde hace muchos años (con poco éxito) y es que el debate de presupuestos de cualquier institución, al que se le dedica muchas horas y esfuerzos, es -en gran medida- una pérdida de tiempo.

No digo que no sirva para nada, porque sirve para saber cuáles son las intenciones de un Gobierno (nacional, autonómico o local), traducidas económicamente, pues se trata de un proyecto de presupuestos. Pero es exactamente eso: un proyecto.

Más importante sería hacer un debate de liquidación del presupuesto, en el que, los mismos cargos que comparecieron en su día para explicar lo que iban a hacer con el dinero que pedían, comparecieran para explicar lo que realmente han hecho.

Y no me refiero sólo a una rendición de cuentas económica, de índice de ejecución presupuestaria y de desviación respecto a los presupuestos iniciales, sino también a una evaluación de resultados, de objetivos conseguidos y objetivos sin conseguir.

Hay que desterrar, de una vez por todas, que el único indicador de ser buen o mal gestor sea el índice o porcentaje de ejecución presupuestaria; pues se puede haber ejecutado el 100% de presupuesto, y haber malgastado el 100% del presupuesto.

Conclusión: las tres fases de la transparencia

En la transparencia, gobierno abierto y comunicación con los medios y ciudadanos, podemos distinguir también tres fases, que esperemos que se vayan cumpliendo por todos los políticos (y, sobre todo, por los nuevos), y que no tengan vuelta atrás:

1ª) Transparencia como arma para luchar contra la corrupción; no tanto a posteriori, sino a priori; pues la mera existencia de transparencia es la mejor arma disuasoria, para que alguien se lo piense dos veces antes de hacer algo que no debe hacer.

2ª) Rendición de cuentas, no sólo económicas, sino también de resultados de las diferentes medidas puestas en marcha; para lo cual es imprescindible un sistema de evaluación de políticas públicas, e indicadores objetivos para medir resultados.

3ª) Monitorización -transparente y en tiempo real- de la gestión de cada proyecto, y no esperar al final de la ejecución del mismo para darnos cuentas de que ha sido un fracaso, sino poder hacer un seguimiento y corregir lo que no esté funcionando.

Sólo entonces existirá un encuentro cercano en la tercera fase… con los políticos.

Aunque muchas personas han visto o han oído hablar de esta famosa película de Steven Spielberg (de 1977) y saben que va de marcianos o extraterrestres, pocos conocen el sentido original del título, que en inglés era Encuentros cercanos del Tercer tipo (Close Encounters of the Third Kind) y en España se estrenó como Encuentros en la Tercera Fase.

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