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José A. Pérez

No me creas

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La ciencia de la risa

La relación entre el humor y la ciencia, según Groucho Marx: "Humor es posiblemente una palabra. La utilizo mucho y me enloquece. Un día sabré qué significa.”

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La comedia nunca ha sido algo muy respetable, más bien al contrario. Recuerden aquella escena de El nombre de la Rosa donde Guillermo de Baskerville, el personaje de Sean Connery, discutía con el abad del monasterio si Jesús rió o no. El abad sostenía que en ningún momento de las escrituras se menciona que Jesús riera, y un Connery burlón le replica que tampoco se menciona que no lo hiciese.

Definitivamente, el humor es algo muy poco serio. A principios del siglo XX, Freud, un tipo circunspecto donde los haya, escribió El chiste y su relación con el inconsciente, donde, entre otras cosas, sostiene que el humor es una estupenda herramienta de descompresión (él no lo escribió así, claro, porque, como he dicho, era un tipo muy circunspecto). Pero, más allá de los jugueteos psicoanalíticos, el humor y la comedia nunca han llegado a encajar bien con la Academia.

En los últimos años, sin embargo, la situación parece estar cambiando. En 2006 la Universidad Solent de Southampton, Reino Unido, inauguró la carrera de Escritura y Representación de Comedia, que asegura ser la primera dedicada a este campo. El plan de estudios combina teoría y práctica cómica. Los alumnos de Solent aprenden a escribir stand-up (eso que nosotros llamamos simple y confusamente monólogos) y también a interpretarlos. Además, hacen prácticas en la radio universitaria y producen una comedia de situación televisiva.

Solen sentó precedente. En 2012, la Universidad de Salford, en Manchester, inauguraba supropia licenciatura en comedia. Y también lo hacía la muy prestigiosa Universidad de Columbia, ofertandouna carrera de tres años que cuenta entre su profesorado con cómicos y estudiosos de diversos campos académicos.

Estas iniciativas buscan formar a profesionales del humor y también a teóricos. La comedia es analizada desde un punto de vista psicológico y antropológico, político y social. El humor visto desde los ojos de la ciencia.

Un estudio sotiene que las cualidades más valoradas por las mujeres a la hora de elegir pareja son, por este orden, la inteligencia y el sentido del humor

Alguien podría alegar que esto no es algo completamente nuevo. De cuando en cuando,es cierto, aparece un estudio donde la comedia, el humor, el chiste o la risa aparecende un modo u otro. Este mismo año, por ejemplo, la British Journal of Psychiatry ha publicado un paper que sostiene que los cómicos (al menos la mayoría de los 523 que han usado como sujetos experimentales) presentan rasgos propios del trastorno bipolar. Eso no quiere decir que estén locos, aclaran los investigadores, es solo que… en fin, piensan raro.

Otro trabajo de 2010, titulado Who Cares About Marrying a Rich Man? Inteligence and Variation in Women’s Mate Preferences (“¿Quién quiere casarse con un hombre rico? Inteligencia y variación en las preferencias de emparejamiento de las mujeres”) sostiene que las cualidades más valoradas por las mujeres a la hora de elegir pareja son, por este orden, la inteligencia y el sentido del humor. El humor, para alegría de los tipos graciosos,venceaquí a otros aspectos como el atractivo físico, el romanticismo o las aptitudes sociales.

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Pero ninguno de estos estudios toma la comedia como objeto de estudio. De ahí que, cuando el joven psicólogo polaco Piotr Pluta tuvo que elegir un tema para su tesis, pensara en el humor. ¿Por qué hay gente con un don cómico? ¿Cómo funciona ese don? ¿Qué función cumple la comedia en nuestras sociedades? ¿Cómo ha evolucionado a lo largo de la Historia? ¿Y por qué demonios hay tan poca literatura científica al respecto?

Pluta es hoy el autor de Psychology of humor, una web cuyo propósito declarado es “hacer del humor un asunto serio”. Y cada día está menos solo. El psicólogo forma parte de la International Society for Humor Studies, una organización dedicada a la investigación del humor desde todos los campos del conocimiento. Incluso publican una revista científica (sometida a revisión por pares) llamada International Journal of Humor Reseach.

En efecto, parece que en los últimos años el humor ha empezado a ganarse algo de respeto por parte de algunos investigadores. Quizá, si la tendencia continúa, algún día tenga su propia ciencia. Por el momento, habrá que conformarse con las sabias reflexiones de Groucho Marx: “Humor es posiblemente una palabra. La utilizo constantemente y me enloquece. Algún día averiguaré lo que significa.”

La comedia nunca ha sido algo muy respetable, más bien al contrario. Recuerden aquella escena de El nombre de la Rosa donde Guillermo de Baskerville, el personaje de Sean Connery, discutía con el abad del monasterio si Jesús rió o no. El abad sostenía que en ningún momento de las escrituras se menciona que Jesús riera, y un Connery burlón le replica que tampoco se menciona que no lo hiciese.

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