Los mejores cómicos del país son 'tuiteros' anónimos

“¿Quiénes son tus humoristas favoritos?”Apuesto a que a la gran mayoría de nosotros nos han hecho esta pregunta en algún momento de nuestras vidas.Y no me cabe duda de que la respuesta ha variado con el paso del tiempo.

Hace años no faltarían en una lista de este tipo titanes como Gila y Eugenio, parejas inolvidables como Tip y Coll, Faemino y Cansado, Martes y 13 (las nocheviejas ya no son lo que eran sin ellos…), Los Morancos o Cruz y Raya. Casposetes e igualmente míticos ventrílocuos como José Luís Moreno o Mari Carmen y sus muñecos, o figuras inclasificables como el Señor Barragán, Arévalo, Marianico el Corto o Chiquito de la Calzada, entre muchísimos más que se quedan en el tintero.

Tras estos clasicazos llegó un boom que todavía colea hoy en día:los monólogos. Desde que empezaron programas como el Club de la Comedia no hemos dejado de ver monologuistas en diferentes programas de televisión, así como amenizadores de cualquier gala o fiesta que se precie. Luís Piedrahita, Agustín Jiménez o Dani Rovira son ejemplo de ello, con el permiso de los innumerables actores y presentadores que han hecho sus pinitos en el género.

Así, no sería de extrañar que ante la pregunta que planteaba al principio de este artículo más de uno hoy en día responda nombrando a tuiteros como la Señorita Puri, Gerardo Tecé, Súper Falete, El Humanoide, El Bicharraco, Norcoreano o Mike Garzari, por citar un puñado de mis favoritos (la lista de genios del humoren 140 caracteres no es corta precisamente).

Muchos de estos humoristas 2.0son anónimos, escondidos tras un avatar, y entre ellos encontramos tanto heavy users de Twitterque publican decenas de mensajes al día, como perfiles más selectosque participan menos pero tratan de asegurar el hit cuándo lo hacen. La recompensa para todos es el reconocimiento del público, que si antes se medía en aplausos y carcajadas ahora se hace en forma de retweets y FAVs.

El plagio:cuando la risa se convierte en cabreo

Al fin y cabo estos tuiteros son creadoresy como tal es lícito que soliciten el reconocimiento por sus ideas, que no son menos propiedad intelectual que quien escribe un libro, por ejemplo. La cuestión es que esto en las redes sociales es más complicado de gestionar, por eso los plagios están a la orden del día.

El reconocimiento de la autoría en Twitter es tan sencillo como mencionar la cuenta original, pero en cualquier caso es entendible que pasado el tiempo un buen chiste llegue a ser de dominio general y a base de circular de boca en boca llegue a olvidarse completamente cómo surgió. El problema, en mi opinión, lo encontramos cuándo esa, digamos, usurpación de la gracieta de turno, se hace con malicia o con el fin de lucrarse, que es lo que parece que ocurre con cuentas como @escupotwitts.

Cuentas como la citada son foco de las iras de los principales tuiteros cómicos, ya que se gestionan a través de bots que seleccionan los tuits más destacados y los comparten como propios. El resultado es que mientras un tuitero se tiene que romper la cabeza y publicar 10 tuits normalitos para que le salga uno brillante, una cuenta bot tiene un 100% de efectividad, ya que solo elije aquel contenido que ya se sabe exitoso y lo comparte como propio.

Esto motiva que le sigan muchos usuarios desconocedores de esta mala práctica y que por ello lleguen a alcanzar una comunidad mayor que los perfiles de los que se alimenta… Y lo que es peor, que llegado el momento puedan utilizar esta comunidad para un uso comercial.

Es evidente que los jueces tendrán cosas más importantes que hacer que determinar a quién se lo ocurrió primero un chiste, pero no por ello los autores deberían quedarse con los brazos cruzados. Lo mínimo exigible es que la propia plataforma, en este caso Twitter, actúe de freno y cancele las cuentas desde las que se plagia contenido de forma reiterada y sin citar la fuente. ¡Con las risas no se juega!