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Lumia puede ser el nuevo iPhone
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José Mendiola

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Lumia puede ser el nuevo iPhone

En un mercado polarizado y sometido al duopolio Android-iPhone, el usuario se ve presionado a posicionarse. Pero también hay terceras opciones

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“No luches, cambia”. En un mercado, el de la telefonía móvil, cada vez más polarizado y sometido al duopolio Android-iPhone, el usuario se ve presionado a posicionarse: “¿Qué móvil es ese?”, las miradas ya no se disimulan. Tenemos el ojo entrenado para, de un vistazo rápido, saber si estamos ante un fandroid o un fanboy. Somos animales sociales y necesitamos categorizar al contrario, y a partir de ese punto, dejarnos llevar más o menos por los sentimientos. Ya se sabe, las filias y fobias de cada uno, representadas en un teléfono móvil.

Pero para los que pensamos que vida más allá de un móvil, esta radicalización de posiciones está provocando que un creciente número de usuarios se fije en terceras opciones. A este grupo de inconformistas que desean un móvil eficaz y bien terminado se está dirigiendo con toda la artillería el entente Nokia-Microsoft. La campaña con cuyo lema abre el artículo está llamando la atención de los usuarios que contemplan divertidos las secuencias en las que los fandroids y fanboys se dan de tortas en actos sociales. Una caricaturización de una creciente realidad.

Hasta hace relativamente poco no había alternativas reales como para salirse del guión, pero Microsoft ha invertido mucho tiempo y esfuerzo en mejorar su plataforma móvil

Pero no sólo se trata de buscar alternativas por el simple hecho de no participar en una guerra tan irracional como intrascendente. Con ya unos años de uso intensivo de smartphones, uno ya no puede arriesgarse con aventuras descabelladas: la plataforma de cambio debe ser eficaz, funcional, pero sobre todo, contar con un ecosistema (ese eufemismo que define en grueso el número de aplicaciones disponibles) lo suficientemente generoso como para no echar nada de menos.

La primera alternativa real

Hasta hace relativamente poco no había alternativas reales como para salirse del guión, pero Microsoft ha invertido mucho tiempo y esfuerzo en mejorar su plataforma móvil, y parece que los resultados comienzan a dar sus frutos. Nos vamos a fijar, para ello, en dos datos muy clarificadores: el vertiginoso crecimiento de la plataforma por un lado, y el elevado índice de satisfacción de los usuarios por otro.

En realidad, la fórmula del éxito de cualquier plataforma bien podría resumirse echando un ojo a la salud de estos dos ratios. Y Windows Phone se sale. Así, y pese a que sigue siendo una mota insignificante de polvo ante el escandaloso volumen que han alcanzado Google y Apple en este mercado, la plataforma móvil de Microsoft ha crecido en el último trimestre a un ritmo del 123%, convirtiéndose en el sistema operativo que más crece y a un ritmo más elevado.

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Pero este dato, pese a su espectacularidad, no dice mucho si no llega acompañado de otro todavía más importante: la satisfacción de los usuarios. Apple sabe muy bien que es todavía más importante retener a los usuarios que captar nuevos. En definitiva, evitar las puertas giratorias en el ecosistema. Y aquí WinPho también lo borda: JD Power tomó la temperatura el pasado mes de octubre en el desglose por marcas, y Nokia se acerca ya a las posiciones del todopoderoso iPhone en satisfacción de usuarios. Con un carácter menos riguroso pero muy significativo, PC Mag ha seleccionado a Windows Phone como la plataforma más valorada por sus lectores.

Adiós iPhone, hola Nokia

Así las cosas, los cantos de sirena eran demasiado tentadores como para esquivarlos, y un servidor se animó al switch, inicialmente temporal, de iPhone a Nokia, en concreto el Lumia 1020. El paso parecía inofensivo, pero cuando uno se dispone a darlo se da cuenta de todo lo que tiene invertido en un simple móvil. Después de varios años usando el iPhone el cambio de plataforma, aunque fuera sólo a modo de prueba, supone un trago al descubrir que un usuario de Apple es fácil que se vea envuelto en sus servicios y la dependencia en la tupida red de la marca sea muy elevada.

Lo cierto es que el grueso de los fabricantes intentan rodear al usuario con sus servicios y cuanto más se integre en ellos más elevada es la barrera de salida. Pero superado este vértigo, el cambio fue muy sencillo. La primera sensación, como usuario del iPhone, curiosamente es que todo resulta muy familiar. Esta es posiblemente la primera conclusión a la que, como usuario del móvil de Apple, llegué, y no tanto por las posibles similitudes de interfaz, sino por la solidez del sistema. 

Microsoft ha tomado como referencia parte del esquema de los de Cupertino: su ecosistema no es tan cerrado como el de Apple, pero han trasladado parte de la sensación de seguridad y homogeneidad que uno siente al instalar una aplicación

Microsoft ha tomado como referencia parte del esquema de los de Cupertino: su ecosistema no es tan cerrado como el de Apple, pero han trasladado parte de la sensación de seguridad y homogeneidad que uno siente al instalar una aplicación. Y ésta fue la segunda gran sorpresa: la calidad de buena parte de las apps. Uno estaba acostumbrado a escuchar las críticas a la escasez de aplicaciones, pero lo cierto es que hasta el momento no he echado de menos ninguna app de las que habitualmente uso en el iPhone.

Aplicaciones de calidad

Lo curioso del asunto es que en la tienda de aplicaciones de Windows Phone hay títulos de una elevadísima calidad, que denotan el gran esfuerzo que ha hecho el gigante de Redmond (no sabemos a qué precio) por desarrollar la plataforma. Pero luego está el lado ‘B' de la oferta: se nota que muchas aplicaciones han sido desarrolladas a toda prisa para llenar la gama, como es el caso de WhatsApp. Aquí la experiencia es un grado y los desarrolladores de la plataforma de Apple están más que curtidos.   

¿Merece la pena el cambio de plataforma? Si se buscan nuevas experiencias y probar nuevos móviles más allá de la rutina del iPhone, el cambio lo merecerá con creces

Ha sido una semana de uso y es difícil sacar conclusiones sobre la conveniencia del salto, ya que Apple cuenta con mucho terreno ganado. Sin embargo, lo realmente inquietante del asunto es que Windows Phone, en sus primeras versiones, está logrando que el switch sea posible para muchos usuarios y sin mirar atrás. Y eso con una plataforma con un gran margen de crecimiento y con muchos detalles por pulir.

Pero hay otro elemento que, este sí, pesa como una losa y a favor del cambio: el hardware. Nokia está logrando crear terminales con una calidad máxima y con formatos y diseños para todos los gustos. Habiendo sostenido un Lumia 1020 en la mano, el volver al iPhone puede sentirse como un paso atrás en este terreno. En definitiva ¿Merece la pena el cambio de plataforma? Si se buscan nuevas experiencias y probar nuevos móviles más allá de la rutina del iPhone, el cambio lo merecerá con creces.

Y esto es sólo el principio.

“No luches, cambia”. En un mercado, el de la telefonía móvil, cada vez más polarizado y sometido al duopolio Android-iPhone, el usuario se ve presionado a posicionarse: “¿Qué móvil es ese?”, las miradas ya no se disimulan. Tenemos el ojo entrenado para, de un vistazo rápido, saber si estamos ante un fandroid o un fanboy. Somos animales sociales y necesitamos categorizar al contrario, y a partir de ese punto, dejarnos llevar más o menos por los sentimientos. Ya se sabe, las filias y fobias de cada uno, representadas en un teléfono móvil.

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