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Por qué trabajo con la tableta y no echo de menos el PC
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José Mendiola

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Por qué trabajo con la tableta y no echo de menos el PC

El PC ha muerto. Sí, la sentencia suena tremendista pero no hay otra manera de calibrar bien la magnitud del cambio en el que nos estamos viendo envueltos

Foto: Cada vez más usuarios utilizan la tableta como herramienta de trabajo.
Cada vez más usuarios utilizan la tableta como herramienta de trabajo.

El PC ha muerto. Sí, la sentencia suena tremendista pero no hay otra manera de calibrar bien la magnitud del cambio en el que nos estamos viendo envueltos. La irrupción de los tablets es algo más que un fenómeno aislado, se ha convertido en uno de los elementos más transformadores que se han padecido en toda una década. Ya no se trata simplemente de una gráfica que dibuja una preocupante caída en las ventas de ordenadores en favor de un reducido dispositivo que poco a poco va ganando terreno ahora también en el ámbito corporativo y con unas consecuencias que van mucho más allá de lo que sospechamos.

En este sentido, Tim Cook ha reconocido que él ya desempeña el 80% del trabajo en el iPad, y lo ha afirmado en un acto en el que precisamente Apple ha cerrado un acuerdo con IBM para acelerar más si cabe la integración del iPad en el mundo empresarial. ¿Puede el CEO de una de las corporaciones de nuestro tiempo dirigir el negocio con lo que en su día algunos definieron como "un iPod gigante"? Parece que sí, y si nada se tuerce, esto que hoy nos suena un tanto remoto será una realidad.

Lo cierto es que este fenómeno lo he comenzado a vivir en carne propia de una manera constante que se ha venido acelerando en las últimas semanas. No se sabe muy bien cómo comenzó todo pero poco a poco dejé de utilizar el ordenador de sobremesa hasta el punto que la decisión más lógica era venderlo y centrar el grueso del trabajo en el portátil, el Surface y un iPad mini, eso por no mencionar el cada vez más versátil smartphone.

Pero aquella orgía caníbal no había visto su fin: si la primera víctima de esta epidemia silenciosa fue el sobremesa, las miras insaciables de las pantallas táctiles se han centrado en un abrir y cerrar de ojos en el portátil, y lo cierto es que su uso en mi caso se está convirtiendo poco a poco en algo accidental.

Bien, uno puede decir con el peso de la razón que el ordenador es absolutamente necesario para llevar a cabo una serie de tareas, pero ¿es realmente imprescindible para el grueso de los usuarios? Descubrí poco a poco que no, el tablet acompañado de un teclado portátil ha ido adquiriendo un protagonismo casi exclusivo en mis salidas, pero incluso también en el trabajo en el despacho.

Tamaño, batería e inmediatez

¿Cómo es posible que una tableta desplace la potencia de uso que proporciona un ordenador? La respuesta estaba ahí, al alcance de los dedos: el tablet está disponible con sólo abrir la tapa o pulsar el encendido, no hay tiempos de espera y su uso es inmediato, como también lo es la ejecución de las aplicaciones. Se pulsa sobre el icono de una app y en menos que canta un gallo tenemos la aplicación abierta sin esperar a que pesados motores se carguen en la trastienda del ordenador.

Por otro lado, uno se olvida de la batería al salir de casa ya que ésta dura más lo suficiente como para permitirnos olvidar el cargador y los enchufes al salir de casa. Si todos estos argumentos no fueran suficientes, un tablet con un teclado portátil ocupan tan poco que de hecho son muchos los días que los llevo encima "por si acaso" sin que realmente vaya con la idea de ponerme a trabajar sobre algo en concreto. Y qué decir de las apps... son ya tantas las disponibles y de una calidad tan elevada que es difícil encontrar un trabajo que requiera del ordenador inevitablemente.

Más versátil, más económico, y a la postre mucho más conveniente. Parece que el ordenador de toda la vida no es rival para la voracidad de los tablets, y de hecho las cifras de ventas así lo confirman para regocijo de Apple, quecuenta con una red más amplia en este poblado banco de pesca.

¿Canibalización dentro de la casa? Es evidente que sí, pero el hábil Cook es rápido al responder que el iPad, en su caso, está haciendo mucho más pupa a los PC que a los ordenadores de la casa, y no le falta razón, sobre todo si tenemos en cuenta que el grueso de los ingresos para los de la manzana llegan ahora de la plataforma iOS. "Llegará un día en el que cada empleado en cada empresa tenga un iPad", ha sentenciado convencido el de Alabama, que subraya además las ventajas de migrar un sistema operativo tan intuitivo al ámbito empresarial.

Pese a todo son muchos los que todavía siguen defendiendo las ventajas del ordenador frente a las tabletas, argumentando las ventajas de la multitarea, por poner un ejemplo. Es cierto que un ordenador es, en términos generales, mucho más potente, pero son tantas las ventajas del tablet que a uno no le importa sacrificar pulgadas de pantalla y desde luego, perder la capacidad de multitarea ayuda a centrarse en resolver bien el trabajo en el que uno está centrado. Un teclado portátil y una SIM con un plan de datos asequible hacen el resto. ¿Ordenador? Yo ya sólo uso el tablet...

El PC ha muerto. Sí, la sentencia suena tremendista pero no hay otra manera de calibrar bien la magnitud del cambio en el que nos estamos viendo envueltos. La irrupción de los tablets es algo más que un fenómeno aislado, se ha convertido en uno de los elementos más transformadores que se han padecido en toda una década. Ya no se trata simplemente de una gráfica que dibuja una preocupante caída en las ventas de ordenadores en favor de un reducido dispositivo que poco a poco va ganando terreno ahora también en el ámbito corporativo y con unas consecuencias que van mucho más allá de lo que sospechamos.

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