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Así me libré de la cartera y las contraseñas gracias al 'smartphone'
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José Mendiola

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Así me libré de la cartera y las contraseñas gracias al 'smartphone'

¿Realmente necesitamos cargar con todas las tarjetas? Cada vez más herramientas permiten pagar con el móvil. Utilizarlas en España es sencillo y, en contra de lo que se piensa, también seguro

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"Déjeme su DNI por favor". Mirada de trámite a través de la garita y la mano extendida. Las visitas a empresas de cierto tamaño exigen este tipo de procedimientos. Echo la mano al bolsillo y descubro con horror que he dejado la cartera en el coche y éste a diez minutos andando. Para terminar de rematar la faena, voy justo de tiempo para la cita. En ese punto se me enciende la bombilla: lo tengo escaneado. El documento estaba fotografiado como otros tantos en mi cuenta de Evernote y aquel fue el comienzo de una lenta pero firme despedida del billetero.

¿Realmente necesitamos cargar con todas las tarjetas? El tamaño del billetero estaba adquiriendo dimensiones desmedidas, y lo peor del asunto es que realmente no necesitamos llevar todas esas credenciales encima ¿La solución? El móvil. Hasta la fecha me había defendido bastante bien digitalizando las tarjetas de crédito y demás documentos oficiales, pero siendo sinceros, se trataba de un apaño, no una solución definitiva.

Actualmente sin embargo, sí existen opciones. 1Passwordes una de ellas. Esta aplicación o servicio que hace las veces de repositorio virtual de contraseñas lleva mucho tiempo acumulando alabanzas entre los usuarios de móviles y ordenadores, hasta el punto de convertirse prácticamente en la gran referencia del mercado. Su filosofía es bien sencilla: servir de almacén en la nube de todo tipo de contraseñas que vamos acumulando a nuestro paso por la red, y haciéndolo de una manera segura, pero sobre todo, fácil.

Se crea una contraseña maestra, la que abre todas las puertas, y a partir de ahí, cada web o aplicación tendrá la suya y será convenientemente ordenada y clasificada por el usuario. Toda esta información está cifrada y con la llegada de los sensores de huella a los móviles, su acceso es prácticamente infranqueable.

1Password sirve de almacén en la nube de todo tipo de contraseñas que vamos acumulando a nuestro paso por la red

Esta herramientacuenta ademáscon soporte para la verificación en dos pasos(un blindaje de seguridad que todo usuario debería activar en sus cuentas), de manera que ya no era necesario recurrir al Authenticator de Google ni a soluciones como Authy. 1Passport se convertía de facto en una solución integral para el soporte de nuestra información más valiosa, pero también para lo que era su fuerte: la gestión segura de las contraseñas.

El billetero virtual

La siguiente gran decisión que tomé fue volcar toda la información, no sólo de las contraseñas, sino también de tarjetas de crédito, datos del pasaporte ycontraseñas del router.Las posibilidades de incorporar datos esenciales son ilimitadas en el servicio. Y la pregunta es obligada, ¿es seguro? AgileBits, la firma que ha desarrollado el producto, ha tenido la habilidad de evitar a toda costa el almacenamiento de datos del usuario: si no hay datos, no pueden robarse, o lo que es lo mismo, muerto el perro, se acabó la rabia.

Pero esta es una verdad a mediaspuesto que los canadienses lo que en realidad han hecho es dejar que sea el usuario quien decida dónde almacenar la información: en Dropbox o iCloud, ambos servicios que cuentanpor cierto, con la posibilidad de activar la verificación en dos pasos. En cualquier caso, esta herramienta es tan segura y eficiente que sus creadores reconocen ver disparadas las ventas de licencias cada vez que a un famoso le hackean las cuentas.

Y así, con toda la información de tarjetas y demás elementos que uno lleva encima por si las moscas, había logrado tener activo un billetero virtual, que lógicamente podía utilizar en la web desde el primer momento. Pero, ¿y físicamente?

Cómo acabar con las tarjetas de crédito

Por desgracia, el consumidor se ve atado contra su voluntad a muchos anacronismos que ya en nuestros días no tienen sentido. El primero, el de los medios de pago: tener que llevar encima las tarjetas de crédito es una necesidad que por fortuna en no mucho tiempo veremos superada, y qué decir del resto de credenciales (asistencia sanitaria, tarjetas de fidelización…). Pero por fortuna este mal se puede aliviar y de forma notable: otra aplicación ha conseguido ya que miles de usuarios por todo el mundo eliminen de sus carteras las múltiples tarjetas de fidelización que ocupan un valioso espacio en nuestros bolsillos.

La app en cuestión es Stocardy acumula centenares de votos positivos en las diferentes tiendas de las plataformas móviles entre usuarios entusiasmados por su eficacia. El funcionamiento es sencillo: uno va dando de alta las distintas tarjetas (en su gran mayoría la cámara del móvil escanea el contenido), y al llegar al comercio, línea aérea o gasolinera en cuestión, en lugar de perder el tiempo intentando localizar la tarjetael usuario extiende el móvil que muestra en su pantalla el código de barras.

Esta aplicación ofrece además ofertas personalizadas de los negocios que emplean las tarjetas

Esta aplicación ofrece además ofertas personalizadas de los negocios que emplean las tarjetas, de forma que pueden ser aprovechadas en el momento de efectuar la compra. ¿Cuál es el principal inconveniente al que se enfrenta? El primero, la desconfianza: para el cajero de turno o empleado de un comercio es menos comprometedor pasar el plástico que colocar la pantalla del móvil bajo el lector. Pero también hay quienes alertan sobre el riesgo que supone que el empleado manipule nuestro móvil. ¿Ysi se le cae al suelo? ¿De quién es la culpa?

Pero finalmente, el peor enemigo para este inevitable cambio de hábitos es precisamente la costumbre: nos da vergüenza ser los raros que en la cola del súper en vez de la tarjeta entreguemos el móvil. Sin embargo, por experiencia les confirmo que al final la conveniencia vence a la timidez y cada vez son más los comercios acostumbrados a ver en la pantalla del móvil el código del usuario.

"Déjeme su DNI por favor". Mirada de trámite a través de la garita y la mano extendida. Las visitas a empresas de cierto tamaño exigen este tipo de procedimientos. Echo la mano al bolsillo y descubro con horror que he dejado la cartera en el coche y éste a diez minutos andando. Para terminar de rematar la faena, voy justo de tiempo para la cita. En ese punto se me enciende la bombilla: lo tengo escaneado. El documento estaba fotografiado como otros tantos en mi cuenta de Evernote y aquel fue el comienzo de una lenta pero firme despedida del billetero.

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