Movistar orienta sus velas hacia un futuro como 'video company'

El sector de las telecomunicaciones no deja de perder ingresos y por ello las compañías buscan fuentes alternativas que permitan mejorar sus cuentas de resultados. En esa tesitura el segmento de los contenidos parece que será la principal palanca de las telecos para reforzar su posición en un mercado cada vez más competitivo.

Durante los últimos seis años las operadoras han dejado de facturar cerca de 10.000 millones de euros en España y todo ello se debe a la espectacular guerra de precios que ha experimentado el sector y por supuesto a la crisis económica que esperemos se vaya diluyendo en el futuro. Hay otros factores como la llegada de empresas como WhatsApp que han hundido literalmente los ingresos por servicios como pueden ser los mensajes cortos SMS.

En esta tormenta perfecta solo las compañías más grandes son capaces de aguantar el tipo y por ello estamos viendo como el sector se está consolidando poco a poco. Movistar, Orange y Vodafone liderarán un mercadodonde para generar cada vez menos ingresos se requiere mayores inversiones ya los nuevos servicios requieren de redes de nueva generación dotadas de alta capacidad.

La fibra óptica y el 4G no sólo servirán para navegar por Internet o transmitir voz, los contenidos en mayúsculas serán la principal baza de las compañías y aquí es donde Telefónica ha comenzado a trabajar hace tiempo.

Más allá de la voz y los datos

Durante los últimos meses la operadora dirigida en España por Luis Miguel Gilpérez ha puesto el foco en sus ofertas de televisión. En 2014, la pequeña pantalla, les ha permitido doblar el número de clientes hasta superar el millón y medio de abonados y de cara a los próximos trimestres sus objetivos serán aún más ambiciosos.

El fútbol de pago, el motor y dentro de poco las series, serán los principales argumentos de la operadora para tratar de captar abonados. Una encerrona en formato televisivo ante la que los competidores deben protegerse. La tarea no es sencilla y es que el mercado de televisión de pago en España está muy por detrás de otros países.

Hablemos claro, no hay cultura social de pagar por la televisión de calidad. En total hay alrededor de cuatro millones de abonados y la situación económica no es la más propicia para que un cliente desembolse entre 80 y 100 euros al mes. Según datos del regulador, durante el 2013 los ingresos por servicios audiovisuales facturaron un 4% menos y se perdieron cerca de 240.000 abonados.

Producción de contenidos

Además de apostar por la adquisición de derechos, Movistar ha optado por la producción de sus propios contenidos para tratar de atraer nuevos clientes. Durante toda la temporada, el motociclismo y la Fórmula 1 han sido los grandes protagonistas de sus campañas. Con nombres conocidos del mundo del motor como encargados de retransmitir las carreras y ventajas como la ausencia de publicidad y la posibilidad de ver a los monoplazas desde diferentes ángulos la operadora busca atraer a los clientes de alto valor.

De hecho, la estrategia no termina ahí, el próximo año veremos a la operadora entrar en segmentos tan dispares como la seguridad o el mundo de los videojuegos, por lo que hablaremos de ofertas cuádrupleso quíntuple play.

La guerra de precios parece haber terminado con las últimas adquisiciones pero lo que se nos viene encima es una guerra de servicios sin cuartel. Algo nunca visto en nuestro mercado, algo que tiene más tintes de mercados televisivamente más evolucionados como el americano, donde la televisión de pago es un hecho desde hace años. Todo en busca de un cliente al que cada vez le sea más difícil y menos interesante cambiarse de compañía y es que no es lo mismo portar un número móvil que cambiar a la vez de ADSL, servicio de televisión, teléfono e incluso sistema de seguridad… nunca mejor dicho: la que se avecina.