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La resurrección de Samsung
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Javier Sanz

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La resurrección de Samsung

Aunque todavía no ha comenzado la venta del Galaxy S6 y Edge, las primeras estimaciones hablan de 20 millones de reservas. El antídoto ante la caída de ingresos es la apuesta por materiales de calidad

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Samsung vuelve a sonar a música celestial, con tono fino y buen ritmo. La firma ha vuelto en el mejor escenario posible: el Mobile World Congress. Allí ha sido donde la compañía ha vuelto a situarse en la cúspide de la telefonía móvil mundial, donde los focos brillan más que nunca y donde no hay medio que deje escapar noticia alguna.

Después de un par de años complicados la firma coreana ha reorganizado todo su portfolio y, lo que es más importante, ha presentado dos modelos premium que han cumplido con todas las expectativas. Uno de ellos, el S6 Edge, lleva además el apellido aspiracional grabado a fuego, algo de lo que hasta ahora sólo podía presumir Apple. Ahora queda plantar cara al todopoderoso iPhone y a la pegada de los fabricantes chinos.

Aunque todavía no ha comenzado la venta de los dos colosos (Samsung Galaxy S6 y Edge), las primeras estimaciones hablan de 20 millones de reservas, una cifra nunca alcanzada por la firma en sus primeros momentos de comercialización de sus móviles de gama alta. Algo nada desdeñable que invita a pensar en positivo después de varios ejercicios en los cuales la firma ha perdido fuelle.

El antídoto ante la caída de ingresos y el descenso en ventas llega con materiales nobles de alta calidad y con un diseño espectacular que ha sido muy bien recibido por la prensa especializada y los consumidores.

Cambio de estrategia

Desde el lanzamiento del Galaxy S3, Samsung ha ido perdiendo fuerza en la gama alta porque trató de aprovecharse de la inercia de una familia de móviles que fue capaz de batir todos los récords. Las ventas trimestrales se contaban por millones y cada vez que la firma presentaba resultados se superaban todas las expectativas.

La mala noticia llegó con el lanzamiento del iPhone 5 y, sobre todo, con la llegada de otros competidores como Huawei, Xiaomi y otras marcas chinas. Los Galaxy comenzaron a desinflarse y las críticas a su diseño continuista y pobres materiales comenzaron a cobrar fuerza. Si a ello sumamos la pérdida de liderazgo en mercados estratégicos como por ejemplo el de China, las alarmas empezaron a sonar.

En el mundo de la tecnología hemos visto cómo auténticos gigantes han pasado del cuasi monopolio al ostracismo más absoluto. Tenemos varios ejemplos en telefonía móvil como Nokia o Blackberry. En el caso de Samsung, la firma ha sabido reponerse y lo primero que hizo fue forzar la dimisión del responsable de diseño el pasado mes de mayo. Los resultados no han tardado en aparecer.

En septiembre la firma presentó el Galaxy Alpha acabado en metal y a partir de ahí han sido todo cambios positivos: desde la gama más juvenil denominada A o la más económica J, hasta los smartphones más premium que llegarán al mercado el próximo 9 de abril.

Buena acogida entre los consumidores

Fuentes de varios operadores y retailers confirman que lo visto en este MWC nada tiene que ver con los modelos anteriores presentados por la tecnológica. Como anécdota os contaré que cuando Samsung enseñó por primera vez el Galaxy S5, uno de los responsables de compras de un operador no sabía si se trataba del modelo nuevo o el anterior. Un simple ejemplo que confirma los problemas derivados de un diseño continuista que debe evolucionar año tras año y que en los dos modelos anteriores pasó factura.

Sobre los nuevos Galaxy S6 y Edge no hay mucho que añadir a lo que ya se ha publicado desde su presentación. Tienen un acabado excelente, los materiales nada tienen que ver con el pasado y a nivel de hardware son auténticos cohetes. Otro detalle importante es que el Edge ha conseguido esa magia que muy pocos terminales consiguen y que es precisamente el punto fuerte de Apple cuando presenta un terminal. Es la magia que despierta en el consumidor el deseo de tenerlo, algo impagable en términos comerciales.

Aunque todavía no ha comenzado la venta del Galaxy S6 y Edge, las primeras estimaciones hablan de 20 millones de reservas

Esa pantalla curvada en los dos laterales es más que suficiente como para que un usuario se enamore del terminal y pueda presumir de equipo cuando lo coloca, por ejemplo, en la mesa de un restaurante. También ha sido un acierto importante la gama de colores que ha elegido la firma introduciendo el verde como sorpresa, de tono elegante y como gran apuesta informal. No sería de extrañar que próximamente sus competidores lanzaran versiones imitando el nuevo color de Samsung.

Como decía, queda toda la tela por cortar ya que serán los consumidores los que decidan. De momento, las reservas están acompañando y eso que el S6 empieza en 699 euros y el Edge sube a los 850 euros. La maquinaria de marketing de Samsung no ha hecho más que empezar y a buen seguro que después de un ligero frenazo la firma coreana vuelve a superar expectativas.

Los últimos datos de las consultoras que auditan el mercado español dejan claro que ya son varios los meses en los que la caída de Samsung se ha frenado, y todo apunta a que el nuevo crecimiento está cerca. A nivel de operadores, también hay cierto optimismo y la apuesta es clave. Comentan que Samsung por fin ha suprimido modelos innecesarios y se ha centrado en mantener las gamas mucho más equilibradas.

Samsung vuelve a sonar a música celestial, con tono fino y buen ritmo. La firma ha vuelto en el mejor escenario posible: el Mobile World Congress. Allí ha sido donde la compañía ha vuelto a situarse en la cúspide de la telefonía móvil mundial, donde los focos brillan más que nunca y donde no hay medio que deje escapar noticia alguna.

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