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La banca da una segunda oportunidad a los promotores inmobiliarios
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J. L. Bárcenas

El Ojo Clínico de la Inversión Inmobiliaria

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La banca da una segunda oportunidad a los promotores inmobiliarios

Las perspectivas apocalípticas que existían para el futuro del sector inmobiliario para este año 2009 se han visto mitigadas, parcialmente, por un hecho inesperado cuyo protagonista

Las perspectivas apocalípticas que existían para el futuro del sector inmobiliario para este año 2009 se han visto mitigadas, parcialmente, por un hecho inesperado cuyo protagonista es, cómo no, el sector financiero, tan estrechamente ligado al devenir del negocio.

 

Si bien es cierto que el número de procesos concursales solicitados por las empresas inmobiliarias ha crecido ostensiblemente en el último año, no lo ha hecho en la medida que muchos profesionales del sector esperaban. La ecuación era bien clara y de fácil solución: Si una empresa apenas tiene ingresos recurrentes pero sí gastos fijos (estructura de la empresa y carga financiera que atender) a lo que hay que añadir una fuerte restricción del crédito financiero acumulado en periodos anteriores, existe un único camino lógico que tomar: solicitar el concurso de acreedores y poner en liquidación la empresa. Lo peor de esto es que ¡vaya momento para ponerse a liquidar activos inmobiliarios! Es casi como tratar de vender abrigos de piel en el Caribe. Aun así parecía que no le quedaba otra salida a la mayoría de las empresas inmobiliarias de nuestro país. O eso pensaban ellos…

La Banca está marcando el ritmo de la economía española. Lo hizo en los momentos de expansión, soltando dinero a diestro y siniestro, y lo está haciendo en estos momentos de fuerte crisis, actuando de distinta manera según el momento en que haya tocado negociar con ella y sin un patrón fijo de actuación. Por poner ejemplos de actitudes distintas en el último año, se podrían enumerar las siguientes:

"         Hace un año, las empresas del sector que se encontraran en serios problemas y fueran a negociar con la banca alguna posible salida, se encontraban con un “lo sentimos mucho pero no podemos hacer nada por ti”. A no ser que se tratara de una empresa-dinosaurio, en cuyo caso el banco compartía el problema de dicha empresa, el camino a tomar era el de concurso de acreedores-liquidación patrimonial. Se preveía que, en un futuro próximo, se produciría una auténtica avalancha de empresas en la misma situación.

"         Hace nueve meses, aproximadamente, y hasta finales del año 2008, la banca tomó la decisión de comprar activos inmobiliarios para saldar deudas financieras de empresas inmobiliarias en serios problemas. Esto duró hasta que, un buen día, alguien decidió que dejara de durar y las daciones en pago de deuda se terminaron. A quien le coincidió este periodo con el momento en que le tocaba ir a “consultas” con la banca, tuvo suerte y pudo “realizar” activos inmobiliarios en un momento, y a un precio, en el que era imposible encontrar otro comprador que no fuera un banco o caja de ahorros. El que no pudo o supo aprovechar esa ventana abierta por las entidades financieras, se tendría que buscar la vida más delante de distinta manera.

Actualmente, en realidad desde principio de año, la banca ha dado un giro inesperado en su manera de actuar. Ante la sorpresa de no pocos promotores, el sector financiero está ofreciendo solución temporal a los momentos críticos que están pasando tantos y tantos promotores. Como si de un espectáculo circense se tratara, ha decidido poner una gran red de seguridad bajo el cable de los funambulistas. Ni el cable sobre el que caminar ni el estado de los propios funambulistas (los promotores) ofrece mínimas garantías de éxito pero, aun así, siguen contando con ellos y, por si las moscas, ponen protección para evitar que se partan la crisma a las primeras de cambio.

La banca está dando unas bocanadas extra de aire a muchos promotores que ya se veían liquidando sus activos para ver si quedaba neto patrimonial o si bien finalizaban su aventura empresarial con una mano delante y otra detrás. Actualmente los departamentos de reestructuraciones de deuda no dan abasto para atender los innumerables procesos de refinanciación en los que se hayan inmersos. Se trata de dar dos o tres años de vida extra a estas empresas del sector promotor siempre que cumplan con, por lo menos, una de estas dos características: o bien ser una empresa-dinosaurio de las mencionadas anteriormente, o bien ser una empresa viable en otro momento futuro más fértil que el actual. Por lo general, en estos dos o tres años, los bancos no te pedirán pan (darán carencia de principal e intereses de la deuda) y te mantendrán las constantes vitales básicas: te dejan vivir pero – aquí está el problema - no puedes contar con ellos para desarrollar nuevos proyectos… Si el mercado remonta, tú te tienes que subir a la ola pero ellos no te van a poner la tabla de surf.

¿Por qué actúan así los Bancos en estos momentos? No, no se han impregnado del espíritu de la madre Teresa de Calcuta. Con este proceder, la banca pretende “pegar una patada hacia adelante” a muchos, casi seguros, problemas empresariales. Si esos problemas explotaran actualmente, todos a la vez, provocarían innumerables procesos concursales con las consiguientes provisiones en las cuentas de resultados de las entidades financieras. Estas provisiones reducirían mucho los beneficios de estas entidades, lo que conllevaría bajadas en el “rating bancario” (índice de referencia para calificar la mayor o menor fiabilidad de bancos y cajas en el propio mercado financiero) y esto supondría un coste adicional al tener mayores dificultades para captar recursos en el mercado.

Por otro lado, estas provisiones contables que deben dotar las entidades financieras ante los concursos de acreedores de alguna sociedad con la que tienen riesgos financieros, pasan a engrosar la partida de “morosidad” que tanto teme actualmente el sistema financiero español y que tanto énfasis ha puesto el Banco de España en combatir.

El caso es que esto se está produciendo y está suponiendo una segunda oportunidad para muchas empresas que prácticamente habían tirado la toalla y andaban preparando los papeles para irse al Juzgado a solicitar un Concurso de Acreedores.

A ver cuánto tiempo dura esta moda bancaria. Cuando decidan retirar la red de seguridad, los trompazos van a ser de escándalo.

Las perspectivas apocalípticas que existían para el futuro del sector inmobiliario para este año 2009 se han visto mitigadas, parcialmente, por un hecho inesperado cuyo protagonista es, cómo no, el sector financiero, tan estrechamente ligado al devenir del negocio.