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El magnate solidario que no quiere “morir con los bolsillos llenos de dinero”
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Miguel Ayuso

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El magnate solidario que no quiere “morir con los bolsillos llenos de dinero”

“Siempre me llamó la atención que mucha gente del mundo de los negocios haya crecido en circunstancias financieras muy difíciles, haya recibido una educación en una

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El magnate solidario que no quiere “morir con los bolsillos llenos de dinero”

“Siempre me llamó la atención que mucha gente del mundo de los negocios haya crecido en circunstancias financieras muy difíciles, haya recibido una educación en una universidad espectacular gracias a una beca y haya acabado haciendo algo completamente extraordinario, fundando compañías que son conocidas en todo el mundo. Es un leimotiv común”. Una motivación que en el caso de Michael Moritz, presidente de Sequoia capital, le ha llevado a ser uno de los más grandes inversores de Silicon Valley.

Moritz donará 75 millones de libras para financiar estudios universitarios en OxfordEn una entrevista inspiradora publicada en The Sunday Times, Morritz, que ha sido diagnosticado con una enfermedad degenerativa que podría apartarle pronto de la vida pública, explica los motivos que le han llevado a donar 75 millones de libras para financiar los estudios en Oxford de jóvenes de entornos desfavorecidos. El magnate asegura que la enfermedad no tiene nada que ver con su decisión, pero reconoce, como muchos otros filántropos de renombre, “que no quiere morir con los bolsillos llenos de dinero”.

Al fin y al cabo, tal como él mismo explica, la historia vital de Moritz, tiene mucho que ver con “la solidaridad de gente desconocida”, que permitió que su familia prosperara desde una situación muy desfavorable. El magnate cursó sus estudios en Oxford gracias a una beca, al igual que su padre, un judío refugiado de la Alemania nazi, que también fue becado en la universidad, y el primo de éste, un notable matemático que acabó ingresando en la Royal Society gracias a una beca para estudiar en Cambridge.

Cómo pasar de estudiar historia a invertir en startup tecnológicas

La historia de éxito de Moritz se asemeja a la de otros talentosos estudiantes de humanidades, que acabaron aprovechando su perfil multidisciplinar para triunfar en el mundo de los negocios. El trabajo universitario de Moritz se centró en el estudio histórico de las relaciones internacionales durante el periodo de entreguerras y justo antes de la Segunda Guerra Mundial. Entonces descubrió que tenía una habilidad extraordinaria para “escoger un tema sobre el que sabía poco, desarrollar opiniones y alcanzar conclusiones basadas en información imperfecta”. Básicamente, la principal habilidad que debe tener un buen inversor.

Pese a ser un gran inversor, Moritz se siente incómodo cuando le relacionan con el mundo de las finanzasY Moritz resulto ser uno de los mejores. Hoy posee una fortuna valorada en más de mil millones de euros, construida gracias a la inversión en pequeños proyectos para Internet que han acabado siendo empresas de enorme envergadura. Es el caso de YouTube, empresa que debe su éxito a la inversión de Mortiz, que vio en ella –cuando sólo era un negocio incipiente de tres personas– lo que otros no supieron valorar. Quizás por esto Moritz, que es miembro del consejo de administración de Google, Yahoo! y Paypal, se siente incómodo cuando le relacionan con el mundo de las finanzas. Su trabajo consiste, en sus propias palabras, “en ser compañero de negocio de pequeñas empresas que nadie quiere tocar o de individuos con ideas que el resto ve irrealizables como un negocio a largo plazo. No tiene nada que ver con manipular el Libor o los cuentos de leveraged buyouts [compras de empresas con deuda]”.

¿Somos responsables de nuestro éxito o depende éste de terceras personas?

Moritz lo tiene claro: sin la solidaridad de aquellos desconocidos que pagaron su beca (y la de su padre) nunca habría logrado lo que ha logrado. Su historia sirve para ilustrar lo que el escritor Michael Lewis explicó a la perfección en su discurso para la ceremonia de graduación de los estudiantes de Princeton: “A la gente no le gusta que su éxito personal sea explicado por el papel que la suerte ha jugado en sus vidas. Sobre todo, a aquellos que han llegado más lejos. Quieren pensar que su triunfo era inevitable. No están dispuestos a admitir el papel que ha jugado el azar”. El éxito no depende sólo de las capacidades personales, y nunca es inevitable, depende de la ayuda que has recibido del resto, ya sea por solidaridad, azar o, como en el caso de Moritz, ambas cosas a la vez. 

“Siempre me llamó la atención que mucha gente del mundo de los negocios haya crecido en circunstancias financieras muy difíciles, haya recibido una educación en una universidad espectacular gracias a una beca y haya acabado haciendo algo completamente extraordinario, fundando compañías que son conocidas en todo el mundo. Es un leimotiv común”. Una motivación que en el caso de Michael Moritz, presidente de Sequoia capital, le ha llevado a ser uno de los más grandes inversores de Silicon Valley.