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No Age vs. Converse: ¿se puede morder la mano que te da de comer?
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Héctor G. Barnés

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Héctor G. Barnés

No Age vs. Converse: ¿se puede morder la mano que te da de comer?

El pasado 18 de diciembre, el grupo de rock de Los Ángeles No Age actuaba en el festival barcelonés Make Noise, organizado por la marca de

Foto: No Age vs. Converse: ¿se puede morder la mano que te da de comer?
No Age vs. Converse: ¿se puede morder la mano que te da de comer?

El pasado 18 de diciembre, el grupo de rock de Los Ángeles No Age actuaba en el festival barcelonés Make Noise, organizado por la marca de ropa Converse, cuando, en mitad de su actuación, el guión se rompió y el concierto tomó un rumbo imprevisto. En la pantalla que se encontraba detrás del grupo comenzaron a aparecer proyecciones de un documental sobre las condiciones de producción de las zapatillas de la marca en países subdesarrollados. Durante unos diez minutos, las proyecciones siguieron sobre el escenario de la sala Apolo, hasta que el documental fue cortado, el dúo siguió con su concierto durante diez minutos más y se despidieron al grito de “gracias, Converse”.

Los espectadores no podían creer lo que habían visto: una patada en la boca de la propia marca en un evento organizado por la misma. Rápidamente, como no podía ser de otra forma, la noticia comenzó a extenderse por la red y las opiniones se dividieron en dos. Por una parte, aquellos que aplaudieron el gesto como una forma de recordar las condiciones de producción de la marca ante sus propios clientes. Por otra, los que recuerdan que al fin y al cabo, No Age han participado en el circo que ellos mismos denuncian: ¿con qué autoridad pueden denunciar a Converse, si ellos mismos están cobrando de su dinero? Por el momento, no se sabe si la banda ha renunciado al pago, o cuál ha sido la reacción de la compañía.

Aclarando la situación

El debate ha provocado que la banda finalmente publicase este fin de semana una nota aclarando lo sucedido y ofreciendo su propia visión. Bajo el nombre de “acción contradictoria planeada”, el cantante Dean Spunt recordaba que “en nuestra actuación tocamos seis canciones, las luces se apagaron y el proyeccionista reprodujo la pieza de vídeo que habíamos creado, mientras nosotros seguíamos tocando en el escenario. Contenía imágenes de consumidores del Black Friday acompañadas por un texto abstracto que había escrito, imágenes de trabajadores en sweatshops, niños llorando, protestantes y extractos de un artículo sobre la propiedad de Nike sobre Converse y las condiciones de las fábricas y los trabajadores tal como fueron publicadas en noviembre por Associated Press”. Además, en el comunicado relatan cómo el promotor intentó apagar el vídeo una vez pasaron ocho minutos, la banda le gritó para que no lo hiciera y finalmente lo quitó cuando quedaban cinco minutos para que terminase (la duración total era de diez minutos).

En junio, No Age ya participaron en un festival contra la cadena de supermercados WalmartEs decir, más o menos lo mismo que se había publicado en diferentes medios nacionales o en la web de referencia en el mundillo indie, Pitchfork. ¿Qué se oculta detrás de toda esta controversia? En realidad, a tenor por las asépticas palabras de Spunt –apenas una descripción de lo sucedido–, no se puede afirmar que la voluntad de denunciar las condiciones de empleo en la marca americana fuese su motivación primigenia. Parece ser que la actuación de la banda vino precedida por un intercambio de correos electrónicos entre patrocinadores y músicos en el que, finalmente, estos accedieron “contraviniendo su contrato” a permitir todo tipo de carteles publicitarios rodeando el escenario.

El grupo no señala que esa sea la razón por la que se rebelaron contra la mano que les iba a pagar, pero por sus antecedentes, quizá Converse debería haber tenido más cuidado con el dúo. Al fin y al cabo, el pasado mes de junio habían encabezado un festival benéfico en el barrio de Chinatown en contra de la cadena de supermercados Walmart, con el objetivo de “atraer la atención a las prácticas laborales injustas, apoyar los pequeños negocios que dignifican el barrio y mostrar solidaridad con la música vibrante en la escena de Chinatown”. Y en 2008, el guitarrista Randy Randall apareció en el show de Craig Ferguson en CBS con una camiseta en la que se podía leer "seguridad social gratuita" después de que la cadena le impidiese aparecer en directo con una camiseta de Barack Obama. Desde luego, Converse podría haber valorado que si No Age fueron capaces de organizar un concierto en contra de Walmart, quizá su opinión sobre la marca no fuese especialmente positiva.

Fondo contra forma, forma contra fondo

Motivaciones intrínsecas aparte, lo que la discusión que ha rodeado al paso de No Age por Barcelona nos indica es de qué manera el debate público parece encontrarse sumergido en un círculo vicioso en el que de lo último de lo que se habla es del hecho a denunciar en sí –la utilización de trabajadores explotados– como de la pertinencia o no de la actuación del grupo, favoreciendo así la forma sobre el fondo. Se parte de la recurrente paradoja que establece que para criticar algo no se pueden utilizar los canales que este algo (empresa, situación, sistema) proporciona, puesto que hacerlo es aceptar implícitamente la validez de los mismos. Pero al mismo tiempo, ello provoca la imposibilidad de toda crítica en cuanto que, obligando que la crítica siempre sea externa, la margina y reduce a canales donde no puede llegar al público objetivo, los compradores de dicha marca. Aunque quizá lo que esto demuestre es que el tema de los sweatshops sea tan conocido –y, al mismo tiempo, tan impune– que su existencia se dé ya por hecha.

Finalmente, todo el mundo parece haber ganado. Desde luego, y al menos en lo que concierne a España, No Age ha gozado de una mayor visibilidad en medios que gracias a su música, y su imagen contestataria se ha fortalecido. Por su parte, Converse no se ha visto especialmente perjudicado, ya que al fin y al cabo, la información proporcionada a través del vídeo estaba disponible para todo el mundo a través de Associated Press. Además, muchos se han puesto de manera tácita de parte de la marca, al denunciar la hipocresía del grupo que denuncia a los mismos con los que se ha mostrado dispuesto a colaborar con anterioridad. Desde luego, los que no han visto alterada su situación son los trabajadores de dos tercios de las 168 fábricas que Nike y Converse tienen en Indonesia y que se considera se encuentran en una situación de abuso.

El pasado 18 de diciembre, el grupo de rock de Los Ángeles No Age actuaba en el festival barcelonés Make Noise, organizado por la marca de ropa Converse, cuando, en mitad de su actuación, el guión se rompió y el concierto tomó un rumbo imprevisto. En la pantalla que se encontraba detrás del grupo comenzaron a aparecer proyecciones de un documental sobre las condiciones de producción de las zapatillas de la marca en países subdesarrollados. Durante unos diez minutos, las proyecciones siguieron sobre el escenario de la sala Apolo, hasta que el documental fue cortado, el dúo siguió con su concierto durante diez minutos más y se despidieron al grito de “gracias, Converse”.