¿Tienes un bulto en el pecho? Estas son las pruebas que van a realizarte

Me he notado un bulto en el pecho. ¿Qué procedimiento de actuación siguen los médicos en estos casos?

Notarse un bulto en el pecho es algo frecuente y no hay que ponerse nervioso. La mayor parte de las veces se trata de una lesión benigna de tipo quiste; no obstante, es recomendable acudir al ginecólogo para que solicite algunas pruebas. Si la paciente es menor de 35 años, la primera prueba a la que la van someter es a una ecografía para diferenciar si la lesión es quística o sólida; si es mayor de 35 años, lo más común es que el ginecólogo solicite una mamografía y una ecografía.

Si el resultado es un quiste benigno, no hay mayor complicación. Si es una lesión sólida, a veces es necesario realizar una biopsia de mama.

¿En qué consiste la mamografía y qué diagnóstico ofrece?

La mamografía es una técnica radiológica que obtiene imágenes de la mama utilizando rayos X. Desde hace unas décadas se ha demostrado que haciendo un cribado a la población se reduce la mortalidad por cáncer de mama de forma clara. Es una técnica que se usa de forma masiva por encima de los 40 años para diagnosticar la enfermedad. También es la técnica principal de estudio mamográfico cuando una paciente tiene un nódulo palpable o secreción por el pezón.

La tomosíntesis es una evolución de la mamografía que adquiriere una secuencia de imágenes de secciones de la mama que se recogen en un 'software' que las muestra como una imagen tridimensional. La tomosíntesis es capaz de detectar más lesiones cancerosas que la mamografía convencional.

¿Qué otro tipo de pruebas pueden diagnosticar un cáncer de mama?

Además de la mamografía –o su evolución mejorada, la tomosíntesis–, otra de las técnicas más utilizadas en el diagnóstico del cáncer de mama es la ecografía de mama, una técnica inocua porque no emite radiación X. Es muy útil para valorar si un nódulo es quístico o sólido y se está utilizando cada vez más en el estudio de mamas densas, que son más difíciles de analizar en el estudio mamográfico.

Para estudiarlas acaba de aparecer un nuevo tipo de ecografía denominada Ecografía Automática Tridimensional (ABUS, por sus siglas en inglés) que permite la adquisición de imágenes con un transductor de gran tamaño que se adapta a la mama, barre toda su anatomía y proporciona unas imágenes tridimensionales que tienen la misma o mayor fiabilidad que la ecografía manual convencional.

Además de la mamografía (evolucionada en tomosíntesis) y la ecografía (evolucionada en ABUS), otra técnica muy útil es la resonancia magnética de mama, útil en ciertos casos, como entre los pacientes con alto riesgo de sufrir un cáncer de mama (porque muestran un riesgo genético o una historia familiar de cánceres de mama). En los pacientes de alto riesgo se realiza una resonancia magnética anual, aunque también tiene otras indicaciones, como es el caso de los enfermos ya diagnosticados en los que la resonancia magnética detalla si la lesión diagnosticada es única, si tiene varios focos, si afecta a una sola mama o la afectación es bilateral…

El diagnóstico definitivo del cáncer de mama se realiza a través de la punción. Una vez que se ha observado una lesión sospechosa a través de ecografía, mamografía o resonancia, se practica una biopsia percutánea dirigida por imagen (a través de ecografía y resonancia) en la que con una aguja gruesa se obtienen muestras de tejidos que son estudiados por el servicio de Anatomía Patológica, que ofrecerán el diagnóstico histológico exacto de esas lesiones.