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'Autovacunas' para pacientes propensos a las amigdalitis bacterianas
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'Autovacunas' para pacientes propensos a las amigdalitis bacterianas

Estas vacunas hechas 'ad hoc' para cada paciente hablan de una efectividad de entre el 20% y el 60% en la disminución de la tasa de reinfección

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PREGUNTA. Soy propensa a tener placas en la garganta, ¿hay alguna razón para que cada vez que me constipe se afecte esta zona?

RESPUESTA. Pese a los avances en el seno de la otorrinolaringología y del estudio y tratamiento de las enfermedades infecciosas, a día de hoy seguimos sin tener una respuesta clara a por qué tenemos pacientes que de forma recurrente acuden a las consultas por cuadros de amigdalitis bacteriana a pesar de realizar el tratamiento antibiótico indicado. No obstante, sí podemos decir que es probable que existan múltiples factores que favorecen esta condición.

Uno de esos factores puede ser la agresividad del microorganismo causante de la infección, así como la aparición de resistencias a los antibióticos, la presencia de zonas en el tejido amigdalar donde no llega el fármaco o las reinfecciones por la misma familia de microorganismos, favorecidas por el hacinamiento en lugares como aulas, guarderías, cuarteles, y la transmisión a sus contactos familiares.

Pueden ayudar a aliviar el dolor las gárgaras con agua tibia y sal o limón con agua y miel; también infusiones de miel, jengibre, eucalipto o salvia

También predisponen a la infección amigdalar la alteración de la flora saprofita (los microorganismos que viven en nuestra propia faringe sin producirnos enfermedad) a consecuencia, precisamente, del uso inadecuado de los antibióticos cuando no son necesarios o la incorrecta realización de los tratamientos cuando son pautados.

Otro factor es la patología digestiva que conlleva el ascenso de jugos gástricos hasta la faringe y amígdalas, alterando la flora bacteriana normal del paciente y favoreciendo infecciones crónicas (como el 'caseum amigdalar': pequeñas bolitas amarillentas y fétidas que pueden crecer en las criptas amigdalares) o alargando la resolución de las infecciones agudas. Estos trastornos digestivos muchas veces pasan desapercibidos y requieren un estudio fibroscópico inicial por parte de su otorrinolaringólogo y, en ocasiones, la derivación a un especialista en aparato digestivo. Sí que están más predispuestas, como a cualquier infección, las personas inmunodeprimidas por procesos hematológicos, infecciosos o fármacos inmunosupresores.

P. A veces me mandan antibióticos y otras no, ¿hay diferentes tipos?

R. Existen múltiples microorganismos que pueden causar una faringoamigdalitis; podemos dividirlos en virus y bacterias. Solo las segundas precisan el uso de antibióticos. De hecho, el 70% de las faringoamigdalitis en niños menores de tres años son producidas por virus; los más frecuentes son los rinovirus y coronavirus. Existen otros como los adenovirus y aquellos que dan lugar a los síndromes mononucleósicos, como el virus de Epstein Baar (VEB) o el citomegalovirus (CMV), que pueden producir una clínica indistinguible de la que aparece cuando se tiene una infección bacteriana, siendo precisos estudios de laboratorio y/o microbiología para su diagnóstico exacto. En lo que se refiere a las causas bacterianas, el microorganismo más frecuente y el habitual en las amigdalitis recurrentes es el estreptococo del grupo A o pyogenes. El diagnóstico es complejo y debe hacerlo su especialista, nunca automedicarse con antibióticos por el hecho de ver placas en las amígdalas.

P. ¿Hay algún remedio casero para aliviar el dolor?

R. Existen algunas infusiones de plantas que pueden tener un efecto ligeramente analgésico o antiinflamatorio —como la manzanilla— que ayudan a sobrellevar el proceso junto a fármacos antiinflamatorios del tipo de ibuprofeno y corticoides. También pueden ayudar algo las gárgaras con agua tibia y sal o limón con agua y miel; también infusiones de miel con jengibre, eucalipto, salvia o malvavisco. Algunos recomiendan gárgaras con bicarbonato o agua oxigenada para ayudar a eliminar los exudados. En cualquier caso, cuidado con los menores de seis años, que pueden no hacerlas bien y corren el riesgo de ingerirlas acarreando problemas digestivos y metabólicos.

Salvo en muy contadas ocasiones, una amigdalitis no acarrea consecuencias importantes, más allá del dolor y molestias durante unos días

P. ¿Puede ser preocupante que tenga tantas veces placas?

R. Hoy día, en países desarrollados como España, afortunadamente disponemos de los tratamientos adecuados para cada caso y en muy contadas ocasiones una amigdalitis acarrea consecuencias importantes, más allá del dolor y molestias durante unos días. En los pocos casos en que la respuesta al tratamiento no es la esperada, su médico puede decidir el ingreso hospitalario para tratamiento intravenoso y, en casos puntuales, el drenaje por parte del otorrinolaringólogo. Hace años, esto no era así en nuestro país, por lo que muchas personas fueron operadas de amigdalectomía para evitar otros daños mayores. En el siglo XXI, los criterios para extirpar las amígdalas son cada vez mas restrictivos, ya que las consecuencias de privar al individuo de este tejido linfoide son múltiples, así como los riesgos quirúrgicos y hemorrágicos, tanto en el posoperatorio inmediato como en los 10-20 días posteriores a la intervención.

P. ¿Hay alguna vacuna u otra solución?

R. Hoy día no existe vacunación para las amigdalitis víricas. En los casos bacterianos reiterados, su otorrinolaringólogo puede tomar una muestra del exudado amigdalar antes de que haya comenzado ningún tratamiento antibiótico, y el laboratorio inmunológico, tras haberlo cultivado, elaborará una vacuna oral contra ese patógeno concreto. Esto se denomina 'autovacuna'. Los ensayos clínicos publicados respecto a la efectividad de estas vacunas aportan resultados diversos, oscilando entre un 20% y un 60% de disminución de la tasa de reinfección para ese patógeno, según las publicaciones. Si bien es cierto que la comodidad en la administración sublingual en domicilio y la casi nula notificación de efectos secundarios las convierten en una herramienta terapéutica más.

*Si tienes alguna duda sobre la consulta resuelta y quieres más información, puedes contactar con el Hospital Universitario Quirónsalud Madrid

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