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“Tranquila, no te preocupes. Es sólo marihuana”
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Rocío Mayoral

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“Tranquila, no te preocupes. Es sólo marihuana”

Hace unos días hablé con la angustiada madre de un chico de 17 años que me dijo: “Me enteré por una amiga que mi hijo consumía

Hace unos días hablé con la angustiada madre de un chico de 17 años que me dijo: “Me enteré por una amiga que mi hijo consumía drogas. Casi me muero. Cuando le pregunté, él no lo negó. Simplemente dijo: Tranquila mamá, es sólo marihuana: no daña la salud y no engancha. Todos mis amigos fuman”. No supo que contestar. Al día siguiente consultó a un especialista.

Lo cierto es que las creencias de este chico son compartidas por un grupo de población muy extenso, que  aboga por la inocuidad incluso por la legalización del cannabis. Y no todos son jóvenes. Sin ir más lejos, hace unos días Esquerra Republicana presentó una propuesta en el Congreso para regularizar su producción, distribución y consumo en España. Contaron con el apoyo de varios partidos. Finalmente no salió adelante, pero ¿cuál es la verdad? ¿No es una sustancia nociva? ¿No debemos preocuparnos si nuestros hijos consumen?

Realmente el cannabis posee muchos adeptos en la sociedad actual y en España en particular. Según el último informe del Observatorio Europeo de las Drogas, estamos a la cabeza de la Unión Europea en consumo de cannabis y cocaína, especialmente entre jóvenes. No es difícil entender la clave del éxito de esta sustancia. Genera embriaguez, euforia, bienestar y los efectos tras el consumo parecen menores: aumento del ritmo cardíaco, del apetito, sequedad bucal, enrojecimiento ocular… Además, la dependencia física parece nula.

Numerosas investigaciones han demostrado también que el consumo habitual de cannabis afecta poderosamente a la memoriaY por si fuera poco, el uso medicinal de la marihuana ha contribuido enormemente a su propaganda. En Estados Unidos cada vez cuenta con más apoyo social y el mismo Obama pregona haber consumido en su juventud. Su consumo con fines terapéuticos empieza a ser legal en varios estados. Pero además, muchísimas personas consumen regularmente sin hacer daño a nadie. No es descabellado pensar que “una sustancia así no puede ser mala”.

¿Pero es eso cierto? En la actualidad existe gran debate social. Pero en algo no hay duda. El cannabis es una droga. Y como tal altera el normal funcionamiento del sistema nervioso central y el cerebro. Es depresora a dosis bajas y alucinógena si son elevadas.

Numerosos estudios han demostrado que no es tan inocua como muchos creen. Produce alta dependencia psíquica. Y no solo eso. Un estudio realizado el pasado año en la Universidad de Duke, Carolina del Norte, demostró que fumar marihuana desde la adolescencia puede generar un deterioro cognitivo que baje el CI hasta 8 puntos por debajo de la media. Numerosas investigaciones han demostrado también que el consumo habitual de cannabis afecta poderosamente a la memoria, atención, concentración, motivación; enlentece el pensamiento, altera la coordinación, el sentido del tiempo... Son efectos graves para un estudiante. Además, puede generar cuadros depresivos, ansiosos e incluso brotes psicóticos.

El verdadero daño de las "drogas blandas":

  • Hay una realidad muy triste. Las drogas generan una diversión y un placer fácil. Su uso frecuente acaba anulando en muchas personas la capacidad para disfrutar y socializarse de manera natural como hacían antes de iniciarse en el consumo.
  • Pero hay algo peor; el cannabis suele ser la puerta de entrada al consumo de drogas “más duras". Llega un día en que todo es muy aburrido sin drogas y el efecto de la dosis habitual no es como antes. Muchos la aumentan y un día deciden probar algo más potente... Cocaína, éxtasis, alucinógenos y anfetaminas son con alcohol y cannabis las sustancias más consumidas por los jóvenes en nuestro país.
  • Muchos inician así un camino sin retorno. Algunos dejan los estudios al perder facultades o “se enganchan” o tienen accidentes. Y otros logran dejarlo con mucho sufrimiento. Su hijo puede ser de esos últimos, pero ¿merece la pena arriesgarse? Tal vez prefiera prevenir.

Los padres siguen muy despistados: "¡Mi hijo nunca probaría marihuana!"

Pero lo cierto es que a pesar de la divulgación, muchos padres siguen sin enterarse. Un amplio estudio de la Universidad de Minnesota evidenció que sólo el 18% de padres encuestados pensaba que su hijo podía haber probado marihuana. Sin embargo más del 40% lo había hecho. Sólo un 21% pensaba que los amigos de su hijo consumían; pero el 62% lo hacía. Un tercio creía que su hijo opinaba que la marihuana era nociva, pero menos del 20% lo pensaba.

Padres que no se enteran de qué hacen sus hijos, hijos que piensan que el consumo no perjudica, gobiernos dispuestos a legalizar las drogas...Eso mismo se ha comprobado en un reciente estudio de la FAD, el Plan Nacional sobre Drogas y Obra Social Caja Madrid, presentado hace pocas semanas. En él se concluye que sólo 1 de cada 3 consumidores habituales de entre 18 y 25 años piensa que el consumo no les perjudica en absoluto. El 28% habló de problemas económicos y el 20%, familiares ¿Y problemas de salud? Para este grupo, son casi inexistentes.

Padres que no se enteran de qué hacen sus hijos, hijos que piensan que el consumo no perjudica, gobiernos dispuestos a legalizar las drogas... En este maremágnum, ¿qué postura tomar? Puede que usted sea de los que cree que el cannabis no daña, pero tal vez desee que su hijo disfrute la vida de forma natural, sin drogas. Sólo si es así, puede que esto le interese.

¿Qué hacer para prevenir el consumo de drogas en su hijo/a adolescente?

  • Infórmese. Sepa que es muy fácil que a su hijo adolescente ya le hayan ofrecido drogas.
  • No se engañe. No hay drogas blandas. Todas afectan a las funciones cognitivas y poseen enganche psíquico. Además suelen ser un primer paso hacia drogas más duras. Sepa también que son fáciles de conseguir. En el citado estudio americano entre 40% de 70% de chicos de 14 años dijeron que les era muy fácil encontrar marihuana.
  • Mantenga una postura firme de rechazo al consumo de estas sustancias. Dé ejemplo.
  • Manténgase al tanto de las amistades y actividades de ocio de sus hijos. Exija conocerlos. Haga que su hijo practique deporte. Oblíguele a tener ocio que no consista solo en salir.
  • Obligue a que siempre advierta de su llegada a casa, sea la hora que sea. Valore su estado.
  • No tarde en hablar de drogas con sus hijos. Se ha demostrado que el consumo es menor si en casa se aprenden sus efectos. Dé información clara; escuche y respete sus puntos de vista. Exponga la diferencia entre las drogas con receta y las usadas con fines recreativos.
  • Alimente su fuerza para no dejarse llevar por el grupo. Practique con él o ella a decir que no. Enséñele que puede evitar el consumo diciendo “no me apetece”. Proponiendo otras actividades: jugar al futbol, ir a comer. Evitando planes con drogas. Poniéndole a usted como excusa: “Mis padres no me dejar ir”. Saliendo con chicos que no consumen.

Si sospecha que su hijo/a consume drogas:

Analice señales de alarma: Evita a los amigos de siempre; deja de hacer cosas que le gustaban; usa ropa con fotos de drogas; de pronto se mete en muchos problemas; baja su rendimiento; falta al colegio; miente, está irascible, anormalmente excitado o deprimido,…Estas son señales tras los que pueden esconderse un consumo de drogas; aunque no siempre. Observe a su hijo.

Si confirma el consumo: Solicite ayuda profesional. No rompa la comunicación. No censure continuamente. Apoye a su hijo. Fuerce planes que lo aparten de los amigos que consumen.

Lo que está claro, es que el cannabis es la droga sobre la que pesan más mitos, más propaganda y más controversia. La investigación únicamente pretende aportar datos claros que ayuden a posicionarnos; sobre todo si nos enfrentamos a la difícil tarea de educar y cuidar a un hijo adolescente. Según parece seguimos estando algo perdidos… Con los datos y nuestra propia experiencia, es tarea de cada uno situarse donde considere conveniente.

Hace unos días hablé con la angustiada madre de un chico de 17 años que me dijo: “Me enteré por una amiga que mi hijo consumía drogas. Casi me muero. Cuando le pregunté, él no lo negó. Simplemente dijo: Tranquila mamá, es sólo marihuana: no daña la salud y no engancha. Todos mis amigos fuman”. No supo que contestar. Al día siguiente consultó a un especialista.