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Películas de Navidad: ¡no intentes imitarlas!
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Laura Rico Caballo

El arte de vivir

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Películas de Navidad: ¡no intentes imitarlas!

En las navidades, los servicios de guardia de los hospitales ven frecuentemente cómo se incrementan las entradas por tentativas de suicidio, agresiones a otros, brotes psicóticos

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Películas de Navidad: ¡no intentes imitarlas!

En las navidades, los servicios de guardia de los hospitales ven frecuentemente cómo se incrementan las entradas por tentativas de suicidio, agresiones a otros, brotes psicóticos o excesos de alcohol y drogas. En las fechas que anteceden a estos periodos, y en las posteriores, suele ser también frecuente, en los servicios médicos, que los enfermos expresen la ansiedad ante la llegada de las fiestas con un incremento de los trastornos psicosomáticos (eczemas, cefaleas, dolores musculares, fatiga...) o, directamente, con quejas verbales referentes a estrés, ansiedad o síntomas depresivos.

Y es que las fiestas Navideñas no son acogidas por todos de igual manera, y llegan para muchos, cada día más, a ser fechas "amenazantes". Desde el punto de vista psicológico, la Navidad se encuentra incluida en todas las escalas de "situaciones estresantes".

Aunque contamos con recursos para activar la lógica, la emoción domina el cerebroPor si fuera poca la presión personal y social, la Navidad está rodeada de un ancestral conjunto de creencias supersticiosas que escapan a la razón y que hacen aun más difícil sustraerse a su torbellino: “Así como sea la Navidad (Fin de Año) será el año” (As goes Christmas Eve, goes the year). Y, por si acaso ¿con qué película quieres verte entrando en el 2013? Dime lo que escoges y sabrás quién eres y de dónde vienes…

Navidad de cine

El cine de Navidad puede ser un elemento estimulante para que descubras chispas que te orienten en todo el remolino de emociones que el mes de diciembre mueve. Las navidades no suelen ser terreno del cine de autor. Están hechas para consumo de grandes públicos y quieren éxito. Si son como son es porque se ha pensado que así las quería el espectador. Son así porque es la fórmula que funciona. Es cine de la emoción: corazón y estomago.

Cómo se hace una película de Navidad. La conexión emocional

Navidad es el momento de los recuerdos y los propósitos, de la costumbre y de los niños (los que son y los que fuimos) ¡Todo es emoción desbordada en diciembre! Aunque contamos con recursos naturales para activar la lógica, el dominio del cerebro sin ninguna duda, es de la emoción. Si conectas con la emoción del otro, tienes ganada la atención e incluso la memoria. Esto es algo que sabe y domina el cine. Contar con sensaciones y experiencias que conecten emocionalmente con la audiencia es la clave del cine, pero más especialmente del cine de Navidad. Para ello, lo primero es un espacio escénico. Asegúrate de que tu película cuente con el mayor número posible de estos elementos:

• Niños y animales (reno, camello, perro San Bernardo, ovejitas…).
• Luces, rojo, oro, plata, brillo en general.
• Nieve y fuego. Frío y calor. Elementos fuertemente contrastados.
• Comida tradicional (recuerdos primigenios).
• Música pegadiza y/o melancólica que te transporte. Si tiene letra, aun mejor... Encontrar buenas frases, que se repitan, resuenen… (“Ven a mi casa esta Navidad”).

Los clásicos perviven, pues lo que no tienen de novedad lo ganan en poder evocadorEsta buena decoración da paso a un guion que asociará el escenario a muchos buenos sentimientos. Frente a ellos, una realidad que nos frustra… muchas veces, el obstáculo es uno mismo o alguien próximo, frecuentemente alguien malo o alguien que odia la Navidad. La película está servida. ¿Cómo resolverán la situación los personajes? Es el clásico “camino del héroe” en el que Disney es el maestro. Hay, entonces, que restaurar el orden luchando frente a los obstáculos que impiden que las cosas sean “como deberían ser”. Y en Navidad / Fin de Año tenemos una cultura que nos deja claro cómo deben ser las cosas. Hay un objetivo común, claro y definido, al menos por una vez (ya nos lo decía la ochentera canción de Mecano «Un año más»). Pero, ¿está bien definido ese objetivo común? Ese es otro de los temas recurrentes en las películas: objetivo, volver a la esencia… Para los detractores se trata de compras, fiestas, opulencia, derroche, apariencia. Para los que la aman, el tema es el amor universal, familia, bondad, ayuda, raíces / infancia / tradición.

Lo común es que, tras la tensión alrededor de estos temas, la película tenga su final feliz. Esto tranquiliza al espectador y eleva su estado de ánimo preparándole para vivir su propia fiesta: a pesar de los problemas, como el héroe, puedo tener una hermosa Navidad… ¿pero qué ocurre cuando no es así?
En India tienen un dicho: si la historia no acaba bien, es que aún no ha terminado (una frase habitual en los larguísimos films de Bollywood en los que a la hora y media de película todo va fatal para el héroe o el bisnieto del héroe).

La película “navideña”

Entre las películas habituales de esta fecha han quedado relegadas hoy las de temática religiosa (Ben-Hur) en una sociedad más laica y muchas veces formada por sujetos que provienen de distintas culturas y religiones. Siguen funcionando las fantásticas (Pesadilla antes de Navidad, El Grinch), las basadas en cuentos o historias infantiles (Polar Express, Cuento de Navidad en todas las versiones desde Dickens, Mickey, Teleñecos, Jim Carrey, etc.), las de temática familiar (¡Vaya Santa Claus!, Family Man), pareja (Love Actually, Buscando el beso de media noche), trabajo (Milagro en la Calle 34, Los fantasmas atacan al jefe, "¡S.O.S!" ya es Navidad) y las que reflejan otros usos/problemas comunes (Solo en casa, El regalo prometido).

En las últimas décadas, triunfa, entre los que hiperventilan con El Cascanueces 3 D y el público más joven, un tipo de películas escatológicas, sangrientas, al límite de lo socialmente aceptable, con Papás Noel obscenos, borrachos y delictivos o “héroes” que los persiguen para torturarlos, exterminarlos o “darles su merecido”. Son una buena pista de por dónde andamos y los problemas que tenemos. El cine no es el culpable, es sólo un reflejo. Este año hay mucho zombi (el símbolo de nuestra década), y dentro de la categoría comercial tenemos Silent Night of the Living Dead, que viene tras otras Noches Silenciosas de años anteriores (ver, o no ver: Sint (Saint), Nico o The Blackout). A veces, bajo una apariencia irreverente que lleva al cine a cierto público al que le aterroriza parecer blando, las películas guardan los mismos mensajes conservadores, por si acaso (Rare Exports: Un cuento gamberro de Navidad).

Los clásicos perviven, pues lo que no tienen de novedad lo ganan en poder evocador; nos reencontramos con las sensaciones placenteras de la primera vez, del origen, y se activa la melancolía, que es un componente imprescindible de las fiestas, aunque también peligroso. En esta línea no fallan Qué bello es vivir, De ilusión también se vive o Navidades Blancas. Entre las españolas, claramente, el paso del tiempo por nuestro cine de Navidad describe una sociedad muy cambiada desde Plácido (1961), La gran familia (1962) a El día de la Bestia (1995).

Frente a la Navidad como época de tristeza, el cine intentará alimentar nuestros sueños Este año la reina indiscutible será un 3D: El origen de los guardianes (Rise of the Guardians). Y, por si el público rechaza, en tiempos tan complicados para la sensibilidad, las alusiones directas, otras excelentes películas caben dentro del grupo película navideña, pues se encuadran como películas de fantasía y evasión, que estimulan los buenos sentimientos o que se pueden ver en familia, ya sea con los hijos o con los abuelos en, quizás, la única vez en el año en que hacen algo juntos. Así, esperamos El Hobbit: Un viaje inesperado o Los miserables, de Tom Hooper con Hugh Jackman, Russell Crowe, Anne Hathaway y Helena Bonham Carter.

Ya sea entre la algarabía familiar, en el cine, o en soledad, refugiados bajo una manta frente al televisor, raro será el que no se vuelva a encontrar a finales de 2012 con ¡la película de la Navidad! Películas que tratan sobre quiénes somos y hasta dónde podemos llegar, sobre el amor y potencialidad de las relaciones humanas. Es el canto al ser social y la unión con su comunidad como generadores de fuerza y valor. En ellas encontraremos también muestras de aplicación de la creatividad como valor fundamental en la resolución de problemas. Con frecuencia, además de enternecernos o emocionarnos, nos harán reír o intentarán mejorar nuestro humor para los días que se viven. Una propuesta de magia e ilusión más allá de lo real o lo posible.

El cine clásico de Navidad ha estado normalmente al servicio del statu quo, y tenía pretensiones educativas y normalizadoras. Hemos crecido con él y tiene gran poder evocador. Puede ser estimulante pero, como el sexo cinematográfico, las posibilidades de tener algo semejante en la vida real pueden ser escasas. No alcanzar las cotas de felicidad y mística que proponen no significa que nuestra Navidad, con nuestra propia casa, regalos o familias, sea algo defectuoso o rechazable. Podrás disfrutar de ellas sin amargarte si las miras con un saludable escepticismo y con humor. Las gafas de La vie en rose son recomendables en estás ocasiones.

Frente a la Navidad como época de mayor tristeza, como ocasión para la frustración o el desengaño, el cine intentará, otra vez, alimentar nuestros sueños y la esperanza de que lo bueno es posible para todos, para ti también, una vez más, aunque sólo sea como otro milagro de la Navidad… No siempre es posible subirse a ese carro, pero si tienes alguna opción ¿por qué no escoger decir "sí"? El malvado Grinch pudo, Jack pudo, pudo el señor Ebenezer Scrooge… y el cine te muestra cómo y porqué… Y si no lo consigues, recuerda: no es el final de mi vida, con casi toda probabilidad. Si las navidades no me salen bien, tendré otras posibilidades… no ha pasado nada irremediables si aun vivo. La historia no ha terminado aún. El cine seguirá intentándolo cada año…

En las navidades, los servicios de guardia de los hospitales ven frecuentemente cómo se incrementan las entradas por tentativas de suicidio, agresiones a otros, brotes psicóticos o excesos de alcohol y drogas. En las fechas que anteceden a estos periodos, y en las posteriores, suele ser también frecuente, en los servicios médicos, que los enfermos expresen la ansiedad ante la llegada de las fiestas con un incremento de los trastornos psicosomáticos (eczemas, cefaleas, dolores musculares, fatiga...) o, directamente, con quejas verbales referentes a estrés, ansiedad o síntomas depresivos.