Es noticia
Por qué funciona una pareja, en 20 razones (cinematográficas)
  1. Alma, Corazón, Vida
  2. El arte de vivir
Laura Rico Caballo

El arte de vivir

Por

Por qué funciona una pareja, en 20 razones (cinematográficas)

Jesse (Ethan Hawke) y Celine (Julie Delpy) se conocieron en un tren, camino de Viena, cuando eran estudiantes y se enamoraron (1995, Antes de amanecer). Nueve años

Foto: Por qué funciona una pareja, en 20 razones (cinematográficas)
Por qué funciona una pareja, en 20 razones (cinematográficas)

Jesse (Ethan Hawke) y Celine (Julie Delpy) se conocieron en un tren, camino de Viena, cuando eran estudiantes y se enamoraron (1995, Antes de amanecer). Nueve años después, descubren en París que aquella es una relación especial que debe continuar (Antes de atardecer). Jesse y Celine son, de nuevo, la pareja de la reciente entrega del director Richard Linklater, que ahora nos permite asomarnos, con los mismos protagonistas, a sus vacaciones griegas, para echar un vistazo a cómo van las cosas en la madurez, Antes de anochecer. Una trilogía que ha durado 18 años y cuya técnica, seguir personajes a través del curso de la vida, ya usó Truffaut en su serie de películas de Antoine Doinel protagonizadas por Jean-Pierre Léaud (Los cuatrocientos golpes, El amor a los veinte años, Besos robados, Cama y comida, etc.).

Para la biografía del amor nos preparamos desde niños. Vemos a nuestros padres, escuchamos cuentos y guardamos referentes y, entre ellos, el cine es crucial. Con él aprendemos modelos más o menos saludables. En muy tierna edad, por ejemplo, vemos las cuatro películas de Shrek (el enamoramiento en la 1; la vida tras la Luna de Miel, en la 2; la estabilidad de la 3; y la crisis, en Shrek 4 Felices para siempre). Los niños ven un retrato del amor y sus vaivenes a través de los avatares del ogro y su esposa Fiona. Encuentros, discusiones, enfados, y alegrías que se mezclan de fondo con acciones más o menos relevantes.

A los mayores, la trilogía de Linklater nos permite analizar una historia de amor que no se acaba con “y comieron perdices”, dejándonos ver la mediana edad de Romeo y Julieta sin que nos parezca una pena que no hubieran muerto en la adolescencia.

Antes del anochecer se presentó en el Festival de Sundance y en el Festival de Berlín, y, tras su paso por el Festival de Tribeca, se estrena el 28 de junio en España. Las revistas especializadas ya la sitúan como una de las mejor posicionadas para la próxima edición de los Óscar en Mejor Película, Mejor Actor, Mejor Actriz y Mejor Guion original.

Tenemos muchos ejemplos de hermosas historias que han de acabar o no pueden llegar a ser plenas porque los obstáculos aparecen como insuperables (es el corazón de la historia clásica romántica): Casablanca (1942), Esplendor en la hierba (1961) o Memorias de África (1985), Los Puentes de Madison (1995), El diario de Noa (2004), Olvídate de mí (2004), 500 días juntos (2009), Blue Valentine (2010), Ruby Sparks (2012)…

Tenemos análisis de parejas con bisturí, alevosos y pesimistas, que son clásicos y referentes impresionantes, como Viaggio in Italia (Rossellini, 1954), La noche (Antonioni, 1961) o Secretos de un matrimonio (Bergman, 1973). Algo menos agria, pero igualmente poco esperanzadora, Dos en la carretera (Stanley Donen, 1967). En esta nos movemos a través del flash back por cuatro momentos de la vida de una pareja y sus cambios. Al igual que en la trilogía de Linklater, viajes distintos realizados por Europa son el nexo de unión entre las historias. El viaje como metáfora. A diferencia de Antes del anochecer, las citadas tienen en común el distanciamiento progresivo que desemboca en la ruptura o en una aceptación nostálgica y melancolía por lo perdido. No es un camino al que nadie aspire a llegar, y varía entre el odio, el rencor o la simple acomodación “incómoda”. Algunas, como en Dos en la carretera, conservan un cierto grado de bondad sobre los personajes y su historia. En otras, es una autentico pozo de cieno.

En esta línea, y si prefiere la literatura, pueden también mortificarse con De qué hablamos cuando hablamos de amor (Ed. Anagrama, Compactos), un clásico de Raymond Carver que se corresponde con su propia crisis matrimonial, y le convencerá definitivamente de que, como en el tango, el mundo es y será una porquería, ya lo sé… en el 2000 también…

La complicada vida en matrimonio

En otras, como Historia de lo nuestro (1999, Rob Reiner) o Si de verdad quieres (David Frankel, 2012), se hace un intento de reconciliar al espectador con la vida matrimonial, aunque el tono es muy diferente al de Antes de anochecer. Posiblemente el público al que va dirigido también es algo distinto. ¿Quizás también el país? ¿Es el pesimismo o el espíritu crítico de la vieja Europa?

"Muchas veces, cuando ves la vida matrimonial", señala Hawke: "se trata o de una cursilada, donde todo el mundo está bien, o de un pesado drama, con alcohol y estrés, donde, en secreto, se odian entre sí y todo es demasiado blanco o demasiado negro".

Lo divertido, como romance, de esto, es que ningún género gana o pierde, la mayoría de los romances parece tener o un programa femenino, donde los chicos son todos dulces, o una idea masculina de lo que se supone que es el amor romántico, con Eva Mendes gateando por el suelo en bikini. Lo maravilloso de estas películas es que son, de alguna manera, sin género. La voz de Julie y su arte son poderosos en la película.

Para Hawke otro atractivo de este estreno es el ser una película romántica a la que poder ir solo, con tus amigos hombres, sin tener que avergonzarte. Algo importante también es que deja espacio a la esperanza desde el realismo.

Lo cierto es que la vida de pareja, la del amor, es evolutiva o se rompe rápidoLinklater: "Esta vez, pensamos que lo que realmente teníamos que ofrecer era honestidad brutal sobre los compromisos a largo plazo y lo difícil que es mantenerlos. Todos esos pequeños campos de minas. Tuvimos que excavar en más de un frente interno, tan diferente del breve encuentro de los veinte o el redescubrimiento de los treinta años. No es el mismo tipo de romance. Sin embargo, todavía creemos que hay algo especial para esta pareja".

No seremos tan atrevidos como para dar una de esas listas de “Etapas del amor” o “Etapas de la pareja”. Cada pareja es un mundo y la variedad da vértigo. Lo cierto es que la vida de pareja, la del amor, es evolutiva o se rompe rápido. Posiblemente sí es común a todas la imagen de un flujo continuo de encuentros y desencuentros de orden y caos, de paz (homeostasis)/tensión y resolución. Es un maravilloso baile con traspiés que recomponemos más o menos artísticamente. Y, en algunos casos, sucesivos esguinces que nos hacen dejar el baile o un repentino tropiezo tras el que no volvemos a la pista.

La figura de una espiral ascendente sería la imagen de una pareja que evoluciona con éxito. Un laberinto que se estira formando un muelle.

La APA (American Psychological Association) nos recuerda que hasta el 50% de los matrimonios (datos EEUU) terminan en divorcio, aunque, en un altísimo porcentaje, comienzan creyendo que durarán toda la vida. Cultura, nivel educativo, estrés, edad de los contrayentes, nivel de ingresos y ¡hasta los pies fríos! afectan a la estabilidad de la pareja. Pero cada par de seres humanos que dicen sentirse unidos por el amor es un universo en sí mismo.

Antes de anochecer: ¿Por qué funciona esta pareja?

En la fase final de nuestra trilogía no son la decepción, el aburrimiento, y la rutina, el cansancio, los caminos divergentes, la melancolía ni, desde luego, la incomunicación (las tres películas se basan en la palabra continua) lo que amenaza a la pareja. La vida y la propia naturaleza de cada personaje son los que dan envites a los que los amantes deben saber responder con brillantez y más o menos astucia. Aquí volveríamos a aquella máxima que gustaba a Sartre: “lo importante no es lo que la vida hace contigo sino lo que tú haces con ella”. Y ellos parece que quieren hacer historia juntos. Para ello han de resolver bien los nudos que cada entrega de la trilogía les plantea. El conjunto forma una historia prudente en la que se salva la utopía del amor a pesar del paso del tiempo.

En la pareja madura de Antes de anochecer funcionan bien muchas cosas de baseHawke (el protagonista masculino) dice: “estás en el punto medio de tu vida, y hay como una cierta sensación de "¿es eso todo lo que hay?" Y pueden aparecer un cierto sentimiento de gratitud y una cierta decepción. Y hay una especie de guerra del uno con el otro. Estamos interesados en esa zona gris”. Delpy (Celine) añade: "Amamos a los dos personajes, y no queríamos víctimas", dice Delpy. "No es muy divertido ver víctimas."

En la pareja madura de Antes de anochecer funcionan muchas cosas bien de base. Hay un encuentro único y afortunado (película 1), posiblemente fue una buena elección del objeto amoroso (película 2). Los vemos enamorados una gran parte del tiempo en las tres películas. Pero eso no los libra de la fuerza de la vida y su complejidad. El amor tiene un poder inmenso pero al tiempo es frágil y está muy amenazado. Por otro lado, Jesse y Celine no son seres de otro mundo, no son perfectos, y arrastran y arrastrarán problemas, como se sobrentiende por sus discusiones. En la cinta 3 vemos que, aun así, perduran en el tiempo con un sentimiento mutuo de satisfacción salpicado de momentos difíciles que superan. Parece que, en este tiempo, crecen como individuos y como pareja, familia o grupo. Eso es lo que vamos a entender como una buena pareja.

Cosas que tienen Celine y Jesse y, quizás, usted:

1. Reconocen lo positivo de estar juntos. Conozco tanto lo positivo del otro como lo que se potencia, para bien, al unirnos. ¿En algo estoy bien por él/ella? ¿Él/ella está en algo mejor por mí? ¿Estamos juntos por algo positivo?

2. Diferencian las tensiones personales (muchas, en ellos) de la tensión común. Es la cara B del punto anterior. De mis fracasos, de mis neurosis y de mi frustración puedo salvar a la pareja, que también comprendo que arrastra los suyos. En el caso de Celine, en el rol de francesa, Jesse hace bromas en las tres películas sobre sus tendencias neuróticas, sus fases maniaco depresivas o su necesidad de prozac, y la ama por ello también (a estas Celine responde con otras para Jesse en el rol de americano hiperoptimista y confiado). En una buena relación conozco al otro y deseo profundizar en ese conocimiento. Conociéndole con todo (lo bueno y lo malo), me merece la pena. No sólo eso, incluso la combinación de ambos me parece que produce un conjunto inigualable y único que es el que deseo y amo.

3. Tienen sentido del humor. En el momento oportuno. Me río de lo que el otro puede reírse también. Celine y Jesse entienden sus bromas, aunque son distintos. Lo usan en los momentos lúdicos y en la tensión (sobre todo para la conciliación).

4. Son persistentes. Aunque sea por turnos, tienen la voluntad y el deseo de reconciliación. Es definitivo, para predecir el futuro de una pareja, no tanto cuánto discuten como el modo de acabar las discusiones. En ello subyace la palabra compromiso. Lo vemos en la última escena de la cinta 3.

5. Hablan. Charlas largas. Un gran número de esas charlas resultan gratificantes. En este caso alguno pensará que ¡excesivo!

6. Se comunican: El lenguaje es la base de la comunicación, pero puede haber lenguaje con comunicación de poca calidad. Ellos llegan a un nivel alto. Sentimos que se comprenden mucho. Que hay intimidad, profundidad, complicidad y confianza.

7. Son guapos (léase atractivos) y se saben guapos para el otro. Esto no es algo de fuera (y es importante cuidarse por fuera también). Los protagonistas se resultan interesantes mutuamente. Se entretienen, se divierten uno con otro. Se puede ser guapo en cualquier etapa. Todo el mundo puede (aunque a unos les sea más fácil que a otros). Finalmente, tiene un importante componente subjetivo. Los protagonistas han cambiado. Hablan de ello en las cintas 2 y 3. El personaje de Celine, que no muestra un desnudo en el primer encuentro de juventud, no casualmente lo permite en la cinta 3, como una mujer madura y lo que ello representa de cambio.

8. Tienen vida social juntos. Los amigos compartidos construyen la historia de pareja con experiencias comunes. También la vida social compartida nos presta espacios para ver al otro en otro rol y, en ocasiones, lugar, para verlo de lejos y admirarlo. La escena de la comida griega resulta muy reveladora.

9. Vida propia e independencia. Tienen una vida personal que les satisface y que llevan a la familia para enriquecerla y completarla.

10. Son iguales y distintos. Cada uno tiene su momento estrella que el otro respeta. En otros casos tanto vale uno como otro. Saben moverse en ambos territorios.

11. Acuerdo en el manejo de los hijos. Negociación, ayuda, igualdad, coherencia, respeto…

12. Se ayudan. No es dar soluciones. Es colaborar. Estar allí. Escuchar. Atender. Cuidar.

13. Hay admiración mutua. Es visible a través del ojo de las cámaras. Porque lo saben, se permiten ciertas bromas verbales acidas.

14. Hay afecto expresado. Valoración expresa de lo positivo. Lo hacen entre ellos y ante los otros. Cariño físico y verbal. Esto permite poder expresar en ocasiones disidencias, descontentos o enfados sin que la balanza se rompa.

15. Pasión. Física y mental. A ratos. Cuando se puede. Cuando asalta. La pasión es inspirada pero parte del individuo. Si no la tienes, el otro no la puede dar. El sexo es su primo hermano.

16. Libertad. Tanto para expresarse como para conducirse. Pública y privada. En ocasiones Jesse y Celine resultan incluso deslenguados y excesivos, pero son ellos, con sus códigos.

17. Buenos recuerdos. Sumado al recuerdo activo de haber superado problemas juntos. En la cinta 1 comparten recuerdos individuales. A partir de esta, la 2 y la 3 siempre les llevan a su historia común y al mito fundacional, al que van sumando episodios, formando la épica de familia.

18. Saben retirarse (casi siempre). Saber pedir disculpas. Saber pedir perdón. Saber guardar silencio. Saber abandonar una afrenta. No es aguantarse. Es mantener el control. Dosificar la ira y la frustración. Controlar el orgullo y el ego.

19. Se perdonan (casi siempre). Cuando uno no cumple ocasionalmente con alguno de los aspectos que se citan aquí, se pasa con ligereza sobre ello.

20. Se aman. Y este es misterioso terreno para la ciencia, fácil para la especulación y cómodo para poetas. Es algo que se abre paso entre el dolor, la injusticia y la mediocridad para rescatarnos y reconciliarnos con la vida. Es la vida en sí misma. Si lo explico, ¿es amor?

Los puntos anteriores (sin el 20, el amor) pueden ser aplicados entre dos personas siempre que se cuente con buena voluntad y ciertas habilidades. En la película 2 Jesse, casado con otra mujer, explica a Celine cómo, más o menos, lo ha hecho en su primer matrimonio. El resultado es una vida de pareja amable pero que mantiene a Jesse, y posiblemente a su mujer, en una semimuerte en vida. Sin amor es una sociedad amistosa con derecho roce. Algo que rara vez es suficiente. Se hace completamente consciente cuando se reencuentra con Celine. Siempre que encuentra a Celine. No es una emoción, afecto o sentimiento pasajero. Eso tiene otro nombre.

No hay relación perfecta; cuando veo junta a gente que es demasiado perfecta, hay algo muy extrañoPero este último punto, el amor, puede ser algo terrorífico si no se acompaña de los otros puntos. Solo el amor no basta (Beck, 1993) como oímos tantas veces.

El “casi siempre” habríamos de añadírselo a todos los puntos citados. Si no fuera así, serían insoportables. Insoportablemente guapos, buenos, listos,... es difícil aguantar mucho tiempo tanta perfección. La belleza tiene una parte de simetría y su dosis de asimétrico. Vale lo perfecto, pero si tiene un toque de no tanto. Para la belleza y el amor rigen principios paralelos, pues comparten la esencia.

Delpy: "Cuando sigues a la persona que amas, ¿qué sucede? No va a ser ese amor romántico ideal, color de rosa. No hay relación perfecta; cuando veo gente que son demasiado perfectos juntos, hay algo muy extraño. Al verlos discutiendo y con problemas y esas cosas, son como yo. Sí –pienso-, se trata de una pareja de verdad".

¿Por qué discute una buena pareja?

Porque las parejas “perfectas”, las parejas que no se han equivocado al elegirse, las que nos pueden hacer creer en el amor con futuro, incluso en el amor eterno, ¡discuten!

Y cuando se ama, discutir duele tanto que tienta dejar de amar. Pero el que lo probó una vez no puede dejar de intentarlo y volverá:

“Ellos dijeron: Te has vuelto loco por aquel al que amas. Yo dije: El sabor de la vida es sólo para los locos” (Émile Ajar. La vida ante sí).

Los 20 puntos citados son también puntos de riesgo: el primero, amar, que los hace vulnerables al tiempo que fuertes. La vida propia, los amigos, la busca de igualdad en la diferencia… Cualquiera de los 20 puede ser causa de tensión y son difíciles de manejar. Amar es un riesgo que no se asumiría si no llevara contraprestaciones deslumbrantes.

Eros es un dios muy misterioso, porque es, a la vez, el más joven y el más viejoHijos, rol de género, trabajos mutuos, tareas domésticas, infidelidades, independencia, sexo, poder-desigualdad, ¡hay infinitas posibilidades para pelear! ¿Cómo no discutir por estas cosas? ¿Sometemos a los amigos o a otros familiares a tanta presión? Con frecuencia son temas socialmente sin resolver, productos de la cultura, la coyuntura de los tiempos y hasta de la antropología. Nuestro premio Príncipe de Asturias, Zygmunt Bauman, es un ejemplo de la inquietud al respecto y recomendamos su teoría sobre el amor líquido para explicar el proceso amoroso hoy en día, siguiendo a Ortega y Gasset para quien cada época producía una forma de amar.

¿Podremos resolverlos en una vida? Ni en varias generaciones. Este sería un enfoque psicosocial de los problemas de pareja. Nuestra posibilidad está en ir negociando posturas y actuaciones con nuestra pareja por el interés mutuo.

Estamos acostumbrados a ver tertulianos televisivos con biografías e ideologías muy diferentes. Entre ellos están los que se matan cada vez que se les junta (incluso, en ocasiones, cuando piensan lo mismo) y los que podrían irse de farra juntos y lo pasarían bien con cualquier ideología. Es, muchas veces, una cuestión de actitud, de cintura, de habilidades que se pueden aprender también. Y mucho es querer. Y estar paz con uno mismo. ¿O es más fácil pelear con quien tengo al lado que conmigo?

También parece cierto que nuestro pensamiento crea realidades. Nuestras malas expectativas, malos referentes como modelo de relación o de futuro de las parejas, todo lo malo que afinque en nosotros, nos aproxima hacia ello (guion de vida). De ahí lo interesante de ver esta tercera película. Sin excesivas idealizaciones, puede prestar un modelo razonable de relación, de confrontación y de esperanza, y que, afortunadamente, reserva un espacio esencial al misterio que representan las relaciones basadas en el amor. Aventuramos que nunca dejará de interesarnos este misterio, a pesar de llevar siglos hablado de él.

"No hay en Europa lugar más emocionante, en este momento, donde estar que Grecia", dice Hawke (el chico), porque es, a la vez, intensamente antigua y muy presente como una fuerza moderna. Está en las noticias todos los días".

Pero el amor romántico es atemporal: el amor es siempre nuevo y siempre ha estado ahí. Todos lo hacen. Los niños están enamorándose y hay un nuevo conjunto de `antes-del-amaneceres` cada día. Es un camino muy gastado e infinitamente interesante para nosotros, los seres humanos. Eros es un dios muy misterioso, porque es, a la vez, el más joven y el más viejo. Grecia evoca la nostalgia de un significado en la vida, lo cual es valioso como una metáfora para la película".

De todos modos, para profundizar en por qué discute una buena pareja y qué puede construirla, creo que la respuesta certera está en este cuento zen:

Un maestro agonizaba, y sus monjes ansiaban una enseñanza global que los iluminara. “Maestro, por favor ¿tiene alguna lección final para sus monjes?”. El maestro abrió lentamente sus ojos y susurró: “la Verdad es como un río”. El monje mayor pasó este trozo de conocimiento al monje que estaba a su lado, y así, sucesivamente, fue circulando alrededor del cuarto. Cuando las palabras alcanzaron al monje más joven, él preguntó: “¿Qué nos quiere decir con que ‘La Verdad es como un río’?”. La pregunta fue de vuelta, pasando por toda la habitación, al monje mayor, éste se inclinó sobre la cama y preguntó: “Maestro, ¿qué quiere decir usted con: 'La Verdad es como un río'?”. El maestro abrió lentamente sus ojos y, nuevamente, susurró: “Esta bien entonces, La Verdad no es como un río”.

La historia no ha terminado. Hoy funcionan. Como Jesse dice en Antes del atardecer: "La felicidad subyace en la búsqueda, no en los logros” Y ¿qué pasará cuando cumplan los 50? ¿y los 70? ¿Los veremos como a los protagonistas de Amour? Linklater, ayúdanos…

Jesse (Ethan Hawke) y Celine (Julie Delpy) se conocieron en un tren, camino de Viena, cuando eran estudiantes y se enamoraron (1995, Antes de amanecer). Nueve años después, descubren en París que aquella es una relación especial que debe continuar (Antes de atardecer). Jesse y Celine son, de nuevo, la pareja de la reciente entrega del director Richard Linklater, que ahora nos permite asomarnos, con los mismos protagonistas, a sus vacaciones griegas, para echar un vistazo a cómo van las cosas en la madurez, Antes de anochecer. Una trilogía que ha durado 18 años y cuya técnica, seguir personajes a través del curso de la vida, ya usó Truffaut en su serie de películas de Antoine Doinel protagonizadas por Jean-Pierre Léaud (Los cuatrocientos golpes, El amor a los veinte años, Besos robados, Cama y comida, etc.).