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Un complejo residencial para ancianos gais crea polémica en Francia
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Marta Jiménez Serrano

Empecemos por los principios

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Marta Jiménez Serrano

Un complejo residencial para ancianos gais crea polémica en Francia

El alcalde de Sallèles-d’Aude, un pueblo francés, firmó el permiso de construcción de una residencia de ancianos de lujo. No sabía que era 'gay-friendly'

Foto: El complejo residencial para gais se promociona como un 'oais privado' para la comunidad LGTB. (Corbis)
El complejo residencial para gais se promociona como un 'oais privado' para la comunidad LGTB. (Corbis)

El alcalde de Sallèles-d’Aude, un pueblo cerca de Narbonne, en Francia, firmó el permiso de construcción de un complejo de residencial de lujo para jubilados. Hasta aquí ningún problema, si no fuera porque el hombre se ha quedado ojiplático al descubrir el engaño al que le ha sometido el promotor extranjero de la construcción en cuestión. Así, el alcalde descubría con asombro el folleto promocional de la sociedad Villages Group, que resultaba ser extremadamente acogedor y simpatizante para con los homosexuales.

En resumidas cuentas: el alcalde de un pequeño pueblo del sur rural francés permite, inconscientemente, la creación de un complejo de lujo para homosexuales jubilados y adinerados.

En un primer momento la historia del engaño y la permisión inconsciente pululó por la prensa francesa, que se hacía eco de que el alcalde, Yves Bastié, había “pedido a sus colaboradores que verificasen la información”.  Aquello se interpretó en seguida como una resistencia, y se pensó que el alcalde pretendía comenzar una batalla –ya demasiado recurrente– contra el colectivo LGBT, siglas que designan a lesbianas, gais, bisexuales y transexuales.

Cuando los promotores vinieron a presentarme el proyecto, no se habló en ningún momento de la preferencia sexual de sus clientes

Presintiendo la tempestad que estaba por venir, las cadenas locales y de actualidad, así como los periódicos y otros medios de comunicación, intentaron meter sus micrófonos y cámaras en esta aldea de 2.500 habitantes atravesada por el canal de Midi, atracción principal de la región.

Parecía que la polémica estaba servida, y sin embargo…

La ausencia de conflicto también es noticia

…y sin embargo, nada. Nulo escándalo. Bastié se halla algo trastornado por el transcurso de los hechos pero, en realidad, el asunto le es completamente indiferente. “Francamente, que sea una residencia para homosexuales no me molesta en absoluto”. La cólera inicial del alcalde se debe, más bien, a las formas con que todo se ha llevado a cabo, y así lo reconoce él mismo: “Es verdad que cuando me enteré, me sorprendí y me enfadé porque, como alcalde electo, debo estar al corriente de la evolución de los proyectos que sostengo, para dar las explicaciones adecuadas, lo que permite evitar los falsos debates”.

Así, Bastié repite que la homosexualidad de estas personas no es su problema para nada, pero insiste en que fue deliberadamente engañado: “Cuando los promotores vinieron a presentarme el proyecto, no se habló en ningún momento de la preferencia sexual de sus clientes. Debieron haberme dicho en qué se basaba lo esencial de su proyecto”.

La opinión de los promotores

Danny Silver es el promotor británico en cuestión, que se defiende de las acusaciones de manipulación y asegura que la decisión de orientar el complejo a la comunidad LGBT se dio más tarde. Fruto del oportunismo comercial, fue una respuesta a la falta de interés de los compradores.

Sin embargo, hallaron la manera de atraer una clientela copiosa. Se añadió una pequeña bandera con los colores del arco iris a la foto que mostraba el canal de Midi, y la descripción del complejo para jubilados hablaba de “un oasis privado para la comunidad gay y lesbiana que desee llevar una vida activa y sana”.

La presunta revuelta ha sido, más bien, fruto de los medios de la región

Aunque las residencias están dirigidas prioritariamente a los homosexuales, los heterosexuales pueden también, si lo desean, comprarlas, pues la discriminación para la venta es ilegal en Francia. Así, el sitio web del grupo se molesta en precisar que “everyone is welcome”. La única condición obligatoria es que los habitantes deben tener más de 50 años.

La construcción comenzará en 2014 y su apertura se prevé para 2015. Se trata de un modelo de residencias de lujo con seguridad para jubilados ricos que sigue el patrón de muchas en Estados Unidos y Australia. Según Silver, el complejo se compondrá de 107 casas, una piscina, una sauna, pistas de tenis y campos de golf, así como de restaurantes y bares.

Así, parece ser que lo que se anunciaba como una gran polémica discriminatoria ha caído en saco roto. De hecho, Christian y Eric, una pareja homosexual que regenta uno de los cafés del pueblo, han afirmado que “la gente no es particularmente homófoba por aquí”. La presunta revuelta ha sido, más bien, fruto de los medios de la región que, en un agosto paralizado –todo el mundo sabe que en agosto dejan de pasar cosas, para goce y placer de los periodistas– ansiaban un pequeño escándalo con el que rellenar sus tabloides.

Por una vez, no obstante, nos encontramos con un pequeño pueblo ejemplar en cuanto a su tolerancia para con la identidad sexual de cada cual. 

El alcalde de Sallèles-d’Aude, un pueblo cerca de Narbonne, en Francia, firmó el permiso de construcción de un complejo de residencial de lujo para jubilados. Hasta aquí ningún problema, si no fuera porque el hombre se ha quedado ojiplático al descubrir el engaño al que le ha sometido el promotor extranjero de la construcción en cuestión. Así, el alcalde descubría con asombro el folleto promocional de la sociedad Villages Group, que resultaba ser extremadamente acogedor y simpatizante para con los homosexuales.

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