Contra la crisis, creatividad, creatividad, creatividad

El otro día, disfrutando de una cerveza en una terracita gracias a uno de esos días que de pronto nos regala Madrid, me presentaron al amigo de un amigo.  

—¿A qué te dedicas?, le pregunto.

—Soy facilitador de ideas.

—¿Cómo?

—Bueno, mi empresa identifica la esencia corporativa de las empresas y organizaciones. Las definimos y las proyectamos entre sus diferentes públicos.

Vaya. Suena original. Y se lo digo.

—No es para tanto—, sonríe. —Yo soy sólo uno más de los que, tocados por la crisis, han decidido no rendirse y reinventarse a sí mismos. Pero hay muchos.

¿Sí? ¿Dónde? Espera, espera. Claro que los hay. Mi amiga Cristina, sin ir más lejos. Aunque tiene uno de esos puestos envidiados por todos en su profesión (es periodista), teme que la revolución que están viviendo los medios acabe por echarla. Y no quiere esperar. Así que está haciendo un enorme esfuerzo por encontrar aquello que hace bien más allá del periodismo y darle forma, de modo que alguien le pague por ello. En otras palabras, pelea por reinventarse a sí misma.

Creatividad contra la crisis. Hay un caso que me encanta, esta vez algo más lejano. Jamie Varon estaba en paro y tenía un sueño: trabajar en Twitter. Como no conseguía una entrevista por los cauces habituales, se le ocurrió lanzar una web y un blog, twittershouldhireme.com (algo así como twitterdeberíacontratarme.com). Consiguió una entrevista con la empresa y, de paso, con otras muchas. Y se hizo con un buen puñado de fans.

Y el de Jonathan Kooker. Tras licenciarse en Derecho se le ocurrió solicitar a más de 60 abogados entrevistas periodísticas (o sea, él les entrevistaba a ellos) sobre su trabajo. Y del intento le salieron tres ofertas laborales. Guau.

¿Y qué es eso de la creatividad? La facultad de crear, dice el diccionario. Si es tan simple, las personas más creativas que conozco son mis sobrinos, que lo mismo te pintan un cuadro, que crean un juego o se inventan un baile. Pero para que esa creatividad nos sirva en el mundo laboral hacen falta más cosas.  “Ser creativo exige pensamiento divergente (para generar ideas únicas) y después, pensamiento convergente (para combinar esas ideas y lograr el mejor resultado posible)”, nos dice Newsweek.

Lo que nos lleva de lleno al mundo de la empresa: ¿No os parece que en momentos de crisis muchas compañías deberían hacer un esfuerzo por reinventarse y aprovechar para resolver aquello que no funciona? Los expertos reconocen que las crisis, al provocar alteraciones del status quo, pueden ser usadas por los directivos para poner en marcha los cambios necesarios.

Pero son pocos los ejecutivos que se atreven a presumir de este, entre comillas, oportunismo. De hecho, me he tenido que ir bastante atrás, a marzo de 2009, para encontrar un ejemplo. Y no muy oportuno, ya que se trata de una empresa japonesa. Las palabras que siguen son de Sir Howard Stringer, presidente de Sony desde 2005, para The Economist: “Cuando esta crisis llegó, para mí fue como caída del cielo, porque pude reorganizar la compañía sin tener que batallar con las fuerzas del status quo”. Y ha conseguido darle la vuelta a la empresa a base de una profunda reestructuración.

Reconocerlo exige coraje. Pero también llevarlo a la práctica. La creatividad empresarial puede llevar aparejadas decisiones impopulares (en el caso de Sony, incluso despidos, ni idea de cuán necesarios). O elevadas necesidades de financiación: las buenas ideas no tienen por qué resultar baratas. Pero probablemente no haya mejor momento que una crisis para demostrar valentía y/o asumir riesgos.

Si uno teclea en Google “ganadores de la crisis”, estos estupendos creativos y emprendedores no salen (en el primer pantallazo, sólo aparecen BBVA, Santander y los mercados emergentes). Pero no me cabe duda de que todos aquellos, individuos o empresas, afectados por la crisis que han buscado modos más o menos creativos de sortearla se sienten hoy más satisfechos que los que han dejado las cosas tal como estaban o se han quedado en casa rumiando su desgracia. Al menos, me imagino que ese es el caso del amigo de mi amigo, de Cristina, Jamie, Jonathan o Sir Howard Stringer.

Dice el psicólogo Abraham Manslow que la creatividad es un rasgo que la gente pierde a medida que se va haciendo mayor. Bueno. Pero con la edad las personas también vamos perdiendo masa muscular y, si entrenamos, frenamos el deterioro, ¿no?