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Peleas entre hermanos
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Berta Ponce Martín

Relación Padres e Hijos

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Peleas entre hermanos

Mateo y Laura están deseando ver a papá y mamá para contarles todo lo que han hecho en el cole. Los padres llegan a casa después

Mateo y Laura están deseando ver a papá y mamá para contarles todo lo que han hecho en el cole. Los padres llegan a casa después de trabajar con muchas ganas de estar con ellos, llevan horas sin verlos. A los cinco minutos de entrar por la puerta los niños empiezan a pelear, la disputa ha empezado por un juguete. Los padres se sienten molestos y desmotivados. Ambos se preguntan: “¿Cómo es posible que ya empiecen a pelearse si acabamos de llegar?” y “¿Podemos hacer algo para que se peleen menos?”

¿Cómo se sienten los padres?

Situaciones de este tipo pueden producirse en muchos momentos en las familias que tienen más de un hijo y, aunque la rivalidad entre hermanos es normal e inevitable, suele generar en los padres frustración y enfado. Algunos piensan que si sus hijos se pelean frecuentemente de pequeños, se llevarán mal de mayores y eso hace que las peleas les generen más preocupación.

Cuando en una familia hay más de un hijo, una de las dificultades a las que se enfrentan los padres es estar con niños de diferentes edades y personalidades. Cada niño puede necesitar cosas diferentes y esto puede ser muy cansino para los padres.Es importante valorar a cada hijo de manera individual

Como padres actuaremos de forma diferente con cada hijo dependiendo de múltiples variables: el temperamento, el sexo, el lugar que se ocupa entre los hermanos, el número de hijos, circunstancias de la familia en el momento del nacimiento y los años posteriores,  la historia de cada padre y cómo hayan sido sus relaciones familiares, etc. Por eso es importante saber que no seremos los mismos padres de un hijo que de otro.

Hay que tener en cuenta que ser ecuánime con los hijos es realmente difícil y no ha de ser ese nuestro objetivo. Los niños necesitan atención, saber que sus padres les quieren, y también sentirse especiales. Cada hijo será especial para un padre por diferentes motivos. Será importante entonces valorar a cada hijo de manera individual.

¿Influye la diferencia de edad en que haya más o menos peleas?

Que los hijos se lleven más o menos años entre ellos tendrá siempre una serie de ventajas y de inconvenientes para toda la familia. Cuantos menos años se lleven más cosas compartirán (actividades, juegos o amigos), pero también será más fácil que surjan conflictos entre ellos. Por el contrario si la diferencia de edad es grande, más de 5 o 6 años, serán menos frecuentes las peleas pero podrán compartir menos actividades juntos.

¿Qué pueden hacer los padres para suavizar los momentos de tensión entre los hijos?

-Intentar no intervenir nada más empezar la pelea, es bueno que los niños aprendan a resolver sus conflictos aunque se les debe dejar claro que pegar no esta permitido y si esto sucede hay que intervenir. Si esto sucede, será bueno separarles un rato.

-Darles responsabilidad para que traten de resolver sus diferencias entre ellos, los padres pueden ayudarles haciendo preguntas que les ayuden a reflexionar: "¿Qué creéis que es lo más justo en este momento?", "¿Cómo te sientes tu con este trato?", "¿Cómo crees que se siente tu hermano?"...

-Es frecuente encontrarnos que algunas situaciones crean siempre las mismas disputas. Por ejemplo, el hermano pequeño molesta al mayor cuando viene algún amigo suyo a casa. Los padres pueden tratar de evitar esa situación tratando de buscar otra actividad para el pequeño en ese momento.

-No hacer comparaciones entre los hermanos, esto les llevará a rivalizar más entre ellos. Los padres pueden explicarles a los hijos que a cada uno se le valora por como es, será importante trasmitirles que han de aprender a aceptarse y juzgarse según sus características y no por como se vean en comparación a sus hermanos.

-Algo que puede calmar momentos de difíciles es hacer una lista con las cosas por las que se suelen pelear (programas de televisión, el uso del ordenador, sitios donde sentarse…) y organizar unos turnos durante la semana donde cada uno sepa a quien le toca en ese momento.

-Normalmente, cuando ambos padres trabajan, la vuelta a casa suele ser un momento complicado, no solo los niños estarán más cansados sino que tratarán de acaparar la atención de sus padres a los que no han visto en unas horas, pueden darse entonces más momentos de peleas y esto puede ser muy desmotivador para los padres. Será importante hacer planes para el regreso a casa y poder pasar a solas un rato con cada uno para que puedan hablar de su día y tener “en exclusiva” un rato a papá y mamá.

-Los hermanos mayores pueden tener algunas pequeñas responsabilidades con los más pequeños, ayudarles a bañarse, jugar un ratito con su hermanito, empujar el carrito…. Los padres pueden trasmitirles lo orgullosos que se sienten de esta ayuda. Los mayores se sentirán muy importantes al implicarse en estas pequeñas tareas.

-Tratar de fomentar el afecto entre los hermanos, realizando, por ejemplo, actividades que no generen competencia entre ellos, preparando sorpresas entre ambos para algún miembro de la familia o jugando a algún juego que no sea de ganar y perder.

-Reforzar las actitudes positivas de cada uno de ellos en relación a sus hermanos.

-Los padres pueden dedicar un tiempo a reflexionar acerca de cómo ha sido la relación con sus hermanos, ¿peleaban de pequeños?, ¿qué actitudes de sus padres les ayudaban en ese momento?, ¿ha influido la relación que tenían de pequeños con sus hermanos en como se llevan ahora?

Pararse a pensar en todo esto puede ayudar a los padres a entender mejor las reacciones que tienen ellos frente a las peleas de sus hijos. Y aunque las peleas entre los hijos generarán algunos momentos de tensión familiar, uno de los aprendizajes más valiosos para una persona es aprender a convivir con sus hermanos, compartir, entender que hay otro diferente a él y que, además, puede querer cosas distintas, aprender a esperar, protegerse cuando están juntos fuera de casa y compartir muchos momentos de diversión.

*Berta Ponce Martín es psicóloga especializada en clínica y psicoterapia infanto–juvenil y adultos en Calzada Ponte Psicólogos.

Mateo y Laura están deseando ver a papá y mamá para contarles todo lo que han hecho en el cole. Los padres llegan a casa después de trabajar con muchas ganas de estar con ellos, llevan horas sin verlos. A los cinco minutos de entrar por la puerta los niños empiezan a pelear, la disputa ha empezado por un juguete. Los padres se sienten molestos y desmotivados. Ambos se preguntan: “¿Cómo es posible que ya empiecen a pelearse si acabamos de llegar?” y “¿Podemos hacer algo para que se peleen menos?”