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JP Morgan lo cuenta bien: "Trabajabais 10 y ahora vais a quedar los 5 mejores"
Mary Erdoes, CEO de JP Morgan Asset & Wealth Management, ha explicado a los analistas financieros por qué les va a ir mal. También los trabajos privilegiados sufrirán
Las malas noticias referidas a los trabajos de élite no suelen recibir demasiado interés. A quienes están en paro o en trabajos escasamente remunerados, las dificultades laborales de quienes se hallan en la escala superior les importan muy poco, ya sea porque su realidad es muy distinta, ya porque piensan que va siendo hora de que sufran las mismas penalidades que los demás. Y, en el otro sentido, quienes desempeñan tareas de prestigio tampoco prestan mucha atención, porque creen que a ellos no les tocará nunca; quizá afecte a otra gente de su sector, pero no a ellos, ya que están muy capacitados y podrán hacer frente a lo que sea.
Ambos colectivos dejan fuera de su lectura de estos problemas un aspecto importante: los mismos procesos afectan en toda la escala laboral, aunque sea con consecuencias diferentes. Y el caso de los analistas financieros es un buen ejemplo.
La calidad del trabajo aumentará una vez que nos hayamos deshecho de la grasa
Mary Callahan Erdoes es la CEO de JP Morgan Asset & Wealth Management y maneja más de 1,9 billones de dólares. El jueves pasado pronunció una conferencia en Boston ante la asociación de Analistas de Banca y les brindó su visión del futuro de la profesión: "Hasta ahora, trataba con 10 de vosotros. Ahora ya sólo quiero a los cinco mejores”.
En su discurso estaban todos los tópicos: despedían a la gente no porque quisieran recortar, sino porque no eran excelentes
El 50% de las personas que se dedican a este oficio se van a quedar sin trabajo y eso, señala Erdoes, va a ser muy positivo. “Hará que la industria sea mejor. Conducirá a la excelencia y hará que prescindamos de lo que no llega a ese nivel”. La calidad aumentará “una vez que nos hayamos deshecho de la grasa”. En su intervención también aludió, como era de esperar, a que enfrente tenía a los elegidos. “El resto ya no están aquí”.
La élite
En su discurso estaban todos los tópicos: despedían a la gente porque no eran excelentes, y por lo tanto se habían convertido en grasa. Eso haría que el sector fuera mucho mejor, porque ya sólo quedaba la élite de la élite.
La realidad es mucho más prosaica. El MiFID II (Markets in Financial Instruments Directive) introducirá cambios de regulación en 2018, entre los cuales está el siguiente: los fondos de gestión deberán presentar a sus inversores presupuestos que separen los gastos de investigación de las comisiones por trading, según cuenta 'Business Insider'. Esto deja a los gestores con dos opciones: pagar ellos por las investigaciones o trasladar el coste a los clientes. Y la mayoría de los administradores de activos planean seguir la primera opción, como explica Credit Suisse, por lo que van a destinar mucho menos dinero a esas investigaciones.
La parte superior de la pirámide, aquella que opera en trabajos y sectores privilegiados, se creía a salvo de este tipo de movimientos laborales
Más allá de las consecuencias de este cambio regulatorio, que seguro que los expertos en el ámbito financiero sabrán explicar (y todos los demás no, porque el mundo financiero está diseñado para que sólo lo entiendan los expertos), la realidad última es que toca recortar gastos y en lugar de contar las razones de ese cambio y los beneficios y perjuicios que trae, lo que dice Erdoes a los afectados, es decir, a quienes en realidad van a sufrir los efectos, es: los mejores os quedáis y los demás os vais porque sois grasa y no sois excelentes.
La culpa
Esto es una doble constante en el funcionamiento actual de nuestro sistema. Por un lado, como los beneficios deben seguir creciendo, se imponen los recortes, algo a lo que los asalariados y los proveedores de las grandes firmas están acostumbrados, porque ellos han sufrido últimamente la peor parte. Ahora les toca a los analistas financieros, víctimas de la misma dinámica que ha operado en los demás sectores. Por otro, a la hora de trasladar la decisión, se opta por culpar a los que se han quedado sin empleo: no sois válidos; no somos nosotros, sois vosotros.
Las transformaciones de nuestro sistema han entrado en todos los ámbitos. No hay nadie a salvo
Lo significativo es que la parte superior de la pirámide laboral, aquella que opera en trabajos y sectores privilegiados y que obtenía remuneraciones muy elevadas, se creía a salvo de este tipo de movimientos laborales. Pero era cuestión de tiempo, porque las transformaciones de nuestro sistema económico han entrado ya en todos los ámbitos. No hay nadie a salvo. Incluso se está desarrollando inteligencia artificial que permita dirigir empresas sin intervención humana. Algunos prototipos han sido probados con relativo éxito y sus creadores aseguran que más temprano que tarde se perfeccionarán lo suficiente. Los CEO no están preocupados, porque creen que su trabajo es muy cualificado y complejo como para ser sustituido por máquinas. Quizá sí, pero eso pensaron todos los que están hoy viendo sus puestos en peligro.
Las malas noticias referidas a los trabajos de élite no suelen recibir demasiado interés. A quienes están en paro o en trabajos escasamente remunerados, las dificultades laborales de quienes se hallan en la escala superior les importan muy poco, ya sea porque su realidad es muy distinta, ya porque piensan que va siendo hora de que sufran las mismas penalidades que los demás. Y, en el otro sentido, quienes desempeñan tareas de prestigio tampoco prestan mucha atención, porque creen que a ellos no les tocará nunca; quizá afecte a otra gente de su sector, pero no a ellos, ya que están muy capacitados y podrán hacer frente a lo que sea.