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Desde Melmac

Juego de Tronos 7x07: 'El dragón y el lobo', alianzas, muerte y destrucción

El cierre de la séptima temporada deja para la última entrega de la producción las disputas con las que arrancó hace mes y medio

Imagen del séptimo episodio de la séptima temporada de 'Juego de Tronos'

El séptimo y último capítulo de la séptima temporada de ‘Juego de Tronos’ es, en realidad, un cierre en dos actos producto de las prisas que han marcado la última entrega de la serie de HBO. En ‘El dragón y el lobo’ Benioff y Weiss han dividido la historia en dos mitades bien diferenciadas, dedicando cuarenta minutos a la esperada reunión en Pozo Dragón, y los restantes a Invernalia y las consecuencias del citado encuentro. Un desenlace de ochenta minutos en los que no ha faltado alguna víctima muy esperada, encuentros a medianoche, alguna revelación interesante y un crudo invierno.

Opinión


ADVERTENCIA, A PARTIR DE AQUÍ SE COMENTA LA TRAMA DEL SÉPTIMO CAPÍTULO DE LA SÉPTIMA TEMPORADA DE 'JUEGO DE TRONOS'. SI AÚN NO LO HAS VISTO, TAL VEZ NO QUIERAS LEERLO.

‘El dragón y el lobo’ (‘The dragon and the wolf’) arranca con las tropas de Daenerys asentándose en las cercanías de Desembarco. Nadie ha visto a la madre de los dragones, pero sus aliados, liderados por Jon Nieve, se dirigen a Pozo Dragón para reunirse con Cersei Lannister. Bronn va a recibirles junto a Brienne y Podrick, que acaban de llegar a la ciudad en nombre de Sansa. El encuentro reúne a viejos conocidos, como Podrick y Tyrion, que lo define como “una agradable sorpresa en una desagradable situación”. Poco después el enano se acercará a Bronn para hacerle una oferta laboral, “el doble de lo que te pague mi hermano”, que el de Aguasnegras declina sin pensárselo demasiado. Otro de los reencuentros lo protagonizan Brienne y el Perro, que justifican su último enfrentamiento en su mutuo interés por cuidar de Arya. Cuando Clegane le pregunta por ella, la escudera le aclara que, con la pequeña de los Stark, “sólo necesitará protección quien se interponga en su camino”.

En Desembarco, Cersei es tajante con sus planes y dirigiéndose a la Montaña, los expone ante Jaime. “Si algo sale mal, matad a la ramera del pelo plateado primero, luego a nuestro hermano, luego al bastardo que se hace llamar rey. A los demás podéis matarlos en el orden que os venga bien” concluye antes de abandonar la sala seguida por Qyburn y su estupefacto hermano.

Jon Snow y Tyrion en el encuentro con Cersei. (HBO)

La gran amenaza

Los aliados de Daenerys esperan en Pozo Dragón temiendo ser víctimas de una emboscada, cuando los Lannister y su comitiva aparecen. Los reencuentros entre los personajes continúan, y mientras se dirigen a tomar asiento, las miradas de Jaime y Brienne se cruzan, así como las de los otros dos hermanos Lannister, Euron y Theon Greyjoy, o Sandor y Gregor Clegane. Mientras esperan a la madre de los dragones, el Perro no podrá evitar acercarse a su hermano para preguntarle si sabe quién es y opinar sobre su aspecto. “Ahora eres más feo que yo” le dice antes de recordarle que sabe “quién viene a por ti. Siempre lo has sabido”.

La madre de los dragones aparece entonces montada sobre Drogon, y Cersei no parece demasiado sorprendida por la ferocidad del dragón. Después de que le reproche su retraso, Euron toma la palabra pare decirle a Theon que si no se entrega matará a Yara. Tyrion le dice que tienen problemas más graves que resolver, y después de que el de las Islas del Hierro demuestre su falta de seriedad, se dirige a los allí reunidos. “Somos un grupo de personas que no nos apreciamos los unos a los otros” y añade “Hemos sufrido todos a manos de los otros. Hemos perdido seres queridos a manos de los otros.” Ante el aire melancólico de su hermano, Cersei le pregunta si cree que deberían resolver sus diferencias y vivir en armonía. Entonces es Nieve el que interviene, para aclararle que en realidad, sólo se trata de vivir. “La misma cosa viene a por todos nosotros. Un general con el que no podéis negociar, un ejército que no deja cadáveres en el campo de batalla” añade el Rey del Norte sin conseguir que la Lannister se tome en serio sus advertencias. Cuando Daenerys trata de convencerla sobre la necesidad de que repliegue a sus ejércitos, tampoco consigue nada y mostrarle aquello que tanto les costó conseguir al Norte del Muro parece la mejor solución.

Cuando el espectro sale de la caja en la que Clegane lo lleva hasta Pozo Dragón, corre hacia Cersei y sólo se detiene unos centímetros antes de poder matarla. El Perro lo parte en dos y le corta una mano, con la que Nieve le dará un curso rápido a la Lannister sobre cómo mueren ese tipo de criaturas. “Quemándolos” dice Jon mientras quema la mano del espectro, “o con vidriagón” dice sacando una daga de su bolsillo que terminará clavando en la mitad (todavía viva) de la criatura. “Sólo importa una guerra. La Gran Guerra. Y está aquí” dice Nieve terminando la exposición. Cersei guarda silencio y Daenerys le cuenta su experiencia al otro lado del Muro. Jaime también se muestra interesado, pero es Euron el que pasa a la acción y decide abandonar la reunión para volverse a su isla. “Cuando acabe el invierno seremos los únicos supervivientes” le dice a Daenerys antes de marcharse.

Imagen del séptimo episodio de la séptima temporada de 'Juego de Tronos'

Medidas desesperadas

Tras comprender la marcha de su aliado, Cersei le dice que acepta la tregua, pero la supedita a un requisito. Que el Rey del Norte no se alce en armas contra los Lannister ni escoja un bando. Lejos de complacer a la anfitriona, Nieve le dice que ya ha jurado lealtad a “la reina Daenerys de la Casa Targaryen”, y los asistentes no pueden evitar expresar cierto gesto de sorpresa primero y luego de desaprobación. Cersei se marcha airada, y aunque Brienne trata de hacer entrar en razón a Jaime, las negociaciones parecen rotas. Decepcionada, Daenerys no puede evitar reprocharle a Nieve su comportamiento. “Agradezco tu lealtad, pero mi dragón murió para que pudiésemos venir aquí. Si todo esto es por nada, también murió por nada” le dice antes de que Tyrion meta un poco más el dedo en la llaga y le pregunte al bastardo cuando aprenderá a mentir. Sin otra salida, el enano decide visitar a su hermana para tratar de convencerla. Aunque sea consciente del riesgo que supone para su vida.

El encuentro entre Cersei y Tyrion, del que únicamente es testigo Gregor Clegane, es una sucesión de reproches vinculados a los cadáveres que ambos han dejado por el camino, desde Shae hasta su propio padre. Y aunque ella no deje de insistir en el deseo vital de Tyrion de acabar con su propia familia, es él quien le aclara que los planes de Daenerys eran bien distintos a los que acaba de ver. Pero Cersei le echa en cara las muertes de Myrcella y Tommen, porque “nadie los habría tocado si padre hubiese estado.” Tyrion trata de pedirle perdón pero Cersei no le permite hablar y, cansado, el enano le pide que acabe con su vida de una vez. Pero la Lannister no puede, y termina compartiendo con él sus planes de futuro, entre los que se encuentran la criatura que lleva en su interior.

Antes de que Tyrion regrese a Pozo Dragón, Daenerys y Jon tienen tiempo de compartir confidencias, y volver a uno de los temas más comentados en los últimos episodios, la descendencia de la Targaryen. Cuando ella le recuerda que no podrá tener hijos, “porque me lo dijo la bruja que mató a mi marido” Nieve le pregunta si nunca se ha planteado que quizá la fuente no sea muy fiable. Una pista más de lo que podría esperarnos en el futuro de la madre de los dragones, que con sorpresa observa el regreso de su Mano junto a Cersei y el resto de su comitiva. “No inmovilizaré a mis ejércitos, no los dejaré en la capital. Marcharán al Norte a luchar junto a vos en la Gran Guerra” dice la Lannister antes de ordenar que todos sus banderizos sean llamados.

Imagen del séptimo episodio de la séptima temporada de 'Juego de Tronos'

El plan de Meñique

En Invernalia Sansa y Meñique comentan cómo Nieve ha rendido “la corona norteña” sin consultar a nadie, y el de los Dedos incide en la soltería de Nieves y de la bella reina dragón. “Juntos serían difíciles de derrotar” comenta Baelish antes de que la Stark le diga que su hermana no aceptaría esa unión, y analizar con él la mujer en la que se ha convertido Arya. Unas palabras que llevan a Meñique a repasar las posibles motivaciones que la joven podría tener para acabar con Sansa. Quién, por su parte, parece mostrarse completamente convencida de que Arya supone un peligro para su vida, porque quiere convertirse “en señora de Invernalia”.

Poco después, Sansa aparece nerviosa en lo alto de la fortaleza de Invernalia, y ordena llamar a su hermana al Gran Salón. Cuando llega, allí le esperan además Meñique, su hermano y una veintena de soldados, dispuestos en fila por la estancia. “¿Estás segura de que quieres hacer esto?” pregunta Arya a su hermana mientras mira a su alrededor. La señora de Invernalia dice que debe hacerlo por una cuestión de honor, por defender a su familia de quien quiere matarlos, y al Norte de quien lo amenaza. “Se os acusa de asesinato, se os acusa de traición” añade Sansa antes de preguntar “¿Qué respondéis ante tales cargos, Lord Baelish?”

La sonrisa de satisfacción de Arya contrasta con la estupefacción de Meñique, que no acierta a responder. Cuando reconoce su confusión, Sansa comienza a dejarle clara la lista de cargos, que comienza con su tía Lisa Arryn cayendo por la Puerta de la Luna y continúa con sus maquinaciones para provocar el conflicto entre los Lannister y los Stark, y la posterior ejecución de Ned. Meñique lo niega, porque “ninguno estabais allí para verlo”, pero Bran le describe la escena con precisión, y Arya le recuerda lo que le dijo a su madre sobre la daga valyria. Un cúmulo de acusaciones que terminan con Baelish arrodillado en medio de la sala, suplicando clemencia. “Cuando me trajisteis de vuelta a Invernalia” dice Sansa “me dijisteis que no habría justicia en el mundo a menos que la hagamos. Gracias por vuestras muchas lecciones Lord Baelish, nunca las olvidaré” concluye antes de que Arya se acerque a él y le corte el cuello con la daga.

Imagen del séptimo episodio de la séptima temporada de 'Juego de Tronos'

Elección de bandos

Mientras tanto, en Rocadragón, Daenerys y los suyos planifican su asalto al Norte. A pesar de que Ser Jorah le advierte a Khaleesi de los sentimientos que puede despertar su cabellera por los caminos de Poniente, la Targaryen decide seguir el consejo de Nieve, e ir juntos hasta Invernalia, como muestra de colaboración y no de conquista. Tras finalizar la reunión Theon le pide unos minutos a Nieve, y trata de disculparse por sus errores. Primero elogia la actitud del Rey del Norte, y posteriormente solicita su perdón, que Jon sólo le concede “en aquello que yo puedo perdonarte”. Después de pelear con uno de sus propios hombres, Theon se dirige a las Islas del Hierro con la intención de rescatar a su hermana Yara.

En Desembarco, Jaime prepara a sus hombres para partir hacia el Norte cuando su hermana les interrumpe y los soldados se marchan. Cersei le reconoce que no está dispuesta a enviar a sus tropas a combatir junto a “escoria extranjera” y que mintió “para procurar la supervivencia de la Casa”. Su hermano trata de hacerle ver que si no apoyan la lucha contra los espectros, al finalizar la guerra se encontrarán con un enemigo “sea quien sea”. Y ella le recuerda que cuenta con el apoyo del Banco de Hierro y la Compañía Dorada, los mercenarios que está dispuesta a pagar para preservar el trono. Jaime le contesta que de poco le sirven, puesto que se encuentran en Essos, y Cersei le revela entonces que, cuando Euron abandonó la reunión, no lo hizo para regresar a su hogar sino para tomar rumbo a Essos y trasladar a las tropas a Poniente. Ante un Jaime estupefacto, su hermana se pregunta por qué la madre de los dragones apareció solo con dos de sus criaturas en Pozo Dragón. “Tramaste con Euron sin decírmelo a mí, tu comandante” le dice Jaime incapaz de pasar página. Ella entonces le recuerda su reunión con Tyrion, a lo que Jaime responde que cumplirá con la palabra dada de combatir a los espectros. Ante su firmeza, a Cersei solo le queda amenazarle con acusarle de traición y con ser la nueva víctima de La Montaña. Cuando el Lannister abandona la ciudad, una tormenta de nieve se cierne sobre ella.

Imagen del séptimo episodio de la séptima temporada de 'Juego de Tronos'

La boda

En Invernalia, tras acabar con el gran enemigo, la relación entre las hermanas Stark vuelve a la normalidad, y entre bromas y halagos, recuerdan las palabras de su padre. “Cuando cae la nieve y sopla el viento blanco, el lobo solitario muere, pero la manada sobrevive” dice Sansa antes de que Arya exprese lo mucho que añora a Lord Eddard. Mientras, en una de las estancias de la fortaleza, su hermano Bran se reúne con Samwell, que acaba de llegar junto a Elí y su hijo. “No sabía si me recordarías” le dice el aspirante a maestre antes de entrar a la estancia. Bran le comenta entonces que en todo ese tiempo se ha convertido en el “Cuervo de Tres Ojos” y tras explicarle lo que significa, comparte con Samwell la necesidad de encontrarse con Nieve. “Debe saber la verdad sobre sí mismo. Nadie lo sabe. Tan solo yo. Jon no es hijo de mi padre. Es hijo de Rhaegar Targaryen y mi tía Lyanna Stark. Nació en una torre de Dorne. Su apellido, en realidad, no es Nieve, es Arena” dice antes de aclarar que ese es el apellido de los bastardos de Dorne.

Lejos de estar sorprendido, Samwell le habla de la última lectura de Elí antes de que abandonasen la Ciudadela, en la que el septón supremo hacía referencia a la boda del Targaryen y la Stark. Y cuando surgen las dudas, Samwell le pregunta a Bran si puede ver que la ceremonia fue real. El tullido se “traslada” entonces a la celebración del enlace y concluye: “La rebelión de Robert se basó en una mentira”. A kilómetros de allí, Nieve y Daenerys acercan posturas en la habitación de ella, mientras Bran continua revelando lo que Lyanna Stark le dice a su hermano cuando le entrega a Jon, una visión que vimos en la sexta temporada. “Su nombre es Aegon Targaryen” le susurra al oído al Stark, a lo que Bran añade que Nieve “nunca ha sido un bastardo. Es el heredero del Trono de Hierro. Debe saberlo. Debemos decírselo.”

Posteriormente, vemos a Bran ante el árbol arciano, y a través de un cuervo viaja hasta el Muro. Allí están Tormund y Beric Dondarrion, que tras asomarse al otro lado, contemplan horrorizados la llegada de los Caminantes Blancos, acompañados de un interminable ejército de espectros. Cuando se detienen ante el Muro, en el horizonte aparece Viseryon, cabalgado por el Rey de la Noche. Con su aliento helador, la criatura consigue romper la estructura que impedía la llegada de los Caminantes al resto de Poniente. La Guardia de la Noche apenas tiene tiempo de reaccionar, y los espectros empiezan a invadir el lado del Muro que desconocen. La llegada del invierno es, por fin, indiscutible.

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