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Es lo que hay

Theo Hernández y la leyenda del patito feo

Subió peldaños en la cantera rojiblanca más como el hermano de Lucas que como Theo. Esa imagen de patito feo lo rebeló hasta conseguir por fin un golpe de efecto: su fichaje por el Real Madrid

Theo Hernández, durante su presentación como jugador del Real Madrid. (EFE)

Ha cumplido su deseo, o eso señaló en la presentación como nuevo jugador del Real Madrid. Theo Hernández decidió, entrada la pasada temporada, que la llamada del club blanco resultaba determinante para cambiar de destino. Entonces, siendo futbolista del Alavés, se estaba convirtiendo en uno de los laterales más prósperos de la Liga. Allí había acabado por una decisión deportiva del Atlético de Madrid, club de formación del zaguero marsellés. Este joven francés de 19 años se presenta para Zidane como la alternativa a Marcelo. Consciente de la dificultad, el chico admitía que el brasileño será el espejo donde se observe y que su crecimiento en la plantilla será progresivo. Desde luego, si algo ha demostrado su compatriota desde el banquillo es que las rotaciones serán una práctica constante durante el curso. Debemos creernos el madridismo infantil de Theo, como también sabemos lo que ha sido crecer a la sombra de su hermano Lucas, instalado ya entre los elegidos por Simeone. El ya madridista subió peldaños en la cantera rojiblanca más como el hermano de Lucas que como Theo. Esa imagen de patito feo lo rebeló hasta conseguir por fin un golpe de efecto: su fichaje por el Real Madrid.

Hijo de futbolista, hermano de futbolista, Theo siempre ha sido un chico rebelde. En edad juvenil recibió una oferta irrechazable del Manchester City. Guardiola lo conocía bien y pidió a Beguiristain que intentara la adquisición de los dos hermanos. Lucas ya formaba parte del primer equipo rojiblanco, mientras que Theo ocupaba sitio entre los juveniles más destacados de la casa. En aquel verano de 2016, el Atleti sintió por momentos que perdía a dos chicos prometedores, pero lo de Lucas dolía especialmente. El hermano pequeño aún no había explotado y era una incógnita. Pero Guardiola ya había recibido el chivatazo de que en la familia Hernández había materia prima. A la dirigencia rojiblanca no le quedó otra que retocar los contratos de los adolescentes y evitar así una fuga cantada a la Premier League. Era el primer aviso. Nadie sospechó en ese momento que la salida se produciría sólo unos meses después. Lo que sí se entendió desde la secretaría técnica rojiblanca fue que, sin sitio en el primer equipo, lo mejor para Theo era buscar una cesión. Vitoria y el Alavés resultaron el mejor destino para enfocar la progresión del chico.

Adiós con resentimiento

Theo seguía siendo para el Atleti el hermano pequeño de Lucas, hasta que en los primeros días de 2017 el asesor deportivo del defensa comenzó a dar largas a la dirección general. Los meses de blanquiazul eran prósperos, se estaba convirtiendo en una de las agradables sorpresas de la temporada. Por eso, el club del Manzanares movió ficha para modificar al alza un nuevo contrato. Lo que esperaban como una resolución rápida y sin pegas, se convirtió en nulas intenciones de negociar. El mosqueo crecía por días en las oficinas del Calderón. Se sospechaba que existía un motivo: Zidane había comunicado con Theo y le había prometido hacerle un hueco en el Real Madrid. El Atleti se olió el movimiento, si bien desconocía las verdaderas intenciones. La rumorología era una constante hasta que el diario 'Marca' destapó el acuerdo. El club formador se sintió doblemente traicionado: por el chico y por Florentino Pérez. El primero optaba por fichar por el eterno rival sin dar una oportunidad a los rojiblancos. El segundo se sintió ajeno a ese pacto no escrito de no interferir en los jugadores del vecino.

Después, la primera reacción del Atleti fue tratar de impedir la llegada de Theo al Real Madrid. Decidió poner en el mercado al marsellés y lo ofreció a los grandes clubes. Pero ni Barça, que también estaba interesado, ni Manchester City, ni el United o el Bayern quisieron guerrear con los blancos y evitaron cambiar el destino del lateral. La decisión era firme: quería jugar en el Real Madrid. Por tanto, a la dirigencia atlética no le quedó más remedio que negociar con Concha Espina para sacar mayor tajada. El joven lo tenía tan claro que no se vio afectado por las presiones, mostrándose seguro del envite. Theo había decidió dejar de ser el patito feo y su venganza pasaba por dar un portazo a una entidad cuyos técnicos de su cantera observaron siempre al chico como el hermano de Lucas.

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Hans Christian Andersen escribió en el siglo XIX un cuento llamado ‘El patito feo’. El escritor danés hablaba en este relato de la autoestima humana. Quizá, crecer a la sombra de Lucas ha provocado que Theo estimase que era el momento de dejar la estela del hermano mayor, a quien por cierto admira profundamente. La decisión de volar más alto se recogió con entusiasmo en el Real Madrid que entendió que se ponía a tiro una más que interesante perla de futuro. En esa práctica blanca que consiste en firmar cada verano a jóvenes y prometedores valores, la opción de contratar al galo era irrechazable. Lo sabía Florentino y lo aprobó Zidane. Ahora le toca al técnico domar y controlar a un futbolista del que se espera mucho en el Bernabéu. El Atleti, que lo despidió con resentimiento, confía ahora en que el mayor de la saga no termine también volando y se escriba otra fábula con otro cisne perdido.

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