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Laissez faire

Los ricos alemanes no pagan más impuestos que los ricos españoles

Lo que de verdad busca Errejón no es emular a Alemania, sino crear una cortina de humo propagandística tras la que ocultar subidas de impuestos sobre el conjunto de la población

Una bandera de España, en la Puerta de Brandenburgo en Berlín. (Reuters)

La izquierda quiere incrementar el tamaño del Estado y, para lograrlo, necesita aumentar masivamente los impuestos que recaen sobre los ciudadanos. Pero como no puede concurrir a unas elecciones anunciando subidas salvajes y generalizadas de la tributación, su estrategia propagandística pasa por prometer que los rejonazos impositivos recaerán solo sobre los más ricos. Europa, nos quieren hacer creer, es el espejo en el que se miran: un continente donde, aseguran, la recaudación tributaria es muy superior a la española —cierto— merced a lo que los ricos pagan muchos más impuestos que aquí —falso—.

El último dentro de la familia de la izquierda en utilizar tan tramposa estrategia ha sido Íñigo Errejón. Durante una reciente entrevista en 'La Sexta noche', el candidato de Más Madrid a la presidencia de la región propuso acabar con las “bonificaciones en [el impuesto de] patrimonio”, puesto que, en su opinión, “la Comunidad de Madrid tiene que tomar una decisión: si queremos laboratorios como en Alemania, entonces los más ricos tienen que pagar impuestos como en Alemania”.

Opinión

¿Ven? Todo muy sencillo: para que España (o, en este caso, Madrid) sea una potencia industrial de alto valor añadido como Alemania, basta con restablecer el impuesto sobre el patrimonio (y acaso también el de sucesiones) para que los ricos paguen más impuestos de forma que las administraciones públicas cuenten con algunos recursos adicionales para invertir en 'laboratorios'. ¿Cuál es el problema de tan preciosa narrativa? Pues que en Alemania no existe impuesto sobre el patrimonio desde 1997.

Tal como nos recuerda la OCDE, en 2017 solo había cuatro países en esta organización que mantenían un impuesto sobre el patrimonio: Suiza, Noruega, España y Francia. Desde 2018, Francia se ha caído de esa lista y, por tanto, solo nos mantenemos en ella Suiza, Noruega y España. Por tanto, ni Alemania, ni Austria, ni Dinamarca, ni Finlandia, ni Islandia ni Suecia tienen hoy un impuesto sobre el patrimonio.

Países con impuesto sobre el patrimonio.

Ahora bien, no pensemos que los casos de Noruega y Suiza son equiparables a los de España. Ambos países mantienen ese tributo porque todos sus otros impuestos sobre el ahorro son moderadamente reducidos: lo que no hacen, vaya, es establecer una fiscalidad confiscatoria sobre el ahorro y además el impuesto sobre el patrimonio (por ejemplo, en Suiza, las ganancias patrimoniales están exentas de pasar por la caja de Hacienda). Y es que, tal como también nos recuerda la OCDE, el tipo efectivo marginal sobre el ahorro (esto es, qué porcentaje de la rentabilidad patrimonial es parasitada por el fisco) supera en España el 100% para la mayoría de activos reales o financieros: despropósito que no acaece ni en Suiza ni Noruega. En suma, a partir de cierto volumen de ahorro, la rentabilidad después de impuestos que puede lograrse dentro de España es negativa. Un infierno contra el ahorrador que, al parecer, Errejón aspira a restablecer en la Comunidad de Madrid.

Fiscalidad sobre el ahorro.

Acaso se argumente entonces que, en el fondo, Errejón apelaba no a que los ricos españoles paguen como en Alemania un impuesto que no existe en Alemania, sino a que soporten —a través del conjunto del sistema impositivo— la misma carga fiscal que soportan los ricos alemanes. Pero tampoco: como ya explicamos en su momento, España es uno de los países de la OCDE donde las clases medidas proporcionan un menor porcentaje de los ingresos fiscales del Estado y donde, en contrapartida, las rentas altas proporcionan un mayor porcentaje. La diferencia, de hecho, es especialmente acusada con respecto a Alemania: en nuestro país, las rentas altas se hacen cargo del 41,4% de los ingresos totales del Estado, mientras que en nuestro vecino teutón apenas abonan el 27,5%; a su vez, las rentas medias españolas aportan al fisco el 54,4% de sus ingresos, cuando en Alemania proporcionan el 66,7%.

Ingresos fiscales a costa de la clase media.

Y sí, es verdad que parte de esta diferencia se explica porque las clases medias alemanas acaparan un mayor volumen del PIB que las españolas (en concreto, el 67,2% frente al 60,8%), pero, incluso corrigiendo por esa diferencia, equipararnos a Alemania implicaría subirles los impuestos a las rentas medias, no a las altas: no en vano, las clases medias españolas controlan 6,4 puntos menos de PIB que en Alemania pero aportan 12,3 puntos menos de recaudación total. O, expresado con otras palabras, equipararnos fiscalmente a Alemania con la distribución de la renta española supondría que las rentas medias deberían pasar de aportar el 54,4% de los ingresos totales del fisco a proporcionar el 60,3% (y a su vez, las rentas altas deberían aportar un menor porcentaje).

En definitiva, la izquierda trata en general de engañarnos cuando nos promete equipararnos fiscalmente a Europa subiendo los impuestos solo a los ricos. Errejón, en particular, nos ha mentido a todos los madrileños cuando anuncia que quiere restablecer el impuesto sobre el patrimonio y otros gravámenes 'contra los ricos' para acercarnos fiscalmente a Alemania: en el corazón de Europa, ni existe el impuesto sobre el patrimonio ni las rentas altas pagan tanto como en España. Lo que de verdad busca Errejón no es emular a Alemania, sino crear una cortina de humo propagandística tras la que ocultar subidas de impuestos sobre el conjunto de la población. Solo así podrían llegar a afluir recursos suficientes a las arcas públicas como para multiplicar el tamaño del Estado tanto como sueña la izquierda.

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