¿Puedo pagar la hipoteca a mi hija? El piso está a su nombre, pero está en paro

¿Cómo puedo pagar la hipoteca de 425 euros de un piso de mi hija? El piso está a su nombre, pero ella ahora está en paro.

Ante la situación de desempleo del prestatario, en primer lugar, es aconsejable acudir a la entidad financiera para tratar de negociar un aplazamiento o renegociación de las condiciones del préstamo.

Este tipo de soluciones se está apoyando desde las instituciones con la promulgación de nueva normativa. Otra alternativa es acudir, en caso de haberlo contratado con anterioridad, al seguro de protección de pagos.

Este tipo de pólizas destinadas a cubrir el riesgo de incumplimiento de la hipoteca son muy poco conocidos, pero aportan mucha tranquilidad.

Puede que otro familiar tenga capacidad económica suficiente como para ayudar al prestatario con los pagos de la hipoteca mientras este no pueda. El ordenamiento jurídico no impide que otra persona pague y salde su deuda, es más, el artículo 1158 CC contempla claramente la posibilidad del pago por terceros.

Ahora bien, si, por ejemplo, usted ingresa el dinero en la cuenta de su hija para que esta pague la hipoteca, puede considerarse una donación y tener efectos fiscales. A partir de ahí, existen dos vías legales para dar dinero a una persona más allá de la herencia: prestar el dinero a través de un préstamo o hacer una donación.

Ambas opciones tienen sus ventajas y desventajas, así como sus costes e impuestos que habrá que pagar. La donación suele ser la manera más habitual de dar dinero a un familiar, especialmente cuando se trata de un familiar directo de primer grado.

El motivo es que una donación no se devuelve, es un dinero que se cede libremente. Con un préstamo habrá que devolver el dinero, con o sin intereses. En España, las donaciones están reguladas por el impuesto de sucesiones y donaciones, que es también el que se aplica a las herencias.

La gestión de este tributo está cedida a las comunidades autónomas. Esto quiere decir que cada región puede regular el porcentaje a pagar dentro de un marco general y establecer exenciones y bonificaciones para determinados casos.

Como norma general, cuanto más cercano sea el grado de parentesco, menos impuestos se pagarán. Pese a la creencia popular, no hay un límite exento en las donaciones.

Desde un punto estrictamente legal, habrá que declarar cualquier dinero que se deje a otra persona. Respecto al préstamo, Hacienda investigará la forma en la que se devuelve el dinero.

Es posible que, debido a la situación de su hija, no pudiera ir devolviendo ahora y se lo devolviera todo al final cuando tenga mayor flexibilidad financiera. Si Hacienda lo detecta, interpretará que no es un préstamo, sino una donación.

*Sonsoles Martínez González y Sofía Sánchez Fernández, abogadas de Lean Abogados