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Cristiano Ronaldo, un 'macarra chic' que cambia pañales
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Eduardo Verbo

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Cristiano Ronaldo, un 'macarra chic' que cambia pañales

Cristiano Ronaldo, por humano De vez en cuando, las estrellas del firmamento abandonan en ráfaga fugaz ese oscuro edén para darse un rodeo por la Tierra, por

Cristiano Ronaldo, por humano 

De vez en cuando, las estrellas del firmamento abandonan en ráfaga fugaz ese oscuro edén para darse un rodeo por la Tierra, por el mundanal ruido. Algo que se agradece, porque no sólo de polvos mágicos y destellos vive el hombre. Que Cristiano Ronaldo diga que le cambia los pañales a su hijo y que, aunque no le gusta excesivamente, lo hace con agrado, es algo que no tendría que sorprender ni tener más activo que el de un padre corriente más ejerciendo sus labores. Pero, como se gasta esa actitud de macarra legendario, a lo Vaquilla, pues este tipo de acciones comunes le humanizan, aunque no tendrían por qué hacerlo. Lo mismo sucede cuando la princesa Letizia rompe el protocolo e intermedia en la pelea de dos niñas. O cuando Marina Danko se quita las alhajas. El problema es que, por lo general, los balones que los vips de este calado echan fuera suelen ceñirse poco a la realidad. Si no fuera por su madre Dolores, otro gallo cantaría. Porque su novia súper modelo pinta de ‘pringarse’ no tiene.
 

Carmen Martínez Bordiú, por insistente

Hay reuniones convertidas en portadas de Hola que no tienen razón de ser. La de esta semana, por ejemplo, con la nietísima y su señor esposo, que siempre tiene que llevar pegado a su nombre de pila Cantabria en cualquiera de sus variantes gramaticales, es un caso paradigmático. Si no tuvimos suficientes con aquella en la que la señora de Campos aparecía en Uganda rodeada de primates, cual Sigourney Weaver, ahora nos brinda unas fotografías que ya quisiera haber visto el mismísimo Jacques-Yves Cousteau. Carmen Martínez Bordiú y su santo cántabro han hecho una expedición en toda regla al Ártico y han estado en el fin del mundo. Lástima que no hayan decidido cruzar ese punto para tardar un poco más en regresar al país y, por ende, en salir en las revistas. La bailarina/empresaria/abuela/personaje de la jet se merece una cátedra en rentabilidad de imagen en cualquier universidad patria. Nadie como ella se saca tanto partido. Que si un mojito, un libro, un viaje… Aunque lo novedoso y exclusivo sería una reunión de Elena Cué, Marta Chávarri y las hermanas Koplowitz compartiendo mesa y mantel. Aunque hablasen del calentamiento global y no quisieran mostrar el sofá.
 

Eduardo Cruz, por antipático

Tanta animadversión hacia los Cruz no puede ser buena. Debe producir úlcera de estómago en los que critican constantemente su actitud. Pero, ¡cómo para no hacerlo! En estos tiempos de desaceleración económica, que diría ZP, nadie se libra de la quema, por lo que cualquier promoción mediática es buena. Aún siendo hermano de Penélope Cruz, Eduardo Cruz es un auténtico desconocido porque, aun siendo músico, su público es de copioso como el de Julio José Iglesias, en cuyo club de fans están en pleno ERE. Incluso hay gente que le confunde por el nombre con el tío ferretero, que se llama Manuel. Los rumores y algunas fotografías incitan a pensar que tiene algo más que una amistad con Eva Longoria. Una información que llenaría de orgullo y satisfacción a más de uno, de no ser por las miradas de reprobación que dirige el hermanísimo a los fotógrafos que le acompañan. Nunca una migración de mega vips a los States había dado tanto qué hablar. Y mira que se perdió cuando ‘Charro’ Baeza se casó con Xavier Cugat.
 

Cristiano Ronaldo, por humano