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Me suscribí a Netflix y HBO y acabé viendo… ‘Supervivientes’
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Carlos Prieto

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Me suscribí a Netflix y HBO y acabé viendo… ‘Supervivientes’

Cómo un zapping temporal acabó convertido en una dantesca adicción

Foto: Los náufragos de 'Supervivientes' (Mediaset España)
Los náufragos de 'Supervivientes' (Mediaset España)

Era un día cualquiera en la casa familiar y nos disponíamos a ver una de esas series sofisticadas (HBO o Netflix) de las que todo el mundo habla. Pero un problema técnico se cruzó en nuestro camino: entre que uno enciende la tele y accede a los canales de pago, pasan unos tensos segundos en los que… ¡ESTÁS EXPUESTO A LA TELEVISIÓN GENERALISTA!… Entonces se desencadenó el psicodrama…

- Mira… ‘Supervivientes’… Uy, si está Leticia Sabater

-¿Vemos cinco minutos?

Está conversación tuvo lugar hace ahora dos meses… Desde entonces no ha vuelto a suponer problema alguno que la tele tarde unos segundos en acceder a Netflix y HBO… porque no hemos vuelto a acceder a Netflix y HBO. Hemos perdido el interés por esos canales porque NO PODEMOS DEJAR DE MIRAR TELECINCO… Ahora que las series de televisión presumen de retratar los personajes más extraños y los comportamientos más extravagantes, resulta fascinante ver cómo ‘Supervivientes’ no tiene rival en cuanto a roles humanos dantescos por metro cuadrado… Y a España, a juzgar por los rumbosos datos de audiencia, le encanta.

Foto: Pablo Carbonell y Esperanza Aguirre en 'CQC'

Los que van a morir te saludan

La sinopsis de 'Supervivientes' sería la siguiente: famosos venidos a menos, aspirantes a famosos, hijos de famosos y madres de famosos se despellejan en una isla caribeña solitaria… Los protagonistas (algunos de los cuáles ya han sido expulsados de la isla) son los siguientes:

1) Alba Carrillo, modelo y ex de Feliciano López, y su indescriptible madre. Madre e hija han dado una espectacular 'master class' sobre cómo convertir una relación maternofilial en una bomba nuclear…

2) Leticia Sabater, cantante. ¿Qué cómo se ha comportado Leti en la isla? Digamos que es favorita desde ya al galardón de Persona Más Indeseable de la Tierra en 2017 (tiene mi voto: Donald Trump a su lado parece la Madre Teresa de Calcuta).

3) Paola Caruso, modelo y actriz. Calificada como “la bomba italiana de ‘Supervivientes’, Caruso ha hecho una demostración épica de comportamiento pasivo-agresivo.

4) Bigote Arrocet, caricato chileno. Su actitud evolucionó drásticamente: la primera semana parecía el Coronel Kurtz en ‘Apocalyse Now’, con pinta de ir a perder la chaveta en cualquier momento, pero finalmente mutó en guerrero zen que alcanza la paz interior pese a los mil conflictos/bullas que estallan a su alrededor.

5) Una absurda colección de hombres ciclados.

Etc, etc, etc.

placeholder Concursantes de 'Supervivientes' (Mediaset España)
Concursantes de 'Supervivientes' (Mediaset España)

Este simpático grupo humano trata de sobrevivir a las normas televisivas de Telecinco: el trato de favor hacia ciertos concursantes -‘celebrities’ premium e hijas de famosos- es obvio y tiene sentido comercial: hay que mimar a los nuevos cachorros que en los próximos meses protagonizarán horas y horas en la cadena amiga. Las hijas de los famosos -como Gloria Camila, hijísima de Ortega Cano, a la que se ha permitido concursar con su novio- han pasado las primeras semanas tocándose el chichi y cargando contra todo aquel que osara dar un palo al agua/liderar el grupo; es decir, que se han comportado como lo que son: aristócratas de esa nueva sangre azul que son las ‘celebrities’. Pijas clasistas y macarras. Pese a ello, o quizá por ello, el televidente soberano las ama con la fuerza de los mares.

Todo ello conducido con su habitual ironía por ese titán de la televisión celtibérica llamado Jorge Javier Vázquez...

Mi casa es tu casa

‘Supervivientes’ engancha porque habla de cosas infernales por las que todos hemos pasado: es una versión exagerada de las clásicas batallas de roles en piso compartido u oficina. ¿Quién no ha vivido en un piso de estudiantes en el que se acumulan 70 platos con moho en la pila? ¿Quién no ha trabajado con alguien que no calla la boca en todo el santo día? ¿Quién no ha tenido que convivir o currar con un inútil o con un psicópata? Pues eso es un poco ‘Supervivientes’, la tragicomedia de la convivencia (y del poder) en una isla perdida en el océano.

¿Quién no ha tenido que vivir o currar alguna vez con un inútil o un psicópata? Pues eso es un poco ‘Supervivientes’, la tragicomedia de la convivencia

Ilustremos esta teoría con una de las escenas más comentadas de esta edición. Una caca humana aparece de buena mañana junto al lugar donde duermen los concursantes. La turbamulta -liderada por Iván, joven obseso del ejercicio físico y de su... peinado- acusa a Paola Caruso de ser la autora del chorizo. La diva italiana niega la mayor, entra en barrena y acusa al maromo (con el que ha intentado ligar previamente) de hacerle la vida imposible: “FALSO COMO UNA MIERDA, MALO COMO UNA MIERDA, HOMBRE DE MIERDA”, brama enloquecida Caruso. Pero la verdad siempre sale a flote: días después, Leticia Sabater admite que la caca era suya, y Paola e Iván se reconcilian (hasta la próxima tangana). ¿A quién no le ha pasado esto alguna vez, eh, a quién?

Dicho lo cual...

No volverá a ocurrir

Me encantaría zanjar mi adicción a ‘Supervivientes’ grabando un vídeo casero al estilo Juan Carlos I: salir de mi portal cabizbajo, mirar a cámara con cara de la-he-liado-parda-pero-estoy-arrepentido, y susurrar con voz aflautada: “Lo siento mucho, me he equivocado, no volverá a ocurrir. Estoy limpio y puedo dejar esta mierda en cualquier momento”.

Pero, ¡ay!, como le ocurrió al borbón, mi credibilidad no está en su mejor momento: NO ES LA PRIMERA VEZ QUE ME VEO ENVUELTO EN UN APARATOSO INCIDENTE CON ‘SUPERVIVIENTES’… En efecto, en 2011 -la histórica edición de Rosa Benito, Paquirrín y, ojo al dato, el mediofondista Reyes Estévez- me pasó lo mismo: vi cinco minutos por casualidad... y acabé con una adicción propia del fumador de crack.

O sea, que cuando en 2018 vuelva a cruzarme con ‘Supervivientes’, ya no podré alegar "lo veo un poco y lo quito", porque sonaré al clásico degenerado que dice que se toma la última y se va a casa… y cuatro días después aparece desnudo en un polígono sin saber cómo ha llegado ahí...

placeholder Los supervivientes de noche
Los supervivientes de noche

Mi reincidencia podría dar pie a todo tipo de especulaciones clínicas: ¿seré adicto por naturaleza? Pero por qué caer en teorías psicológicas reduccionistas cuando mi errático comportamiento televisivo bien podría tener una justificación social: LA CULPA ES DEL GOBIERNO, COPÓN, MALDITO MARIANO...

Otra explicación es que estemos ante un caso de melodrama costumbrista: o el honrado padre/madre de familia que llega a casa a las 20:00 horas tras una maratoniana jornada -que arrancó a las 7:45 de la mañana con el típico operativo militar de "¡LLEGAMOS TARDE AL COLE!"-, lee un cuento a su hijo en la cama, se queda medio sopa, y cuando llega el momento de encender la tele (22:30 horas), piensa: tengo el cerebro tan pulverizado que me costaría entender la trama de un capítulo de ‘Los Serrano’ (sí, amigos, ese dramático momento de tu vida en el que Antonio Resines parece hablar ruso y haberse escapado de una película de Tarkovsky), así que mejor pongo ‘Supervivientes’ y acabamos antes…

Lo dicho: la culpa es del Gobierno, del Capital y del Sistema que nos hace llegar alienados a casa…

Era un día cualquiera en la casa familiar y nos disponíamos a ver una de esas series sofisticadas (HBO o Netflix) de las que todo el mundo habla. Pero un problema técnico se cruzó en nuestro camino: entre que uno enciende la tele y accede a los canales de pago, pasan unos tensos segundos en los que… ¡ESTÁS EXPUESTO A LA TELEVISIÓN GENERALISTA!… Entonces se desencadenó el psicodrama…