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Apatrullando la ciudad: cómo Javier Cárdenas sacó de sus casillas a media España
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Carlos Prieto

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Apatrullando la ciudad: cómo Javier Cárdenas sacó de sus casillas a media España

Cómo convertir un programa de radio en altavoz de la crispación políticamente incorrecta. Vida y milagros del humorista de mano dura que se anticipó a Trump

Foto: Javier Cárdenas (montaje: Carmen Castellón)
Javier Cárdenas (montaje: Carmen Castellón)

Cada vez que habla Javier Cárdenas, sube el pan. A uno puede gustarle más o menos el presentador de ‘Levántate y Cárdenas’ (Radio Europa FM) y ‘Hora punta’ (La 1), pero es innegable que el muchacho tiene un don: su capacidad para tocar la tecla que saca de sus casillas a media España (y agita a la otra mitad) parece sobrenatural. ¿Cuál es el secreto de su éxito?

Cuando Cárdenas (Barcelona, 1970) saltó a TVE, se defendió de sus críticos en una entrevista: “Llevo muchos años en esto para saber que, aunque hiciéramos el mejor programa del mundo, iban a criticarnos, porque estamos en una época de crispación, en la que si yo salgo bailando claqué mejor que Fred Astaire, van a decir que soy malísimo bailando claqué. Vivimos en una época en la que hay tanta crispación en todo, y en la que la gente ve siempre la parte negativa de las cosas, que no me puedo preocupar por eso cuando tanta gente nos apoya cada día desde la radio. Pretendemos hacer una cosa muy bonita y digna”.

Cárdenas dice que España está crispada y que él solo quiere hacer algo bonito, ¿pero no estarán crispados los españoles porque Cárdenas les llena la cabeza de mierda nada más salir de la cama?

Sí, España está crispada y lo paga con Javier Cárdenas, el Gandhi de Barcelona, que solo quiere hacer una cosa bonita y digna. ¿Pero qué entiende Cárdenas por llevar el buen rollo a todos los hogares españoles? Para responder a esta pregunta hay que sumergirse en la esencia del cardenismo: su programa de radio mañanero –‘Levántate y Cárdenas’, con más de un millón de oyentes- donde diserta sin filtro y sin mesura sobre los temas más variopintos. Lo de la tele es una broma comparado con lo de la radio. Javier Cárdenas, el despertador de España.

El estercolero

Un repaso a sus filipicas radiofónicas refleja un caso agudo de discurso pasivo/agresivo. Cárdenas dice que España está crispada y que él solo quiere hacer algo bonito, ¿pero no estarán crispados los españoles porque Cárdenas les llena la cabeza de mierda nada más salir de la cama? Veamos.

Foto: Javier Cárdenas y 'Hora punta' renuevan en TVE.

Opinión de Cárdenas sobre la detención de una banda que asaltaba a ancianas para robarles: “Y pensar que estos mierdas... eran capaces de meterles auténticas palizas a mujeres de más de ochenta años... Palizas. Para robarles cuatro euros. Es que es tan triste. Pero sobre todo es triste ver cómo en este país la gente se moviliza -por ejemplo, en Twitter, el otro día, por una noticia que no existió- y sin embargo no se moviliza para decir: esta gentuza no debería salir nunca más de la cárcel, no, no pueden salir, un mierda que se ha cargado la vida de una mujer, de una pobre anciana, para robarle sus cuatro euros, no puede salir de la cárcel”.

placeholder Javier Cárdenas en 'Hora punta'
Javier Cárdenas en 'Hora punta'

Dicho esto, Cárdenas procedió a jugar a su deporte favorito: criticar a los que le critican por decir barbaridades. A gritos: “¿QUE CÓMO PUEDO DECIR ESTO, COÑO? DEFIENDE MÁS A LAS VÍCTIMAS Y MENOS A LOS DELINCUENTES, JODER... Es tan asqueroso ver a la gente poniéndome a parir por decir esto... Esta gentuza no piensa nunca que se lo pueden hacer a su madre, o a su tía, o a su propia abuela. Es de coña ir por la vida diciendo ‘soy el más liberal del mundo’, sí, sí, hasta que se cargan a tu madre por cuatro cochinos euros… ¡Es vomitivo ver como en este país hay gentuza que hace de todo para proteger a los delincuentes!… Me da igual lo que digan, tengo las espaldas anchas ya de aguantar auténticos gilipollas… Estaré encantado de que digan que soy un facha por denunciar que las condenas que tenemos en España para este tipo de casos son una auténtica vergüenza”.


En efecto, este festival de las vísceras es lo que entiende Cárdenas por algo digno y bonito, y ocurre muy a menudo en su programa, siempre con trance y house ibicenco de fondo, lo que no hace más que exacerbar el yin-yang cardenista: ESTOY TAN DE BUEN ROLLO QUE VOY A MATAR A ALGUIEN EN CUALQUIER MOMENTO.

1) Sobre el caso Marta del Castillo: “Yo -Javier Cárdenas- reitero que me parece una absoluta vergüenza que un hijo de puta, así de claro lo digo, que ha violado y asesinado a una niña... sí, yo, Javier Cárdenas, no tengo ningún problema en decir alto y claro que me parece una vergüenza que en este país se permita que ese hijo de puta pueda tener una PlayStation en su celda y utilizar la piscina del complejo penitenciario… Para que veáis que yo no me escondo: creo honestamente que tenemos un problema grave en este país cuando entendemos más a un violador y a un asesino que a su víctima”.

2) Sobre un violador cualquiera: "¡A semejante deshecho humano lo mantenemos nosotros en la cárcel y encima sale cobrando el paro!"

Los periodistas son unos “mierdas” por venderse a los partidos, los políticos son “bazofia” y la monarquía es “absurda y corrupta”. El pueblo debe salir “a la calle con antorchas” para acabar con la podredumbre

3) Sobre la ley del menor e internet: “Con 14 años un niño no puede llegar al punto de abusar de su hermana de tres añitos… Abuso de mi hermana, lo grabo y lo subo a las redes sociales para que me lo compren los pederastas. Cuando escucho que no se le pueden poner puertas al campo en internet yo, te lo juro, me enervo, me sublevo... No es posible que haya gente que crea todavía en la impunidad de internet... ¿A quién le importa hoy día si ves o no porno? Ahora: si ves material pedófilo, la cosa cambia, la cosa cambia amigo, y es ahí donde yo voy a poner los puntos sobre las íes: no es normal que alguien pueda chantajear a una persona por internet desde el anonimato, que alguien calumnie a otro desde el anonimato, que alguien pueda entrar en una página de reclutamiento yihadista, porque no debería haber páginas de reclutamiento yihadista, es que es de cajón, y no es posible que un chaval de 14 años… crea que en internet se puede vender de todo, y venda a su hermana, es vergonzoso”.

Calumniadores, pedófilos, yihadistas... El clásico 'tótum revolútum' cardenista: poner al mismo nivel al que increpa en Twitter que al terrorista suicida, al pedófilo que a la yihad. Según Cárdenas, en internet confundimos libertad con libertinaje y, por tanto, solo cabe una receta legal: represión a discreción.

Lo mismo te hace una broma telefónica que te pide 'gasear' a los delincuentes. Todo ello desde el máximo buen rollo

Este vale todo es característico de su programa. En el del pasado martes, por ejemplo, hubo bromas radiofónicas en directo (a un tipo que intentaba vender una nevera en Facebook y no lo lograba), análisis sobre un empresario secuestrado y sedado durante once días y la mejor ‘musiquita’ para la chavalada. De las humoradas de colegio mayor a las llamadas a la mano dura, Cárdenas lo mismo te hace una broma telefónica que te pide 'gasear' a los delincuentes. Todo ello desde el máximo buen rollo, faltaría más.

Una auténtica vergüenza

Su frase fetiche es asegurar (en tono crispado) que algo es una “vergüenza”. ¿Recuerdan cuando la indignación entró en España por todo lo alto vía 15M? Pues Cárdenas vendría a ser el crack de la indignación: la suya es una indignación adictiva, de mala calidad y que le deja a uno el cerebro hecho puré.

En efecto, un factor clave para entender su popularidad es que su discurso está muy en los tiempos: tiene un poco de la pose antiestablishment que agita la política mundial, un mucho de rebeldía políticamente incorrecta y un bastante de explotación del malestar generado por la crisis.

El presentador vendría a ser el crack de la indignación: la suya es una indignación adictiva, de mala calidad y que le deja a uno el cerebro hecho puré

Según el presentador, los periodistas son unos “mierdas” por venderse a los partidos, los políticos son “bazofia” y la monarquía es “absurda y corrupta”. Y el pueblo debe salir “a la calle con antorchas” (tal cual) para acabar con este estado de podredumbre.

Antiestablishment solía ser aquel que desafíaba a los poderosos, aunque tras ver a un empresario inmobiliario multimillonario ganar la presidencia de EEUU de candidato antiestablishment, uno ya no está seguro de nada. De las muchas maneras de estar contra el sistema, Cárdenas ha elegido una de las más perversas: la que combina mesianismo -yo no me callo-, victimismo -“me he jugado mi puesto de trabajo diciéndoles a los políticos lo que nadie más se ha atrevido a decirles en este país”-, rasgada moral de vestiduras y ataques a nuestros representantes públicos, sí, pero también a la base/los despojos de la pirámide social. Agitando el resentimiento.

A los inmigrantes, por ejemplo, mejor tenerlos lejos. “Esta pobre gente busca un futuro mejor, pero es que aquí no lo van a encontrar, porque aquí el nivel de paro es simplemente descomunal, y por tanto van a acabar en manos de mafias. Y sobre esto no dicen nada los periódicos que van de super liberales… Y ojo, el dato es espeluznante: 30.000 inmigrantes esperan en Marruecos para entrar en España. La pregunta que hago es: ¿qué ocurre si entran estos 30.000? Y no se queda ahí el tema, seguirán viniendo más y más y más. ¿Qué pasa si en España entraran 100.000 personas? Los vemos cada día en la calle vendiendo en el top manta, vendiendo espaguetis en las esquinas a altas horas de la mañana de forma ilegal -y ya vimos en aquel reportaje con qué hacían los espaguetis: el agua tenía hasta heces fecales”. Sí, han leído bien.

Es el rey de la retórica incendiaria, pero no se trata tanto de denunciar a los poderosos como de sacar lo peor/revolver las vísceras del oyente

¿Qué quién tiene la culpa de que los inmigrantes nos vendan espaguetis fecales a los españoles? Los políticos y los periodistas. “Nadie tiene interés en solucionarlo, lo único que hacen es echar la culpa a la guardia civil… Pero cuando hay una avalancha y se llevan por delante a unos cuantos guardias civiles que acaban en el hospital, nadie dice nada… ¿A qué jugamos? ¿Dónde está la doble moral? Si entran y la policía trata de evitarlo, se dice que es la vergüenza nacional, cuando EEUU lo hace cada día en la frontera con México y no veo que ningún periódico abra con eso, todos calladitos, periódicos a los que se les llena la boca hablando de la vergüenza de la valla fronteriza, de que pobre gente que viene a buscar un futuro mejor, y sí, es verdad, pero es curioso que lo digan los mismos periódicos que luego echan a periodistas para sustituirlos por becarios; becarios que no cobran un euro, pero de eso no hablan”.

Ataques arbitrarios a los inmigrantes y a la prensa... ¿Quién dijo Donald Trump? Nadie: porque Cárdenas bramó todo esto (2014) mucho antes de que se inventara el trumpismo. Un pionero.

Escándalo público

Cárdenas es el rey de la retórica incendiaria, pero no se trata tanto de denunciar a los poderosos como de sacar lo peor/revolver las vísceras del oyente. De agitarle con asuntos sociales explosivos que mutan en escándalo público.

El hombre tiene soluciones para todo. Pide a los okupas de Barcelona que se vayan a okupar un pueblo perdido del Pirineo, y acto seguido procede a explicarnos por qué no le van a hacer caso. Yo me lo guiso y yo me lo como. “En este país nada nos sorprende ya. Que alguien [Ada Colau] sea capaz de comprar un local con nuestros impuestos para dárselo a personas que no quieren ni pagar impuestos ni trabajar. Y ojo, que tampoco se quieren ir a un pueblo abandonado del Pirineo. Ya que estás contra el sistema, pues oye, te vas a vivir allí: te labras la tierra, te haces tu propio pan, fácil, ¿no?, ¿No estás en contra del sistema? Te vas. Ya verás cómo allí no viene nadie a echarte de ninguna casa, estarán encantados, pero claro, hay que currar, je, hay que currar, eh, plantar semillas, llevar al ganado… Pero claro, en el Pirineo te vas a pedir a la puerta de un supermercado con veinte años y una litrona, y no te da un euro nadie, te dicen: ‘Chaval, ponte a currar, no me ves a mí que estoy todo el día trabajando’. Y claro: por eso no se van [al Pirineo]…Somos antisistema, eso sí, cuando nos ponemos enfermos, ¡bum! [mete un puñetazo en la mesa], a la seguridad social que te pagamos todos con nuestros impuestos”.

Quizá no sea un descerebrado, sino un superdotado capaz de sintetizar magistralmente una loca mezcla de productos sociales de éxito

He aquí un monólogo político aleatorio e involuntariamente cómico. No obstante, bajo la apariencia de cháchara errática, se esconde un pensamiento más sofisticado y efectivo de lo que parece a primera vista. Quizá Cárdenas no sea un descerebrado, sino un superdotado capaz de sintetizar magistralmente una loca mezcla de productos sociales de éxito: el trumpismo, la mística justiciera de las películas de Chuck Norris y el cuñadismo español. Más indignado que nadie, sí, pero con el palilllo entre los dientes, la copita de brandy y sus dos santos cataplines. La versión celtibérica definitiva de la incorrección política en tiempos de crisis. Arturo Pérez-Reverte es una hermanita de la caridad a su lado.

Foto: Arturo Pérez-Reverte (Montaje: Enrique Villarino) Opinión

Nuestro hombre se hizo popular en los noventa como bromista televisivo, pero en una de las transformaciones culturales más aparatosas de los últimos tiempos, el bufón de la corte se ha convertido en un moralista mesiánico. Este giro es, sin duda, su broma más pesada.

Y sí, como sabiamente dice Javier Cárdenas, España está crispada, pero él no ha venido aquí a rebajar la crispación, sino a servirse de ella.

PD: 'Levántate y Cárdenas' arranca cada mañana con un tema de Black Eyed Peas titulado ‘I gotta feeling’. “Tengo un presentimiento, esta va a ser una buena noche, esta va a ser una buena noche, esta va a ser una muy buena noche”, cantan eufóricos los Black Eayes Peas mientras Cárdenas carga su escopeta...

Cada vez que habla Javier Cárdenas, sube el pan. A uno puede gustarle más o menos el presentador de ‘Levántate y Cárdenas’ (Radio Europa FM) y ‘Hora punta’ (La 1), pero es innegable que el muchacho tiene un don: su capacidad para tocar la tecla que saca de sus casillas a media España (y agita a la otra mitad) parece sobrenatural. ¿Cuál es el secreto de su éxito?

Javier Cárdenas