Es noticia
El día que José María García humilló a Florentino Pérez
  1. Cultura
  2. Animales de compañía
Carlos Prieto

Animales de compañía

Por

El día que José María García humilló a Florentino Pérez

Jordi Évole junta hoy en 'Salvados' a García y De la Morena tras varias décadas de enfrentamiento. Un libro sobre 'Supergarcía' desveló las claves de su loca lucha por la audiencia

Foto: José María García, periodista de raza (montaje: Carmen Castellón)
José María García, periodista de raza (montaje: Carmen Castellón)

Si no es el reencuentro más morboso de la historia del periodismo español, se le parece mucho. Jordi Évole juntará esta noche en 'Salvados' a José Ramón de la Morena y José María García, protagonistas el pasado siglo de una de las batallas por la audiencia más sucias y salvajes de la radio española.

Nada mejor para calentar motores que recuperar el libro que desveló las claves de ese espectacular duelo de folclóricas, y de la posterior reconciliación secreta de estos divos del periodismo deportivo. Nos referimos a 'Buenas noches y saludos cordiales', de Vicente Ferrer Molina, estupenda biografía de José María García que trasciende al personaje para perfilar la versión celtibérica de un arquetipo periodístico mundial: el reportero que vende a su madre por una exclusiva sembrando todo de cadáveres si es preciso (y sin reparar literalmente en gastos).

Derribar las torres de la Castellana

Se conocen como las torres de la Castellana, se construyeron sobre los recalificados terrenos de la antigua Ciudad Deportiva del Real Madrid, y el malicioso pueblo castizo las bautizó como las torres Figo, Beckham, Zidane y Ronaldo, ya se pueden imaginar ustedes por qué... Su construcción, que contó con el apoyo mayoritario del arco político municipal, sirvió para sanear las cuentas del Real Madrid. Una historia millonaria y con final feliz... Sin embargo, puede que Florentino Pérez recuerde con amargura ese episodio...

José María García, que creía que aquello era un pelotazo, pasó muchos meses increpando a Florentino en las ondas, y por extensión al alcalde de Madrid -José María Álvarez del Manzano - y a su concejal de Urbanismo, Ignacio del Rey. "Pregunto, que no afirmo: señor Del Río, don Ignacio, ¿es usted tan generoso con el señor Pérez; es usted tan tonto que no se da cuenta, o es usted tan golfo que está trincando? […] Pero si usted no es generoso y usted no es tonto, usted tiene que ser un golfo. No afirmo. Pregunto", bramaba García en las ondas noche sí noche no.

Le dije a la cara que era un jugador de ventaja, que estaba abusando de sus influencias en el PP, que era un personaje nocivo para la sociedad

El presidente del Real Madrid intentó varios acercamientos al locutor para tratar de apaciguarlo, pero lo único que conseguía cada vez que iba a su programa o quedaba con él en un restaurante, es que García le atizara más todavía: Florentino estaba atrapado en un sketch de los títeres de cachiporra.

Así describe Ferrer una de las entrevistas radiofónicas de García a Pérez, en la que supuestamente debían limar asperezas. "El locutor estuvo durísimo de principio a fin. 'En un momento de la entrevista -recuerda José Manuel Estrada-, García llegó a decirle: 'Yo he visto pasar muchos cadáveres por delante de mi puerta', dándole a entender que, por poderoso e influyente que fuera, él seguía siendo José María García. Fue un desafío'. La tensión podía palparse en el estudio. También fuera, donde María Ángeles Sandoval, Pitina, seguía la agria conversación y los reproches del periodista a su marido. 'No me gusta nada de lo que hace usted', acabó espetándole al presidente del Madrid mirándolo a los ojos. Florentino Pérez salió con el gesto desencajado. Se sentía humillado". En tres palabras: pim pam pum.

García cuenta en el libro otro intento fallido de reconciliación con Florentino: "Allí, en presencia de testigos, le dije a la cara que era un jugador de ventaja, que estaba abusando de sus influencias en el PP, que era un personaje nocivo para la sociedad y que era un tipo que no merecía la pena. Una persona normal, con la conciencia tranquila, me habría tirado por la ventana o se habría levantado de la mesa. Pero él se lo tragó todo".

Y ahora viene lo que podríamos denominar la paradoja García: he aquí un periodista inclemente con el poderoso, pero con tendencia a utilizar su propio poder (que no era poco) de manera arbitraria. En efecto, García cargaba contra los "poderes fácticos" a los que nadie tocaba un pelo, pero a veces lo hacía por motivos poco edificantes. En el caso de Florentino, el locutor empezó a hacerle la vida imposible cuando el presidente del Real Madrid osó darle una exclusiva (el fichaje de Figo, que le hizo ganar unas elecciones) a su archienemigo: José Ramón de la Morena. "García no perdonó al constructor que le regateara la información", resume Ferrer en el libro.

Luces y sombras

El García puro y duro ya está en sus inicios en el diario 'Pueblo', ese icono periodístico del tardofranquismo. Sus ex compañeros de 'Pueblo' describen al periodista con una mezcla de temor y fascinación en el que quizá sea el mejor capítulo del libro. Atentos:

Era periodista puro. Él veía noticias. Y se ponía cachondo con las noticias

1) "Todo el problema era su ego. Un ego desmesurado".

2) "Su estrategia consistía en esperar a que Ors se fuera a casa tras haber decidido los contenidos de la sección y presentarse a las tantas con un reportaje bajo el brazo ante el responsable de guardia. De esta forma logró cambiar varias veces las páginas a espaldas de su redactor jefe".

3) "A García, si le aplazaban un día una historia, se lo llevaban los demonios".

4) "Era periodista puro. Él veía noticias. Y se ponía cachondo con las noticias".

5) "Todas esas cosas que se cuentan que parecen tópicos del periodismo, lo de coger un teléfono y no soltarlo para evitar que otros colegas llamen, eran muy de él",

6) "Era una persona muy difícil para cualquiera que mandara en él. Y es curioso, porque luego, cuando fue jefe, era inflexible: exigía obediencia estricta".

7) "Nunca fue un lameculos. Nunca. Fue beligerante, y yo creo que desde el principio se propuso meterle el dedo en el ojo al poder".

Escuchadas las partes, Ferrer disecciona el método García: "Cuando iba detrás de una información, era como un perro de presa. Lo demás pasaba a un segundo plano. Si para conseguirla había que saltarse las normas, no lo dudaba: lo hacía. Escribía de todo. Lo que fuera. Tenía arrojo... Era extraordinariamente competitivo... La arrogancia no le sobrevino con la gloria. Le asomaba ya con veinte años, cuando no era nadie.... Llamaban la atención su rebeldía e indisciplina, su individualismo y su independencia... García afrontaba sus trabajos, ya desde los inicios, con un gran sentido del espectáculo. Pretendía convertir cada noticia que pasara por sus manos en un acontecimiento... García parece haber interiorizado la máxima de Unamuno: ‘La verdad antes que la paz’… Una peculiar mezcla de valentía, denuncia y sensacionalismo que hizo escuela".

El locutor reconoce que tenía muchos gastos porque pagaba a todo aquel que le facilitara información

También hay sitio en el libro para los heterodoxos métodos de 'Butanito' para conseguir exclusivas: "El locutor reconoce que tenía muchos gastos porque pagaba a todo aquel que le facilitara información. No lo escondía. Alardeaba de ello. 'Esto me cuesta mucho dinero y mucho trabajo, porque, lógicamente, el hombre que le da una noticia a José María García es recompensado abundantemente', declaraba a 'Blanco y Negro' en 1980. Dos años después, le pregunta Juan María Alfaro para 'Pueblo': '¿A cuánta gente has pagado para obtener información?'. Respuesta: 'A muchísima. Y la que seguiré pagando'".

José María García, una máquina de guerra periodística.

PD: No ha habido ni habrá nunca mejor insultador que Supergarcía. Su capacidad para convertir el castellano en arma arrojadiza contra los poderes fácticos era mayúscula. He aquí el legado semántico de un hombre para uso y disfrute de las nuevas generaciones de plumillas: Panda de vividores, impresentables que no se representan ni así mismos, catedráticos del buen comer y del mejor beber, mindundis, lametraserillos, correveidiles, capaces de beberse hasta el agua de los floreros, estómagos agradecidos, bultos sospechosos, meapilas, chupópteros, abrazafarolas… Resumiendo: el puto amo.

Si no es el reencuentro más morboso de la historia del periodismo español, se le parece mucho. Jordi Évole juntará esta noche en 'Salvados' a José Ramón de la Morena y José María García, protagonistas el pasado siglo de una de las batallas por la audiencia más sucias y salvajes de la radio española.

Libros