¿Qué pasa en el Valle de los Caídos? ZP, agua turbia y zorritos en el bosque

Cronología de una crisis:

12 de marzo: Santiago Cantera, prior benedictino del Valle de los Caídos, no comparece en la Comisión del Senado donde debía explicar su rechazo a facilitar exhumaciones en el monumento, pese a existir una sentencia firme para recuperar los restos de los hermanos Manuel y Ramiro Lapeña.

16 de marzo: El presidente de la Conferencia Episcopal, Ricardo Blázquez, insta a Cantera a permitir las exhumaciones que le reclaman varias víctimas del franquismo.

19 de marzo: Cantera retira el recurso contencioso-administrativo contra las exhumaciones.

20 de marzo: El ministro de Justicia, Rafael Catalá, habla en el pleno del Senado: la renovación del convenio entre Patrimonio y la Abadía Benedictina se hará cuándo exista un consenso "social y político" sobre el Valle de los Caídos.

¿Qué pasa en el Valle de los Caídos? Que tiene un enrevesado estatus legal donde se mezcla lo religioso, lo público y lo celtibérico. Patrimonio Nacional se encarga del mantenimiento vía presupuestos públicos, pero las ‘llaves’ del valle están en manos de una abadía de monjes benedictinos (que también reciben dinero estatal). Un extraño parque temático capaz de combinar a) un cementerio de más de 30.000 cadáveres sin identificar de la Guerra Civil, b) un internado de infantes y c) un modesto hoteluco donde pasar un fin de semana bucólico.

La web de Booking alberga los comentarios de los clientes de la Hospedería Santa Cruz tras pasar la noche en el corazón del Valle de los Caídos. Los 276 comentarios destacan por un costumbrismo (involuntariamente) inquietante:

“No disponía de nevera la habitación. La hospitalidad del personal fue excelente”.

“Agua de aspecto y sabor terroso. Tranquilidad Silencio. Paz”.

La máquina de café no funciona, el colchón es duro y las mantas pesan un quintal

“El agua sale de un color muy turbio, está muy descuidado. Muy bueno para descansar y estar alejado de la ciudad. Muy cómodo todo , nada de ruidos. Aunque muy oscuro”.

“Que no haya un servicio mínimo de bar mas que el de maquinas de refrescos. Se trata de una Hospedería en un enclave muy singular, excelente si es lo que se va buscando”.

“Ubicación perfecta, personal simpático. Zorritos en el bosque”.

“El personal de recepción es un poco seco, no hay muy buena conexión a internet, la máquina de café no funciona, el colchón es duro y las mantas pesan un quintal… El edificio es bonito y la calefacción funciona muy bien... Las vistas de la cruz de noche son espectaculares, aunque un poco espeluznantes también".

“Habitación y baño necesitan una reforma urgente. Preciosa vista de La Cruz”.

‘A la sombra de la cruz’ (2013) es un documental del italiano Alessandro Pugno sobre la vida cotidiana en el Valle de los Caídos, centrado en la abadía benedictina y la escolanía, donde viven internados medio centenar de niños de entre 8 y 14 años. Pugno no trataba de hacer una película de denuncia, sino filmar el día a día sin mayores subrayados: de las misas, a los cantos, pasando por las las comidas y los rezos. No obstante, era casi inevitable que en algún momento se rompiera este ambiente de recogimiento espiritual/marco incomparable. He aquí dos de los discursos de los monjes a los niños durante las clases (contexto: el documental se grabó durante el mandado de Zapatero):

Platón es un gran filósofo de la antigüedad, pero él destruye la familia

1) “Platón es un gran filósofo de la antigüedad, pero él destruye la familia. En el Estado de Platón los padres y los hijos no se conocen entre sí y el Estado, que lo es todo, domina la educación de los niños. Y esto en el siglo XX se ha retomado en sus formas más extremas. ¿A ver si se os ocurre dónde?”. Silencio en el aula. El monje responde a su propia pregunta retórica: esto ocurre en sistemas totalitarios como Rusia, la Alemania nazi, Camboya, China… y la España de Zapatero.

2) “Vosotros habéis oído hablar del calentamiento global, ¿verdad? Se oye hablar mucho de eso, ¿verdad? Y hace unos días hemos pasado bastante frío… Hace poco también han descubierto que un científico que hablaba del cambio climático estaba exagerando los datos (…) También nos han asustado mucho con eso de la gripe A, ¿verdad? ¿Y al final qué ha pasado? Nada, ¿verdad? Mucho menos de lo que decían. ¿Qué pasa? Que el mundo actual habla del calentamiento global, pero hay frío en las almas. El mundo actual está construido muchas veces sobre mentiras y falacias. Se miente a la gente y si se la tiene asustada, mejor, así se olvidan de que hay otros problemas reales. Que hay cuatro millones de parados en España. ¿Qué el planeta se calienta? A lo largo de los siglos ha habido periodos de calentamiento y enfriamiento. El ser humano puede influir un poco en ello, pero no tanto como se pretende…”.

PD: La próxima vez que alguien diga que en España no hay un problema de memoria histórica, repitan conmigo: “Zorritos en el bosque”.