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Seremos de nuevo un imperio: Vox y la batalla por el himno de Los Nikis
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Carlos Prieto

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Seremos de nuevo un imperio: Vox y la batalla por el himno de Los Nikis

‘El imperio contraataca’ sonó en la fiesta de las juventudes de Vox para silenciar ‘Bella ciao’. Tres décadas de una jarana cultural que aún colea. ¿Apropiacionismo, chufla o fascio?

Foto: Santiago Abascal, a caballo en un vídeo promocional de Vox.
Santiago Abascal, a caballo en un vídeo promocional de Vox.

Atención, pregunta: ¿qué ocurría hace 30 años cuando sonaba ‘El imperio contraataca’, de Los Nikis, en algún local? Que si discotecas madrileñas como Jácara y Four Roses la ponían de cierre y los pijos la coreaban brazo (flácido) en alto; que si se producían batallas campales en los bares entre skins y otras tribus urbanas; que si esto y que si lo otro. Puede que nada de esto pasara de verdad, puede que sean exageraciones y falsos recuerdos, pero eso no haría más que reforzar el asunto: o cuando Los Nikis perdieron el control sobre el significado de una canción que entró en el inconsciente colectivo como canto al nacionalismo imperial español. Y ahí sigue. Dentro vídeo:

2019: la apropiación de la canción por parte de la derecha asilvestrada ha vuelto a suceder. Lugar: teatro Barceló. Evento: Cañas por España. Organizador: Juventudes de Vox. Público: pijos con banderas de España (mayormente). En ese marco incomparable, tuvo lugar un incidente musical narrado así por el diario ‘El País’:

“Justo después del himno nacional con letra, el DJ puso el ‘Bella ciao’—canción por excelencia de los resistentes contra el fascismo...—. Los jóvenes no daban crédito. Comenzaron a silbar. La canción seguía y el DJ sonreía ajeno a la polémica. ‘Después de Manolo Escobar, un 'Bella ciao' y los tengo en el bote’, pensaría. Un plan sin fisuras. La broma le duró 45 segundos tras los fuertes abucheos: ‘Fuera, fuera, fuera’. Uno dijo: ‘¿El DJ es de Podemos?’. Fue tal la crisis que hubo quien pensó que tenían un caballo de Troya dentro. Pero el muchacho salió del apuro con ‘El imperio contraataca’ de Los Nikis y con ‘El novio de la muerte’ de los legionarios. El jolgorio volvió a la normalidad”.

‘El Imperio contraataca’ como himno para aplacar rebeliones rojeras; ‘El imperio contraataca’ como ‘Novio de la muerte’ pop. ¿Estamos ante un enorme equívoco cultural que dura ya tres décadas o hay algo más?

Dentro letra de 'El imperio contraataca':

Hace mucho tiempo que se acabó
pero es que hay cosas que nunca se olvidan
por mucho tiempo que pase
1582 el sol no se ponía en nuestro imperio
me gusta mucho esa frase

Con los Austrias y con los Borbones
Perdimos nuestras posesiones
esto tiene que cambiar
nuestros nietos se merecen que la historia
se repita varias veces.

Mira como gana la selección
España esta aplastando a Yugoslavia
por 20 puntos arriba
Cambia el rumbo de la evasión
de Cuba van directos a Canarias
y ya no van a Florida

Los McDonald's están de vaca flaca
Ha vencido la tortilla de patatas
En Las Vegas no hay Black Jack
Solo se juega al Cinquillo
y la moda es en rojo y amarillo

Seremos de nuevo un Imperio
Lolololo
Seremos de nuevo un Imperio
Lolololo

El doble filo de la guasa

No hace falta ser ni un lince ni un experto en Los Nikis para saber que ‘El imperio contraataca’ tenía algo de autoparódico: no hay más que ver el vídeo —con esos absurdos disfraces de corte beoda de Felipe II— o escuchar el resto de sus canciones, con un pie en Los Ramones y otro en esa corriente tan española que es el pop/rock tuno. Pero eso no lo explica todo. Aunque la intención consciente de Los Nikis no fuera hacer un himno político sino un bromazo, la canción era lo suficientemente ambigua como para poder tomársela a coña o literal. Algo tendría, en cualquier caso, para llevar 30 años funcionando como catarsis derechista.

Que conste que no soy ni comunista ni fascista, solo tocapelotista

En la autobiografía ‘NPI de música’, Joaquín Rodríguez, bajista de Los Nikis, analizaba así el “sambenito facha” que les había caído encima:

1) “Comenzó en los noventa, cuando ya no estábamos en activo, y todavía perdura: el sambenito de fachas que nos colgaron sacando punta a la letra de ‘El imperio contraataca’. Se publicó en el 85 y fue número uno en Los Cuarenta, lo que hizo que fuera nuestra canción más conocida con diferencia. Creo recordar lo que estaba pensando cuando hice la letra. En un libro de Historia del colegio venían unas ilustraciones de varios mapamundis en los que aparecía de color rojo el territorio que pertenecía a España en los siglos XV, XVI, XVII, etc. A mí me daba pena ver cómo las zonas rojas iban disminuyendo de siglo en siglo y se me ocurrió hacer una letra en forma de revancha contra el imperio que corta el bacalao actualmente, el norteamericano. En ese mundo imaginario, la tortilla de patatas vencía a las hamburguesas de McDonald’s y el cinquillo aplastaba en popularidad al 'black jack' en Las Vegas. O sea, un contraataque imperial en toda regla. Y yo me pregunto… ¿Qué tiene que ver todo esto con Franco?”.

Comenzó en los 90, cuando ya no estábamos en activo, y todavía perdura: el sambenito de fachas que nos colgaron sacando punta a la letra de ‘El imperio contraataca’

2) “El único conato de fachismo que vimos en una actuación nuestra fue en uno de los últimos conciertos. Ya llevábamos cinco años tocando la canción y NUNCA NADIE la había interpretado ultraderechísticamente. Aquel día había cuatro o cinco niñatos que sacaron una bandera con el escudo antiguo y levantaron el brazo cuando tocamos el imperio. Yo me quedé boquiabierto y tardé en reaccionar, pero, como me gusta llevar la contraria, levanté el brazo izquierdo con el puño cerrado... Cuando vieron a su letrista fascista favorito mirándoles a los ojos y haciendo el saludo comunista —que conste que no soy ni comunista ni fascista, solo tocapelotista— empezaron a hacer amagos de retraer el brazo pero como dudando, palante y patrás, al más puro estilo de Chiquitistán. Y eso fue todo... y una sola vez. Lo digo para los que piensan (que haberlos, haylos) que nuestros conciertos eran congregaciones de las juventudes hitlerianas”.

3) “En ciertas discotecas de Madrid llegó a prohibirse la canción tras una ordenanza del ayuntamiento contra los símbolos fascistas. Un DJ que la ponía a diario, enardeció a las masas quinceañeras al grito de: ‘¡Nos han prohibido pincharla, pero lo que no nos pueden prohibir es que la cantemos!'. Acto seguido, toda la discoteca la cantó 'a capella' y con el brazo en alto (envidio las jubilaciones de los letristas que solo hicieron canciones de amor)”.

placeholder Portada del libro.
Portada del libro.

4) “El disparate llegó a su grado máximo en el libro ‘Diario de un skin’, en el que un periodista se infiltra en el mundo de la extrema derecha y en el capítulo “La música nazi en España” (te cagas) dice lo siguiente: 'En cuanto a los grupos pop, algunos como Los Nikis, que empezaron a ser conocidos en toda España gracias a la canción ‘El imperio contraataca’ que tenía un cierto aire nacionalista, y coquetearon con la transgresión en ‘Enrique el ultrasur’, ‘Venganza’ o ‘Las ventajas de ser de aquí’'. Como al final del libro venía una dirección de correo electrónico, escribí al autor para felicitarle por su originalidad: lo del imperio ya estaba muy visto, pero ¡era el primer humano que asociaba las otras tres canciones con los nazis! El periodista me contestó pidiendo disculpas, todo hay que decirlo”.

Rodríguez ha ampliado las explicaciones en varias entrevistas, como en la que dio aquí a Víctor Lenore tras publicar su libro:

P. No podemos dejar de hablar de vuestra canción más famosa, 'El imperio contraataca', que muchos ven como una apología del imperialismo español. Tú aclaras en el texto que fue una especie de gracieta escolar. Desde entonces, para algunos, tenéis fama de grupo facha. En el libro dices que no eres "ni fascista ni comunista", una fórmula que aclara poco. ¿Te animas a explicar tu posición política?

Mi partido favorito me lo descubrió Emilio, nuestro cantante. Es el PSPC, que son las siglas de Playa, Siesta, Pescaíto y Casino

R. En efecto, aquello fue una gracieta escolar. Punto pelota. No me gusta la política y menos mezclarla con la música. Dentro del mundo musical, tengo un grupo de amigos de todas las tendencias, desde un extremo al otro. La política es un tema casi prohibido. Nadie va a convencer a nadie y, lo más probable, es que acabáramos sacando el lanzallamas. De todos modos, te diré que mi partido favorito me lo descubrió Emilio, nuestro cantante. Es el PSPC, que son las siglas de Playa, Siesta, Pescaíto y Casino.

P. Te pregunto lo mismo de otra manera: ¿cuál es el conflicto social qué más te preocupa ahora mismo?

R. La escasez de piscinas climatizadas en Madrid. Te puede parecer frívolo, pero los que nadamos en invierno sabemos lo duro que es compartir calle con cinco más.

O esta entrevista reciente en 'Jeneaispop' —Los Nikis están de actualidad por su nuevo disco: ‘Menos de lo mismo’—, donde le recordaron lo siguiente: al escribir en Google 'Los Nikis', la primera palabra que sale en búsqueda predictiva es 'fachas'. “Como eso pasó muy tarde, creo que en los noventa, cuando ya no estábamos en activo, pues es otra cosa más de la música que nos resbala. Las etiquetas y todo esto nos dan exactamente igual… ¡Bueh! ¿Y qué más da? Quiero decir, nuestra vida va a seguir exactamente igual salga lo que salga en Google. De hecho, es fruto casi de la casualidad, porque esa es solo una de 50 letras que tengamos sobre 50 tonterías como esa. Es solo una letra un poco chovinista, sobre esos mapas del siglo XV en los que todo el globo era España y luego se fue encogiendo… Lo que pasa es que ‘El imperio’ tenía ese rollo chovinista y, como fue nuestra canción más famosa, acabó malinterpretándose”, contó el bajista de Los Nikis.

Joaquín Rodríguez habló también con Raquel Peláez en su monumental trilogía sobre lo pijo publicada en 'Vanity Fair'. “Nosotros éramos punk, no había duda, nuestros grupos favoritos españoles eran Los Pegamoides, Parálisis Permanente, pero también teníamos ascendencia pija. Éramos de familias de clase media alta y vivíamos en una urbanización pija. A nosotros no nos daba vergüenza, no íbamos de nada. Nosotros salíamos al escenario con lo que nos habíamos puesto esa mañana, con unos vaqueros y un polo”.

Ahora sumen todos estos elementos: a) jóvenes gamberros de urba tocando canciones de chufla sobre la imaginería pija de la época; es decir, más costumbrismo del norte de Madrid que, por el amor de dios, nazismo; b) una canción chovinista; c) un grupo apolítico cuyo partido favorito es el PSPC (Playa, Siesta, Pescaíto y Casino). Y entenderán de qué va la cosa. ¿Quién ganará esta batalla? ¿El pelo en pecho de Vox o la campechanía del PSPC? Yo apuesto por lo segundo: el PSPC siempre ha sido el mayor partido de España. Y el rock tuno, su banda sonora.

PD: la cobertura de la fiesta de las juventudes de Vox ha resucitado el debate sobre si hay que cubrir todos los eventos de un partido extraparlamentario de extrema derecha. No obstante, viendo el público que asistió al acto —niños de papá, 'jet set' juvenil y hasta (dicen) la ‘royal’ Victoria Federica Marichalar—, quizá la pregunta no sea si hay que cubrir o no a Vox, sino si al partido de Santiago Abascal le viene bien que se le asocie tan descaradamente con las élites pijas, el neofranquismo cultural y las banderas gigantes de España: su loca fijación con el imperialismo pop español quizá les esté acotando su público potencial. Lejos de las mayorías sociales y cerca de su parroquia/un nicho ideológico sospechosamente 'mainstream'. Aún muy lejos, por tanto, del tercerismo transversal de Salvini y Le Pen, que con su agitación del malestar ‘obrero’ y sus aires antisistema son primera opción política en Italia y Francia, cota inalcanzable para Vox a día de hoy. Si Vox se va a limitar a cantar a voz en grito “Seremos de nuevo un imperio/Lolololo/Seremos de nuevo un imperio/Lolololo”, y a recrearse en la nostalgia imperial y en las españoladas de consumo interno, quizá no pase nunca de espectáculo folclórico para minorías selectas.

Atención, pregunta: ¿qué ocurría hace 30 años cuando sonaba ‘El imperio contraataca’, de Los Nikis, en algún local? Que si discotecas madrileñas como Jácara y Four Roses la ponían de cierre y los pijos la coreaban brazo (flácido) en alto; que si se producían batallas campales en los bares entre skins y otras tribus urbanas; que si esto y que si lo otro. Puede que nada de esto pasara de verdad, puede que sean exageraciones y falsos recuerdos, pero eso no haría más que reforzar el asunto: o cuando Los Nikis perdieron el control sobre el significado de una canción que entró en el inconsciente colectivo como canto al nacionalismo imperial español. Y ahí sigue. Dentro vídeo:

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