Una muñeca hinchable en La Última Cena, la provocación del cantante de Rammstein

¿A qué suena Lindemann, el nuevo grupo del cantante de Rammstein? A Rammstein. ¿Qué estética persigue en su disco en solitario el cantante de Rammstein? Creativa y que llame la atención de quien la vea, como en Rammstein… o mejor. Un disco de música es una pieza de arte y no sólo por lo descrito en el pentagrama, también por el elemento visual que lo decora y acompaña. Porque la música, como un pastel, también entra por los ojos. El álbum ‘Skills In Pills’, de Till Lindemann (voz, también en Rammstein) y Peter Tagtgren (todos los instrumentos) es un ejemplo del atractivo que tiene adquirir el disco en su formato físico. Quien se lo baje de internet, sin más, se perderá las espeluznantes fotografías que acompaña a cada uno de los temas.

Diez canciones y una decena de imágenes, alguna más. El peso visual representa la mitad de esta composición musical. No son sólo acordes. Como en cualquier concierto de Rammstein, existe una representación teatral que adquiere una importancia relevante y un peso atractivo que es degustado por unos (la mayoría) y repudiado por otros.

“Till, Peter y yo juntamos las ideas en la primera sesión fotográfica, cuando todavía no teníamos claro lo lejos que queríamos llegar con mis imágenes. El proyecto fue mucho más abierto de lo que podía pensar cuando hice la posproducción. En una segunda sesión, ya teníamos los conceptos más claros de los que queríamos usar para el artbook del disco. Till llegó con grandes ideas que encajaban con las letras y fuimos a por ello los tres”. Stefan Heileman, artista y fotógrafo encargado de dar vida a las notas musicales, explica a El Confidencial cómo se formó este sorprendente libro de imágenes.

“Los músicos se mostraron como auténticos modelos. Fue muy divertido y surgieron ideas muy extrañas. Till y Peter adquirieron a la perfección el papel de los extraños personajes… ¡incluso las Ladyboys!” (uno de los temas en las que se disfrazan de mujeres), comenta entre risas Stefan, quien previamente había trabajado con artistas y bandas –la mayoría de ellas de metal- pero sin ser tan famosos como Till Lindemann.

Heileman, en cada disparo, buscaba “una mirada diferente, inusual, algo que la gente no pudiera verla sin sentir ningún tipo de reacción y, además, queríamos mostrar también una pizca de humor en el proyecto”.

Y como una imagen vale más que mil palabras, la descripción e interpretación de cada imagen la puede realizar cada lector,porque, ¿qué significado tiene el ver a una muñeca hinchable en el cuadro de La Última Cena? Depende de la persona a la que se pregunte, para Heileman es simplemente “arte”. Para Leonardo da Vinci hubiera sido...

Para ver otros trabajos de Heileman: heilemania.de