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Rosalía y Aitana saben que puedes salir de esa relación tóxica
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Paula Cantó

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Paula Cantó

Rosalía y Aitana saben que puedes salir de esa relación tóxica

Hay una tendencia clara en las nuevas canciones comerciales: decirle a las niñas y adolescentes que no se dejan atrapar por relaciones dañinas

Foto: Rosalía y Aitana han publicado 'Pienso en tu mirá' y 'Teléfono', respectivamente.
Rosalía y Aitana han publicado 'Pienso en tu mirá' y 'Teléfono', respectivamente.

Pasé un par de años en la universidad con idas y venidas continuas al cuarto de baño a consolar a una compañera de clase. Ella lloraba, mucho y muy fuerte, por el maltrato psicológico que recibía sin tregua por parte de su novio de entonces. Todos sabíamos que tenía una relación tóxica. Ella también lo sabía y lo repetía sentada en el cubículo mientras se sonaba. ¿Entonces por qué no le dejaba?, pensábamos.

Foto: Imagen del primer episodio de la segunda temporada de 'El Cuento de la Criada'. (HBO) Opinión

Antes de entrar en materia, ya sé que “tóxica” es un palabro no muy bien recibido. “¿'Tóxico' es el gilipollas de toda la vida, no?”, leí hace un tiempo por redes sociales. Otra amiga expresaba su desagrado por esta expresión porque para ella blanqueaba las relaciones abusivas. Una “relación tóxica” abarca tantos tipos de violencia y tantas clases de relaciones dañinas que la imagen colectiva que se tiene de ella no acaba de dibujarse de forma clara para algunas personas. Creo que por eso siempre son los de fuera los primeros en darse cuenta de que te has metido en una.

El maltrato psicológico, la manipulación o los celos son una constante en este tipo de relaciones, una constante escurridiza que cuesta amarrar con los dedos y mirar a la cara. Los celos es a lo que cantaba Rosalía la semana pasada cuando estrenó ‘Pienso en tu mirá’. “Me da miedo cuando sales sonriendo pa’ la calle porque todos pueden ver los hoyuelitos que te salen”, “Cuando sales por la puerta pienso que no vuelves nunca y si no te agarro fuerte siento que será mi culpa”. Rosalía destruye las ideas del control y la posesión de la mujer en una relación de abuso y escupe en uno de los prejuicios más casposos del amor romántico: que los celos significan que te quiere. El videoclip completa el mensaje: muestra los primeros signos de la violencia de género, como el aislamiento; avanza por la posesión y el control, muerde la violencia y Rosalía se corona vencedora, danzante y poderosa sobre un camión volcado.

No habíamos acabado de saborear 'Pienso en tu mirá' cuando Aitana, finalista de OT, publicaba su primer single en solitario, ‘Teléfono’, de pop chicloso, letra simplista y autotune abusivo, pero cuyos pilares se alzan igual de orgullosos: está sola, está bien y no te va a llamar. “Yo ya he estado sola y sola yo estoy bien, no necesito a nadie, hoy he dejado mi teléfono para no llamarte”. “Tú puedes seguir, seguir mintiéndome, no voy a seguir, seguir creyéndote”. En una semana se han lanzado dos canciones con valiosos mensajes para sus potenciales consumidoras que acumulan ya cientos de miles de visualizaciones en YouTube.

Hay una tendencia en las nuevas canciones comerciales: decirle a niñas y adolescentes que pueden salir de relaciones tóxicas

Hay una tendencia clara en las nuevas canciones comerciales: decirle a las niñas y adolescentes que se puede salir de una relación tóxica. Echando sutilmente la vista atrás, vemos lo mismo con los nuevos trabajos de otras exconcursantes de OT: ‘Ya no quiero ná’, de Lola Índigo -Mimi-; ‘Ni la hora’, el primer single en solitario de Ana Guerra o el pelotazo de ‘Lo malo’ que todos hemos bailado en algún momento, también de Ana Guerra y Aitana. Todas ellas guardan el mismo mensaje: vete a tomar por culo si solo me vas a hacer daño, si bien cada una lo hace en su propia forma y con mayor o menor calidad -no voy a poner al mismo nivel 'Pienso en tu mirá' y 'Ni la hora'-. Es un bombardeo de hits empoderantes del que yo prefiero ver el lado positivo.

Ni Aitana ni Rosalía ni compañía son las heroínas del feminismo y desde luego no van a acabar con un chasquido de dedos con el peligro que conllevan las relaciones tóxicas adolescentes, pero qué bien huele esto cuando pasas tus años de colegio bailando una machistada tras otra. “Si fue culpa tuya, no me montes bulla, yo no sabía que tú eras suya, cuando llegó la patrulla, señor agente, me puso caliente, yo no soy culpable”, sonaba en las discotecas allá por 2009.

En una encuesta reciente elaborada por Adecco, Aitana aparece como una de las figuras públicas preferidas por las niñas. Nunca está de más que alguien con tanta influencia dé la mano, saque músculo y tire con fuerza. En muy poco tiempo, muchas personas nos recuerdan que quien te quiere no te hace daño, que las relaciones tóxicas existen y que sí, amigas, se les puede dar una patada.

Pasé un par de años en la universidad con idas y venidas continuas al cuarto de baño a consolar a una compañera de clase. Ella lloraba, mucho y muy fuerte, por el maltrato psicológico que recibía sin tregua por parte de su novio de entonces. Todos sabíamos que tenía una relación tóxica. Ella también lo sabía y lo repetía sentada en el cubículo mientras se sonaba. ¿Entonces por qué no le dejaba?, pensábamos.

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