Es noticia
Adán y Eva: la verdad detrás del mito más poderoso de la historia humana
  1. Cultura
  2. El erizo y el zorro
Ramón González F

El erizo y el zorro

Por
Ramón González Férriz

Adán y Eva: la verdad detrás del mito más poderoso de la historia humana

'Ascenso y caída de Adán y Eva' (Crítica) es el nuevo libro de Stephen Greenblatt, donde el escritor indaga en la influencia cultural de una narración de apenas página y media

Foto: El cuadro 'La tentación de Adán y Eva y la expulsión del Paraíso', de Miguel Ángel
El cuadro 'La tentación de Adán y Eva y la expulsión del Paraíso', de Miguel Ángel

Los chimpancés, los orangutanes y los bonobos son enormemente inteligentes y muy parecidos a nosotros, pero por lo que sabemos no necesitan pensar en otra vida después de la muerte, ni contarse relatos sobre el significado de su existencia, ni inventar mitos sobre el origen de sus especies.

Solo los humanos tenemos esos impulsos. Podría parecer que eso es un gran éxito, la muestra definitiva de que somos animales completamente distintos a los demás. Pero, aunque esto fuera cierto, es también la expresión de que vivimos angustiados, incómodos, perplejos porque no sabemos para qué sirve nuestra existencia ni por qué hay que vivirla si, al final, siempre está la muerte. Por eso, probablemente, los humanos necesitamos contarnos historias.

Y una de las que más veces nos hemos contado es la de Adán y Eva. Como explica 'Ascenso y caída de Adán y Eva' (Crítica), el nuevo libro del maravilloso escritor Stephen Greenblatt, la narración de Adán y Eva apenas ocupa una página y media de la Biblia. Sin embargo, a partir de ella se han intentado explicar casi todos los aspectos de la vida: de las dificultades matrimoniales a la supuesta maldad femenina, de la naturaleza del trabajo y el sufrimiento al peligro de la soberbia, de las tentaciones constantes a los riesgos del saber.

placeholder Una mujer observa la obra 'Adán y Eva', de Lucas Cranach el Viejo en Florencia. (Efe)
Una mujer observa la obra 'Adán y Eva', de Lucas Cranach el Viejo en Florencia. (Efe)

La historia es conocida: Dios le dice a Adán, el primer humano de la creación, que puede comer los frutos de todos los árboles del paraíso, excepto los del "árbol de la ciencia del bien y del mal". Si come de él, le dice, "ciertamente morirás". Pero una serpiente convence a Eva, la mujer que Dios ha creado a partir de una costilla de Adán para que éste tenga compañía y descendencia, de que coma el fruto de ese árbol, y ésta a su vez persuade a Adán, que también lo hace. Dios, extrañamente, incumple su promesa, pero en lugar de la muerte a la pareja le espera un castigo casi peor: la vida tal como la conocemos. Dios condena a Eva, y a todas sus descendientes, a sufrir durante los embarazos, a dar a luz con dolor y a sentir deseo por su marido, que lo aprovechará para imponerle su voluntad. Adán, y con él todos los hombres, tendrá que trabajar arduamente para conseguir comida, pero la tierra no le dará más que “espinos” y “cardos”; por su culpa, “maldita será la tierra”.

placeholder 'Adán y Eva'. (Crítica)
'Adán y Eva'. (Crítica)

Dios les expulsa entonces del jardín del Edén, que debía parecerse a lo que en realidad siempre ha existido en Oriente Medio: pequeños lugares cerrados, cercanos a ríos, donde hay una vegetación frondosa y cierta frescura en mitad de kilómetros y kilómetros de arena, sal y sol ardiente. Y a partir de ahí, los humanos empezamos a hacerlo todo mal: matamos a nuestros hermanos, fundamos ciudades y ofendimos todo el rato al creador, que se fue exasperando hasta que decidió acabar prácticamente con nuestra especie mediante un diluvio.

La historia fue escrita en los siglos VI o V antes de Cristo, aunque muchos elementos aparecían ya en las mitologías de religiones anteriores

La historia fue escrita en los siglos VI o V antes de Cristo, aunque muchos elementos, como el del diluvio, aparecían ya en las mitologías de religiones anteriores; al parecer, es habitual que los dioses se decepcionen con nuestro comportamiento. Pero fue a partir de que los judíos, y más tarde los cristianos, la adoptaran como relato 'oficial' cuando pasó a ser interpretada una y otra vez, con innumerables matices. Greenblatt presta atención especial a la interpretación de san Agustín (siglos IV-V después de Cristo, es decir, quizá mil años después de que se escribiera la narración), un personaje clave en el desarrollo del cristianismo y, según como se mire, un tipo un poco antipático y autoritario.

placeholder Adán y Eva según Botero
Adán y Eva según Botero

Agustín era prodigiosamente inteligente, vivía atormentado por el deseo sexual, e inició una carrera de éxito como orador y profesor que le llevó desde el norte de África a Roma y Milán. Su madre, muy cristiana, le hacía la vida imposible porque el futuro santo probó varias religiones y vivió trece años sin casarse con una mujer con la que tuvo un hijo. Finalmente Agustín se convirtió al cristianismo, repudió a su amante —aunque nunca dejó de sentir fuertes impulsos sexuales— y utilizó su talento para propagar la religión de Jesús.

Para él, la historia de Adán y Eva era un ejemplo perfecto, quizá el mejor, de que el sufrimiento humano no era propio de la vulnerabilidad de la especie, sino fruto de que Dios castigaba la maldad. "El mundo tal como lo había hecho Dios" —cuenta Greenblatt para reflejar el pensamiento de Agustín— "era bueno, perfectamente bueno, y habría seguido siéndolo, de no ser por la acción original de la perversión humana"; es decir, la desobediencia de Adán y Eva. "Todas las desgracias que vinieron después —la infinita sucesión de crímenes espeluznantes, los horrores de la tiranía y de la guerra, los desastres aparentemente naturales que suponían los terremotos, los incendios y las inundaciones (…)— no son más que justos castigos infligidos por un Dios justo".

Por eso, por el acto de Adán y Eva, el ser humano merecía sufrir, y si quería salvarse debía sufrir aún más —como hacía Agustín, reprimiendo unas desatadas necesidades eróticas—. Los buenos creyentes, además, tenían el derecho de hacer sufrir a quienes no lo eran: ese sufrimiento infligido era doblemente valioso.

El sufrimiento servía para hacernos perdonar ante Dios el pecado que cometió el primer miembro de nuestra especie

A ojos de un no creyente, y supongo que también para muchos creyentes, la interpretación que hizo Agustín del mito de Adán y Eva era terrible —"nadie está (…) limpio de pecado, ni aun el niño cuya vida es de un solo día sobre la tierra", escribió—, pero daba sentido a la existencia. El pesar, la angustia, el hambre, el deseo, la crueldad; todo tenía una explicación y un fin: hacernos perdonar ante Dios el pecado que cometió el primer miembro de nuestra especie.

El libro de Greenblatt sigue con interpretaciones tan tenebrosas como bellas de la historia de Adán y Eva, como las obras de arte de Masaccio, El Bosco, Tiziano o Durero, pero también considera la narración a la luz de la Ilustración, el darwinismo o la paleoantropología. Y en todo momento se pregunta por qué un relato que ocupa una página y media ha sido tan central en el devenir del mundo cristiano, y en menor medida del judío y el musulmán. ¿Por qué es tan poderoso?

placeholder 'Adán y Eva' (1550), de Tiziano junto a la copia realizada por Peter Paul Rubens en un museo de Múnich. (Efe)
'Adán y Eva' (1550), de Tiziano junto a la copia realizada por Peter Paul Rubens en un museo de Múnich. (Efe)

'Ascenso y caída de Adán y Eva' tiene un buen puñado de respuestas. Pero la central es que la historia de nuestros primeros antepasados contiene una explicación clara de por qué nuestra vida es, con tanta frecuencia, un suma de cansancio y dolor; una explicación que otras especies no parecen tener. El genio del cristianismo, por supuesto, es que durante milenios ha sabido modular esa respuesta con brillantez para adaptarla a cada contexto histórico y cultural, sumándole además narraciones con un contenido semejante, como la del propio Jesucristo, varios siglos más tarde. "Todo lo que pasa tiene una explicación y así debes comportarte ante ella", parece decir esta historia, como cualquier otra de carácter religioso.

El libro anterior de Greenblatt, 'El giro. De cómo un manuscrito olvidado contribuyó a crear el mundo moderno' (Crítica) era un estupendo ejemplo de historia cultural que recibió el premio Pulitzer y se convirtió en un 'bestseller', también en España. 'Ascenso y caída de Adán y Eva' es otro extraordinario intento de buscar las raíces culturales de nuestras creencias.

Los chimpancés, los orangutanes y los bonobos son enormemente inteligentes y muy parecidos a nosotros, pero por lo que sabemos no necesitan pensar en otra vida después de la muerte, ni contarse relatos sobre el significado de su existencia, ni inventar mitos sobre el origen de sus especies.

Libros Religión Cristianismo Judaísmo
El redactor recomienda